?Por qu¨¦ nos enganchamos al 2048?
Llegar a vencer en el juego 2048 permite al cerebro predecir tu camino hacia el ¨¦xito hasta l¨ªmites insospechados
En su reciente ensayo Narcisse et ses avatars (Grasset), el fil¨®sofo Yves Michaud crea un abecedario con entradas como ¡°.com¡±, ¡°sexo¡± o ¡°youtube¡±. Sostiene que el t¨¦rmino ¡°avatar¡± ha reemplazado al de ¡°identidad¡±. Y dice: ¡°La tecnolog¨ªa ofrece la posibilidad de animar numerosos avatares, de adoptar m¨²ltiples perfiles y, en consecuencia, esos avatares nos permiten establecer distintos roles que hacen que el hombre l¨ªquido de hoy le coja el gusto a su propia fluidez¡±.
Vienen estos avatares a cuento de que tras el Candy crush y el Flappy bird ha llegado 2048, el videojuego de moda, un puzle num¨¦rico basado en una grilla de cuatro por cuatro. Al inicio aparecen dos casillas con el n¨²mero 2. Con las flechas del teclado ¨Co deslizando el dedo sobre la pantalla, en el caso del m¨®vil¨C habr¨¢ que apilarlas para que sumen su valor (4) mientras aparecen m¨¢s n¨²meros 2 en posiciones aleatorias. As¨ª se va sumando (4, 8, 16, 32¡) hasta llegar a 2.048. Parece f¨¢cil, ?verdad? Pues el propio creador no ha conseguido terminar una partida.
El padre de la criatura es Grabriele Cirulli, tiene 19 a?os y vive en el noreste de Italia. Ante la pregunta de qu¨¦ opina sobre la necesidad actual de nuevas invenciones para poner a prueba la habilidad, nos dice que ¡°estar apasionado con algo es fascinante y no es una cosa que nos pase a todos. Pero si haces lo que te gusta, puedes llegar a generar creativamente cosas nuevas¡±. Est¨¢ claro, es un chico conectado que responde como si tuviera 19 a?os. ?C¨®mo ve Cirulli a sus gamers? ¡°Creo que hay gente de todo tipo, de jugadores ocasionales que se aburren a otros que quieren a toda costa superarse¡±. Ya ven, ni rastro de alma atormentada, cero similitud con Dostoievski y, adem¨¢s, ning¨²n ¨¢nimo mercantil. Un cuasi adolescente que crea por la pasi¨®n de crear.
En los viajes en metro, para superar la resaca o en pleno ataque de insomnio, la compa?¨ªa de este juego que se descarga gratis en 10 segundos tiene excelente reputaci¨®n. Respuestas de incondicionales como ¡°me evade¡± o ¡°es gimnasia mental¡± definen este y otros pasatiempos similares que se instalan fugazmente en nuestras vidas con el objetivo de saciar moment¨¢neas adicciones.
Pero a¨²n hay m¨¢s. Seg¨²n la web The Daily Dot, un estudio realizado en la Facultad de Neurolog¨ªa de la Universidad de California, en Santa B¨¢rbara, ha concluido que ¡°ganar en estos juegos eleva el nivel de dopamina¡±, ese fant¨¢stico neurotransmisor generador de placer. S¨ª, tiene un efecto qu¨ªmico que estimula doblemente las cotas de dopamina: llegar a vencer en 2048 permite al cerebro predecir tu camino hacia el ¨¦xito hasta l¨ªmites insospechados y, adem¨¢s, el juego en s¨ª, a pesar de su dificultad, m¨¢s que desaf¨ªo imposible es un reto que relaja, divierte y engancha.
Ante tal ataque de l¨®gica hago una prueba con alumnos universitarios. Etienne Delegue, de 18 a?os, estudiante impecable, adepto al 2048, me da la soluci¨®n: ¡°Es adictivo porque es dif¨ªcil, como el Flappy bird, pero con una diferencia fundamental: el Flappy bird requiere una concentraci¨®n absoluta, si dejas de mirar la pantalla un segundo el juego ha terminado; en cambio, con el 2048 puedes hacer pausas. Ah¨ª est¨¢ su fuerza, que puedes incluso jugar en clase. S¨ª, en clase. Y adem¨¢s puedes crear tu propio 2048 cambiando cifras por im¨¢genes. Ya circulan versiones con pol¨ªticos o profesores, y tambi¨¦n er¨®ticas¡±.
Venga, todos a jugar al 2048, que probablemente ma?ana ya est¨¦ desfasado. Qu¨¦ estr¨¦s de ocio.
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