Santo patrono del padre Brown
El creador del padre Brown es uno de esos autores que gracias a Borges ha devenido cl¨¢sico para el lector de habla hispana
Adem¨¢s de novelista, poeta, ensayista, dramaturgo, cronista de viajes, escritor de cuentos policiales, cr¨ªtico, polemista y creador de la doctrina econ¨®mica distributiva, Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) ten¨ªa abierta desde 1958 una causa por su beatificaci¨®n, reactivada hace menos de un a?o. Por lo tanto, Chesterton est¨¢ en carrera de santidad y cuando el Vaticano certifique un milagro podr¨ªa ser elevado a los altares.
En la mayor¨ªa de librer¨ªas inglesas es imposible encontrar sus libros, porque no es un autor que reediten con frecuencia las editoriales brit¨¢nicas. Tampoco en Estados Unidos, donde existen numerosas sociedades que honran su obra y su memoria como The American Chesterton Society (www.chesterton.org). Sin embargo, en Espa?a y Am¨¦rica Latina nunca faltan reimpresiones y nuevas traducciones de Chesterton, porque el creador del padre Brown es uno de esos autores que gracias a Borges ha devenido cl¨¢sico para el lector de habla hispana y por eso se contin¨²a reeditando en M¨¦xico (FCE y Sexto Piso), Argentina (Losada, Emec¨¦, Lohl¨¦ y ?gape) y Espa?a (Acantilado, Renacimiento, Pre-Textos, Espuela de Plata, Valdemar, Alta Fulla, Ciudadela, Acuarela de Libros...). ?No es un milagro que un autor ingl¨¦s fallecido hace casi un siglo sea m¨¢s popular en el idioma de Cervantes que en la lengua de Shakespeare?
Chesterton no tuvo una especial formaci¨®n religiosa, pues de adolescente practic¨® la ouija y el espiritismo. M¨¢s tarde se declar¨® agn¨®stico e incluso se adorn¨® con m¨¢s de una iron¨ªa anticlerical, hasta que en 1901 se cas¨® con Frances Blogg, convirti¨¦ndose de pronto a la religi¨®n de su mujer: el anglicanismo. No obstante, atra¨ªdo por la religi¨®n y ¨¦l mismo pose¨ªdo por una fe voraz, comenz¨® un proceloso acercamiento al catolicismo durante el cual public¨® los ensayos Herejes (1905), Ortodoxia (1908) y La superstici¨®n del divorcio (1920), as¨ª como las dos primeras entregas de las aventuras del padre Brown, divertido detective inspirado en la figura del sacerdote cat¨®lico John O¡¯Connor. A lo largo de aquellos a?os Chesterton polemiz¨® m¨¢s de una vez con escritores agn¨®sticos como H. G. Wells y Bernard Shaw, quienes fueron sus rivales pero jam¨¢s sus enemigos, porque el humor y la inteligencia le depararon cari?os y admiraciones a p¨¢jaros. En 1922 Chesterton se convirti¨® al catolicismo sin decirle nada a su mujer, pero ella se convirti¨® tambi¨¦n en 1926. Para entonces Chesterton ya hab¨ªa publicado la biograf¨ªa de san Francisco de As¨ªs (1923), el ensayo El hombre eterno (1925) y el poemario La reina de siete espadas (1926), textos que sin duda terminaron de animar al papa P¨ªo XI a concertar una cita con Chesterton en Roma en 1929. El escritor colombiano Juan Esteban Consta¨ªn ha dedicado una deliciosa novela ¨CEl hombre que no fue jueves¨C a la secreta misi¨®n que el Papa le encomend¨® a Chesterton, aunque no es menos novelesco que P¨ªo XI lo declarara Defensor Fidei cuando falleci¨®. ?No es milagroso que despu¨¦s de batirse en nombre de una fe minoritaria contra todos los estamentos religiosos e intelectuales de Inglaterra Chesterton muriera en olor de simpat¨ªa y multitud?
El 10 de marzo de 2013 el cardenal arzobispo de Buenos Aires ¨Cpromotor en 2005 de la I Conferencia Iberoamericana sobre Chesterton organizada por la Sociedad Chestertoniana de Argentina¨C solicit¨® la reapertura de la causa por la beatificaci¨®n de Chesterton y tres d¨ªas despu¨¦s fue proclamado Papa. ?No es un milagro que Borges y Bergoglio sean piezas de una trama digna de El secreto del padre Brown?
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