Un huerto a ras del sal¨®n
La horticultura urbana repunta como una actividad sana, barata y eficaz para acabar con el estr¨¦s rutinario y conectar con la naturaleza, incluso sin salir del piso
Todmorden era un peque?o pueblo alejado de los focos de la tranquila campi?a inglesa hasta que, en 2008, comenz¨® a convertirse en lo que hoy es: el poblado m¨¢s comestible del mundo. Gracias a los voluntarios del programa Incredible Edible (Incre¨ªble Comestible), sus casi 15.000 habitantes pueden experimentar la sensaci¨®n de recolectar por s¨ª mismos toda clase de verduras y hortalizas sembradas en los numerosos huertos urbanos instalados por sus calles, a la vez que participan en el proceso de siembra y cuidado del entorno. Y gratis. La experiencia de Todmorden tambi¨¦n se vive, a menor escala, en grandes ciudades como Par¨ªs, Londres o Nueva York, donde cualquier recoveco es v¨¢lido para recrear y saborear una peque?a porci¨®n de vida rural, ya sea en un patio com¨²n o en la azotea de un rascacielos. Un remanso de paz dentro de la vor¨¢gine cosmopolita.
En Espa?a poco a poco va calando el concepto de horticultura urbana, que procede de Centroeuropa, y no son pocas las ciudades que se animan a implantar este modelo que posee much¨ªsimos beneficios a un coste reducido. ¡°Un huerto urbano desarrolla un mayor enfoque social en zonas de mucha congesti¨®n urban¨ªstica, sirviendo para el relax y la concienciaci¨®n; todos pueden tener uno en casa¡±.
Joseba Laserna, CEO del Grupo Lagar, empresa especializada en paisaj¨ªstica y huertos urbanos que trabaja para grandes multinacionales en Espa?a, cree que la mentalidad est¨¢ cambiando en tanto que la gente muestra cada vez ¡°mayor preocupaci¨®n por lo que come y de la manera que se cultiva¡±, sin pesticidas y con mayor perspectiva ecol¨®gica. No existe un determinado perfil de usuario. S¨ª existe, por el contrario, la satisfacci¨®n impl¨ªcita de ver c¨®mo se obtienen resultados del proceso de siembra y mantenimiento en forma de sabrosos frutos, ¡°nada que ver con las verduras que podemos comprar en el supermercado¡±. Todo por muy poco tiempo y dinero, lo que tambi¨¦n ayuda a explicar el repunte de estos neoagricultores urbanitas en tiempos de crisis econ¨®mica.
Capacidad para unir lazos
Que estrellas del celuloide como Daryl Hanna, Leonardo DiCaprio o Ed Harris se manifestaran contra la demolici¨®n del huerto urbano de South Central Community Garden, en Los ?ngeles, es solo un ejemplo de la incidencia de los mismos en la sociedad. En Espa?a cada vez son m¨¢s las asociaciones que crecen al amparo de estas pr¨¢cticas agr¨ªcolas que ayudan a estrechar lazos en la comunidad.
As¨ª lo cree Nieves Fern¨¢ndez Navarro, t¨¦cnica del Servicio de Conservaci¨®n de Urbanismo del Ayuntamiento de M¨¢laga y coordinadora del programa de huertos urbanos para colectivos en la capital de la Costa del Sol, cuya actuaci¨®n ha propiciado la puesta en escena de huertos en la ciudad aprovechando solares abandonados. ¡°Los acondicionamos, instalamos el sistema de agua y el mobiliario; de la gesti¨®n se encarga cada distrito y cada vecino¡±, apunta, destac¨¢ndolo como una manera eficaz y barata de afrontar el reto de evitar la p¨¦rdida de suelo y su impermeabilizaci¨®n, adem¨¢s de mejorar la calidad del aire, la paisaj¨ªstica del entorno y las relaciones vecinales. En la actualidad, hay lista de espera para utilizar los cuatro huertos urbanos de los que dispone M¨¢laga, aunque lo m¨¢s importante para Fern¨¢ndez Navarro son las actividades comunitarias que genera, ¡°sobre todo de los abuelos a los nietos, que les ense?an saberes de la tierra con un claro objetivo educativo¡±.
