Luces y sombras de Sierra Leona
Cotton Tree, en el centro de Freetown (Sierra Leona).
En pleno centro de Freetown, rodeada de coches y edificios, hay una enorme ceiba. Se trata del Cotton Tree (el ¨¢rbol del algod¨®n) que, seg¨²n la leyenda, acogi¨® un hecho hist¨®rico el 11 de marzo de 1792. Bajo sus ramas, 1.196 esclavos negros liberados por Gran Breta?a tras su participaci¨®n en la Guerra de Independencia de Estados Unidos llevaron a cabo su primer acto colectivo nada m¨¢s pisar tierra africana, un rezo de acci¨®n de gracias por la oportunidad de comenzar una nueva vida como hombres libres. Nada menos que 222 a?os despu¨¦s, el ¨¢rbol sigue all¨ª y el pasado 5 de marzo vio pasar tambi¨¦n bajo sus ramas, aunque en este caso en un coche oficial y a toda velocidad, nada menos que al surcoreano Ban ki Moon, secretario general de Naciones Unidas, que hab¨ªa venido a Freetown para dar por clausurada la misi¨®n de paz de la ONU en Sierra Leona.
Doce a?os despu¨¦s del final de una guerra cruel que provoc¨® m¨¢s de 50.000 v¨ªctimas mortales y que dej¨® grabada en la memoria de todos historias de mutilaciones y de ni?os soldado, el rostro de este pa¨ªs parece haber cambiado: la paz, la estabilidad pol¨ªtica y el crecimiento econ¨®mico, uno de los m¨¢s altos de ?frica, conforman la trinidad que, seg¨²n dicen, est¨¢ obrando el milagro. Eso s¨ª, detr¨¢s de esta m¨¢scara y del polvo rojo de las miles de obras que salpican Freetown se aprecia, con la misma persistencia con la que el Cotton Tree se resiste a morir, que hay viejos fantasmas que Sierra Leona no acaba de conjurar y desigualdades rampantes que acechan, inquietantes.
Anuncio de Airtel en un cruce de Tombo (Sierra Leona). / Foto: J. Naranjo.
Freetown es aguerrida. Las casas, que en su parte m¨¢s antigua conservan un inconfundible estilo colonial, parecen descolgarse sobre el Oc¨¦ano en las laderas de verd¨ªsimos barrancos. El tr¨¢fico es infernal, sobre todo en el centro, donde los d¨ªas son calurosos y las noches oscuras y ruidosas, acompa?adas aqu¨ª y all¨¢ por el sonido de decenas de miles de generadores que permiten tener electricidad. Si no fuera por ellos (y por el enorme gasto en combustible que cargan sobre sus espadas los sierraleoneses que se lo pueden permitir) apenas habr¨ªa luz en la capital, qu¨¦ decir de las provincias y el interior del pa¨ªs. Sin embargo, que no nos enga?e la foto fija. Camino de la playa pasamos junto a un imponente y nuevo edificio. Se trata del hotel Radisson Blu Mammy Yoko, la nueva adquisici¨®n de una de las cadenas de alta gama m¨¢s conocidas en el mundo. Que un establecimiento de estas caracter¨ªsticas se haya fijado en Freetown para inaugurar un nuevo negocio no es balad¨ª y era algo impensable hace s¨®lo una d¨¦cada.
En lo que se refiere a recuperaci¨®n tras un conflicto armado y mantenimiento y consolidaci¨®n de la paz, ¡°estamos ante uno de los casos m¨¢s exitosos del mundo¡±, dijo el pasado 5 de marzo en esta ciudad Ban Ki-moon. ¡°Aqu¨ª hemos visto grandes avances hacia la paz, la estabilidad y el desarrollo a largo plazo. Aquellos pa¨ªses que cuentan con el apoyo de Naciones Unidas y todav¨ªa no han superado la fase de conflicto deben aprender del ejemplo de Sierra Leona y de c¨®mo el pueblo y el gobierno sierraleon¨¦s han sido capaces de conseguir esto en un periodo de tiempo tan corto, apenas quince a?os¡±, insisti¨® el secretario general de la ONU. En la misma l¨ªnea, el responsable de la secci¨®n pol¨ªtica de la delegaci¨®n de la Uni¨®n Europea en este pa¨ªs, Lothar Jaschke, asegura que ¡°esta historia de ¨¦xito ha sido confirmada por instituciones como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y lo vemos en unos indicadores sociales y econ¨®micos a¨²n bajos, pero que se mueven en la direcci¨®n correcta¡±.
Chequeando un m¨®vil en un establecimiento de Freetown. / Foto: REUTERS
Las cifras est¨¢n ah¨ª. El Producto Interior Bruto de Sierra Leona crece a un ritmo explosivo con porcentajes que han rondado el 15 por ciento en los ¨²ltimos dos a?os, un frenes¨ª que ha sido posible gracias al comienzo de la extracci¨®n de mineral de hierro a gran escala y a su impacto sobre las cifras macro a partir de 2012. Aunque no hay que olvidar que la agricultura y la pesca, para la que Sierra Leona cuenta con unos recursos inmejorables, siguen siendo fundamentales para la econom¨ªa dom¨¦stica, es la intensidad de la actividad minera la que est¨¢ tirando de otros sectores, como los servicios o la construcci¨®n.
