Velos contra pelos
?Qu¨¦ tienen de subversivo las im¨¢genes de una joven en un campo de amapolas en el valle de Haraz, otra en una carretera de Guil¨¢n, una tercera en las laderas del Damavand, y otra m¨¢s en una playa del Caspio? Que todas ellas aparecen sin el pa?uelo que es preceptivo en Ir¨¢n. Hartas de que les digan c¨®mo tienen que vestirse, o m¨¢s bien cu¨¢nto tienen que taparse, decenas de mujeres iran¨ªes est¨¢n colgado fotos con el cabello al aire en una p¨¢gina de Facebook que defiende su libertad para no cubrirse. Los guardianes de las esencias no han tardado en responder con otra p¨¢gina a favor de la obligatoriedad del hiyab. Velos contra pelos.
¡°Tengo derecho a [disfrutar de] libertad en mi pa¨ªs. ?A d¨®nde se supone que deber¨ªa ir para ser libre? Mi hogar est¨¢ aqu¨ª¡±, defiende en Mi libertad oculta una mujer que ha dejado caer su pa?uelo y sonr¨ªe a la c¨¢mara desde detr¨¢s de sus gafas de sol.
Otra que ha colgado una foto en la que se la ve en la cima de una monta?a en Tabriz, al noroeste de Ir¨¢n, reflexiona sobre el placer de sentir el aire en su pelo. ¡°Esperamos que esta libertad no tenga que permanecer secreta¡±, manifiesta.
Frente a las im¨¢genes de alegr¨ªa y disfrute que aparecen en esa p¨¢gina, la titulada La verdadera libertad de la mujer iran¨ª ofrece como alternativa unas estereotipadas fotos de moda isl¨¢mica aceptable y ni?as peque?as con chador, la capa negra con que las piadosas chi¨ªes se cubren de la cabeza a los pies.
¡°La televisi¨®n iran¨ª solo muestra a un lado de la sociedad, el de quienes llevan hiyab¡±, lamentan tres chicas en una playa del Caspio con sus pa?uelos al viento.
El hiyab, habitualmente traducido como pa?uelo isl¨¢mico o velo, se refiere al imperativo religioso en el islam de que las musulmanas oculten el cabello y las formas del cuerpo. Adquiere diferentes formas, seg¨²n los pa¨ªses. En Ir¨¢n, sin embargo, tiene un alto contenido pol¨ªtico, ya que se ha convertido en el s¨ªmbolo de la Rep¨²blica Isl¨¢mica. Desde poco despu¨¦s de la revoluci¨®n de 1979, se hizo obligatorio que todas las mujeres, sea cual sea su religi¨®n e incluso las visitantes extranjeras, se cubran la cabeza y lleven un sobretodo hasta las rodillas, cuando est¨¢n en lugares p¨²blicos.
Las mujeres que han colgado sus fotos con el pelo al aire corren el riesgo de ser detenidas por ello. Algunas aparecen de espaldas o en poses que hacen dif¨ªcil reconocerlas, pero a muchas parece no preocuparles. Miran a la c¨¢mara, sonrientes o desafiantes, mientras disfrutan de la moment¨¢nea libertad. Incluso las hay que posan junto a sus parejas.
¡°Caminamos unos minutos por la orilla rocosa, sin pa?uelo y disfrutando de la brisa fresca en nuestro pelo¡±, cuentan una madre y una hija desde una playa de Kish.
En apenas tres semanas, la p¨¢gina Mi libertad oculta ha recibido 318.000 me gusta, generado un hashtag en Twitter (#mystealthyfreedom) y alentado miles de comentarios de apoyo. No s¨®lo de mujeres sino tambi¨¦n de hombres. Uno de estos que osa apuntar que quitarse el velo no significa libertad, recibe una lluvia de cr¨ªticas; las aludidas le piden que se ponga en su lugar y aguante con la cabeza tapada el sol o la lluvia, incluso para hacer deporte o darse un ba?o en la playa.
