?Es posible bloquear todos los anuncios de Twitter?
Tres golpes de dedo en el m¨®vil permiten bloquear a un anunciante en la red social. Pero, ?y si se bloquean todos?
A una red social se le puede medir la madurez mirando por d¨®nde le llegan los ingresos: a las j¨®venes, como Snapchat, no les entran por ning¨²n lado y a las veteranas, de Facebook para abajo, les entran por demasiados. Dentro de este punto de vista Twitter se encuentra donde se encuentra en todos los dem¨¢s: entre una cosa y la otra. Tiene un sistema de publicidad parecido al de Facebook, por el cual se fuerza la entrada de contenido comercial en el mismo sitio donde el usuario recibe la informaci¨®n a la que se ha suscrito (el timeline, por caer en el anglicismo). Pero es tan poco agresivo, tan poco intrusivo, que desprende una falta de vocaci¨®n comercial propia de una red social m¨¢s rom¨¢ntica. (No en vano, en un informe de beneficios reciente, Twitter valor¨® la presencia de un anuncio en 1.000 timelines en un d¨®lar con 44 c¨¦ntimos ¨C1,03 euros¨C, que ya es menos que el d¨®lar 49 c¨¦ntimos ¨C1,07 euros¨C que ten¨ªan por estas fechas el a?o pasado.)
El experimento requiere ir en contra de la l¨®gica que Twitter pretende imponer: la de la que el usuario siga a m¨¢s y m¨¢s gente
Tan fuerte es este compromiso con la libertad del individuo que a ¨¦ste le permite bloquear a los usuarios (marcas ser¨ªa un sin¨®nimo burdo pero adecuado) que ponen contenido patrocinado (publicidad) para no volver a ver sus anuncios. Estos usuarios se cuentan por miles y la tarea ser¨ªa tan draconiana que la pregunta es pr¨¢cticamente absurda, pero sin embargo merece la pena pregunt¨¢rselo porque, al menos, define la personalidad de la red social m¨¢s relevante del mundo: ?Es posible eliminar todos los anuncios de Twitter?
La respuesta es un s¨ª te¨®rico: nadie podr¨ªa hacerlo en la vida real porque los usuarios que suben contenido patrocinado crecen m¨¢s r¨¢pido de lo que uno puede ir elimin¨¢ndolos. El intento tambi¨¦n requerir¨ªa ir en contra de la l¨®gica que Twitter pretende imponer: la de la que el usuario siga a m¨¢s y m¨¢s gente. No hay m¨¢s que ver lo f¨¢cil que marcar un tuit como Favorito o seguir a alguien. Un golpe de dedo y est¨¢ hecho; bloquear a alguien requiere tres: darle a la foto de perfil de la cuenta que emite el tuit; una vez en su perfil pulsar la rueda de M¨¢s acciones de usuario y una vez ah¨ª ya se le puede dar a Bloquear, que, por supuesto, est¨¢ al lado de Seguir. Es decir que durante los dos primeros pasos uno no tiene ni la menor idea de ad¨®nde va.
Por una vez, el usuario se sentir¨ªa en control del proceso publicitario
Pero la idea es tentadora ¨Cy, a su manera, twitteriana: recuerda a cuando la red social era una empresa ruinosa llena de ingenieros anarquistas que quer¨ªan darle voz al pueblo¨C; al menos lo suficiente como para explorarla un poco m¨¢s. Lo primero ser¨ªa reconocer al enemigo (si se puede llamar enemigo a algo que remunera a los responsables de un servicio que nosotros usamos de forma gratuita): los tuits patrocinados y las cuentas patrocinadas. Ambas pagan en funci¨®n del rendimiento que generan. A Twitter no se le debe un c¨¦ntimo hasta que alguien interact¨²a con ese tuit. En el caso de las cuentas, eso se traduce en seguidores nuevos que se consiguen gracias al contenido patrocinado. En el caso de los tuits, si alguien lo guarda en Favoritos o abre el enlace o lo retuitea. Las tarifas no son las mismas para todos: se fijan por subasta y en funci¨®n de las interacciones que haya tenido en esa cuenta.
Partiendo de esa base, uno podr¨ªa valerse de la aplicaci¨®n Blocked by Me para ver a qui¨¦n ha ido bloqueando en Twitter en este videojuego contra el anunciante. El resultado ser¨ªa una imagen hasta conmovedora. Parecer¨ªa el rastro de destrucci¨®n dejado atr¨¢s por un guerrero huno a su paso por Tracia, pero el reguero de v¨ªctimas pintr¨ªaa una imagen opuesta a la que se vive a diario. Por una vez, el usuario se sentir¨ªa en control del proceso publicitario. Su dedo tiene m¨¢s poder que las inversiones en comunicaci¨®n de empresas p¨²blicas, privadas, medios de comunicaci¨®n, nuevos medios de comunicaci¨®n, hamburgueser¨ªas, yogures probi¨®ticos, destiler¨ªas, bebidas isot¨®nicas, pel¨ªculas de Hollywood, pel¨ªculas espa?olas, series de televisi¨®n, empresas telef¨®nicas, fabricantes de coches y compa?¨ªas petrol¨ªferas.
Puede uno acabar con anunciantes m¨¢s molestos que los que ha bloqueado y poner en riesgo la sostenibilidad de Twitter, pero como posibilidad, es fascinante
No son m¨¢s que un porcentaje rid¨ªculo de cuentos ofrecen contendo patrocinado en Twitter. Es imposible alcanzar un mundo paradis¨ªaco y exento de publicidad, aquel G¨¦nesis libre del pecado de los hombres que se creaba en Star trek. Y s¨ª, puede uno acabar trag¨¢ndose a anunciantes m¨¢s molestos que los ha bloqueado. Puede tambiar estar de poniendo en riesgo la sostenibilidad de Twitter, que no es poco. Pero durante los meses que quiera mantener el experimento, ser¨¢ un hombre luchando por seguir su propio. Un guerrero abri¨¦ndose camino hacia un mundo mejor al que sabe que jam¨¢s llegar¨¢. Debe ser de lo mejor que se puede lograr con tres golpes de dedo. Es algo de una gran inmadurez como red social. Pero tambi¨¦n es de una gran madurez.
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