Huertos en casa
Cualquier esquina, terraza o ventana iluminada se ha convertido en un aliado para la implantaci¨®n de jardineras que deriven en un peque?o huerto casero, de manera que comience a ser com¨²n la aparici¨®n de tomates, pimientos o lechugas en nuestros hogares en vez de plantas de ornamentaci¨®n. Santiago Cuerda, coordinador del proyecto Huertos Compartidos que fomenta el uso de toda clase de huertos, destaca que el 10% de la poblaci¨®n de Madrid ¡°son cultivadores¡±, y que va en aumento pese a su escasa tradici¨®n. ¡°Se trata de una forma de recuperar la conexi¨®n con la naturaleza y disfrutar del proceso¡±. A?ade Cuerda que las nuevas tecnolog¨ªas ayudan a implantar este tipo de pr¨¢cticas que favorecen al medio ambiente y al bienestar, especialmente en un pa¨ªs con el clima tan ben¨¦volo como Espa?a. Y es que, ?a qui¨¦n no le gusta que sus hortalizas sepan realmente a hortalizas?
C¨®mo crear mi propio cultivo en la terraza
Se puede tener un peque?o cultivo en casa, incluso sin terrazas ni jardines, pero no sin cumplir una serie de pautas. Antes de empezar con la siembra conviene pensar d¨®nde queremos ubicar el huerto. Parece una perogrullada, pero no lo es. Su orientaci¨®n, las horas del sol y el espacio que le destinamos son claves para el ¨¦xito de la cosecha: a mayor exposici¨®n al sol, mejor y m¨¢s r¨¢pidamente crecer¨¢n las plantas. A continuaci¨®n, en funci¨®n del espacio, se puede optar por pal¨¦s, jardineras, macetas u otros materiales reciclables como botellas o latas para la plantaci¨®n, siendo convenientes aquellos que posean una mayor profundidad para facilitar el enrizamiento.
Una vez elegido, se procede a rellenar con sustrato enriquecido para alimentar a las plantas. Este proceso es esencial para garantizar la calidad del huerto, recomend¨¢ndose compuestos que m¨¢s o menos contengan un 60% de sustrato universal, un 30% de esti¨¦rcol de caballo y un 10% de humus (se venden ya preparados). Se recomienda renovar estos nutrientes una vez al mes. Posteriormente, se aplica abono ecol¨®gico espec¨ªfico para plantas hort¨ªcolas en las indicaciones que recomiende el fabricante (50g/m2 aprox.) para luego mezclarse de manera que la tierra quede oxigenada, apelmazada y sin terrones.
Con todo preparado, ¨²nicamente quedan por incluir las semillas o las plantas trasplantadas, seg¨²n se quiera. En casos de monocultivo, as¨ª como en la gran mayor¨ªa del resto, apenas hay problemas de convivencia entre especies, aunque existen ciertas hortalizas que son incompatibles entre s¨ª (p. ej. las cebollas con las patatas). Tambi¨¦n las hay pertenecientes a ¨¦pocas distintas del a?o, as¨ª como las que poseen una determinada variedad de tama?os, desde las peque?as albahacas hasta los tomatales de 1,5 metros que necesitan tutores para permanecer erguidos. Todos son aspectos a tener en cuenta dado que cada cultivo es diferente para cada planta.
La siembra, por tanto, supone la fase final a la creaci¨®n del huerto dom¨¦stico. Para facilitad su prosperidad es necesario regarlo una vez al d¨ªa (mejor por las ma?anas), de manera que la tierra quede h¨²meda, no encharcada. Si se quiere evitar que las ra¨ªces se pudran por el agua, es ¨²til realizar unos agujeros en el fondo de los tiestos y poner una capa de gravilla bajo la tierra que facilite el drenaje, justo antes de iniciarlo todo. Otros aspectos, como los insecticidas naturales, pueden consultarse a trav¨¦s de las webs especializadas y tiendas dedicadas al sector. Pero lo m¨¢s importante a cultivar es la paciencia. Hay plantas que crecen antes que otras, no se ofusque si no ve frutos pronto. La clave est¨¢ en disfrutar del proceso, conectar con la naturaleza y saborear su resultado. Que aproveche.
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