¡°La respuesta ha sido enorme. Nunca lo hubiera imaginado¡±, admite Masih Alinejad, la periodista iran¨ª en el exilio que est¨¢ detr¨¢s del proyecto.
Todo empez¨® casi por casualidad. Alinejad colg¨® una foto suya corriendo por las calles de Londres en su Facebook. ¡°Recib¨ª un mont¨®n de comentarios de mujeres iran¨ªes que dec¨ªan envidiar mi libertad para llevar el pelo al aire¡±, relata por tel¨¦fono desde la capital brit¨¢nica, donde reside. Convencida de que sus compatriotas saben c¨®mo burlar a las autoridades, subi¨® otra imagen conduciendo sin pa?uelo por una carretera del norte de Ir¨¢n, un atrevimiento que esta corresponsal ha presenciado incluso en Teher¨¢n. Entonces pregunt¨® a sus seguidoras si estar¨ªan dispuestas a compartir ¡°sus momentos secretos de libertad¡±.
¡°Como mujer iran¨ª, tengo derecho a [disfrutar] de la libertad verdadera, no a escondidas. La libertad a escondidas no es libertad¡±, asegura una joven que se ha retratado melena al viento en Pers¨¦polis.
Fue el volumen de las respuestas lo que llev¨® a Alinejad a iniciar Mi libertad secreta. Desde entonces no ha dejado de recibir fotograf¨ªas. ¡°No llevo la cuenta. Son cientos. Y siguen llegando cada hora¡±, conf¨ªa abrumada.
Pero el ¨¦xito tambi¨¦n ha tra¨ªdo consigo la atenci¨®n de los sectores m¨¢s conservadores del r¨¦gimen para quienes resulta intolerable que se cuestione el hiyab. M¨¢s all¨¢ la ominosa p¨¢gina que bajo el t¨ªtulo La verdadera libertad de la mujer iran¨ª defiende que ¡°no respetar el hiyab es peor que no llevar nada encima¡±, su iniciativa ha suscitado que el l¨ªder de la plegaria del viernes haya pedido que se proh¨ªba Internet y un ataque personal en Fars. Esta agencia, pr¨®xima a los Pasdar¨¢n, la acusa de estar ¡°vendida a los gobiernos occidentales¡± y de instigar a las iran¨ªes a que ¡°se quiten el pa?uelo¡±.
¡°No abr¨ª la p¨¢gina para desafiar al Gobierno, sino para dar voz a las mujeres que no pueden expresarse dentro de Ir¨¢n; es una plataforma, no un movimiento pol¨ªtico¡±, subraya Alineyad, que antes de abandonar su pa¨ªs en 2007 ya sufri¨® los dardos de los ultras por sus art¨ªculos en Etemad-e-Melli.
Ahora le alarma la interpretaci¨®n que est¨¢n haciendo los reaccionarios. En un art¨ªculo publicado en la agencia Tasnim, Hadi Sharifi, que se define como ¡°activista cultural¡±, responde a Mi libertad secreta que ¡°cualquier mujer que no respete el hiyab se arriesga a ser violada, ya que despierta el deseo sexual del hombre¡±. ¡°No todos los iran¨ªes opinan as¨ª; muchos nos apoyan¡±, se apresura a aclarar, preocupada porque ¡°las autoridades est¨¢n arruinando la imagen¡± de su pa¨ªs.
Es consciente de que ha tocado una l¨ªnea roja.
¡°Cada vez que [las mujeres] hemos querido abordar el asunto del hiyab, nos han parado. Los gobiernos conservadores acus¨¢ndonos de no creer en el islam y los reformistas con el pretexto de que no era el momento adecuado. ?Cu¨¢ndo va a serlo? Llevamos tres generaciones sufriendo esa imposici¨®n. Ya no pueden censurarnos m¨¢s. Tambi¨¦n somos iran¨ªes y gracias a las redes sociales podemos tener voz¡±, concluye.
De momento, en Facebook van ganando la batalla del velo. Sus contrincantes apenas han conseguido 5.000 me gusta. Otra cosa es el mundo real.
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