Nada m¨¢s salir de Freetown en direcci¨®n hacia el sur nos cruzamos con un enorme tren de color ocre que procede de la mina de Tonkolili, las m¨¢s grande y productiva del pa¨ªs, que est¨¢ siendo explotada por la compa?¨ªa brit¨¢nica African Minerals. La historia de esta empresa ilustra lo sucedido en Sierra Leona. Presente aqu¨ª desde 1996 cuando centraba su actividad en los diamantes (cuyo control est¨¢ en el origen de la guerra que desangraba entonces al pa¨ªs), el descubrimiento de enormes reservas en el centro de Sierra Leona aconsej¨® su reorientaci¨®n hacia el mineral de hierro. En la actualidad, African Minerals explota este yacimiento junto a la compa?¨ªa china Shandong Iron and Steel Group (SISG) tras haber alcanzado un acuerdo en 2012 que ha permitido que se libere la mayor inversi¨®n de una empresa estatal china en toda ?frica.
Presidente de Sierra Leona desde 2007, Ernest Bai Koroma. / Foto: REUTERS
En paralelo, el Gobierno se ha convertido desde mediados de la d¨¦cada pasada en un alumno aplicado de las instituciones financieras internacionales, reduciendo la inflaci¨®n hasta tasas por debajo del 7% y logrando disminuir el d¨¦ficit fiscal. En buena medida el ¡°milagro¡± sierraleon¨¦s lleva la impronta de quien ha regido y rige los destinos del pa¨ªs desde 2007, un agente de seguros que fue primero l¨ªder de la oposici¨®n y que se ha convertido en uno de los presidentes africanos de moda, Ernest Bai Koroma (EBK), l¨ªder del partido Congreso de Todo el Pueblo (APC), tras ser reelegido en 2012. Con su imagen de pol¨ªtico tolerante y mediante la aplicaci¨®n de las recetas de los organismos internacionales y gracias a las ingentes ayudas recibidas en la pasada d¨¦cada ha sabido crear el clima propicio para el despegue econ¨®mico. Sin embargo, males end¨¦micos de largo recorrido como la corrupci¨®n o el paro, con tasas de en torno al 60%, siguen marcando el d¨ªa a d¨ªa del sistema y de cientos de miles de sierraleoneses.
Escuela cor¨¢nica en el interior de Sierra Leona. / Foto: REUTERS
Seydou Mzuri lleva quince a?os vendiendo radios y relojes en las calles de Freetown. ¡°?Crecimiento? S¨ª, hay obras por todas partes y se ve mucho movimiento, pero mi vida y la de mi familia no ha cambiado. Mira, yo vengo de un barrio que se llama Kroo Bay y all¨ª no hay nada, no hay trabajo, no hay condiciones, no hay esperanza. Los pol¨ªticos prometen mucho pero al final es siempre la misma historia¡±, asegura. La visi¨®n de Seydou contrasta con las grandes cifras de la econom¨ªa sierraleonesa. Quiz¨¢s sea cuesti¨®n de tiempo o de oportunidades o de perspectiva. O de contar las historias completas.
Aqu¨ª, en la ciudad donde un d¨ªa desembarcaron los esclavos negros liberados que se convirtieron en el germen de la primera colonia brit¨¢nica en ?frica, se concentra buena parte de la inversi¨®n y la actividad del pa¨ªs. Pero esa actividad apenas roza al ciudadano de a pie. Sierra Leona ocupa el puesto 177 (sobre 186) en el ranking de ?ndice de Desarrollo Humano que combina par¨¢metros como la educaci¨®n, el PIB per c¨¢pita y la esperanza de vida. S¨ª, ha escalado varios puestos en los ¨²ltimos a?os, pero este es poco consuelo para quienes, como Seydou, se pelean cada d¨ªa por unos leones (la moneda nacional) en el sector informal.
Pescadores en Tombo (Sierra Leona). Foto: J. Naranjo
En contraste con el fren¨¦tico vaiv¨¦n de las gentes de Freetown, las provincias alejadas de la capital, que nunca fueron colonizadas sino que formaban parte de un protectorado, parecen ancladas en un tiempo anterior, con un desequilibrio enorme en materia de infraestructuras y desarrollo. En Bonthe, en el sur del pa¨ªs, Adama sale cada d¨ªa a pescar con su piragua en un precioso estuario de aguas poco profundas rodeado de manglares. ?l ve la botella medio llena. ¡°Si hay paz todo es posible y ahora al menos sabemos que la guerra es cosa del pasado¡±, asegura, gritando por encima del ruido del motor de su peque?a barca.
M¨¢s informaci¨®n en este blog: ?Qu¨¦ pasa en Sierra Leona? Por Chema Caballero
Comentarios
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.