Identidad africana en el f¨²tbol y 'fair play'
Por Anal¨ªa Iglesias
Solo cinco de los 54 socios africanos de la FIFA llegaron a este Mundial de F¨²tbol en Brasil. Y ¨²nicamente dos han pasado a octavos: Nigeria y Argelia (aunque algunos jugadores argelinos prefieran representar al mundo ¨¢rabe que a ?frica). Las confederaciones sudamericanas y europeas se adjudican la mayor¨ªa de los cupos del campeonato mayor del f¨²tbol mundial, aunque sus asociaciones miembro suman algo m¨¢s de 60 (frente a las 100 de Asia y ?frica).
Otra vez, el mundo mal repartido.
Y, sin embargo, la alegr¨ªa -que no es s¨®lo brasile?a-, la traen selecciones como la de Nigeria, jugando bien, fuerte y¡ sonrientes. ?Alguien vio alguna vez a un portero m¨¢s feliz y amable que Vincent Enyeama?
Vincent Enyeama, el actual portero de la selecci¨®n de Nigeria.
Hace unos d¨ªas, se midi¨® contra Messi, cuerpo a cuerpo, en¨¦rgico y concentrado, pero al finalizar cada jugada, le sali¨® la sonrisa, la broma y la palmadita de amigo a su contrincante. Eso es fair play.
Cuentan que antes del segundo tiempo del partido Argentina-Nigeria, Enyeama se re¨ªa con el ¨¢rbitro, recrimin¨¢ndole en broma que, encima que le tocaba atajar lo que pateara Messi, este le diera tiros libres. Parece que el ¨¢rbitro, risue?o tambi¨¦n por la atrevida chanza, le contest¨® que ¨¦l pod¨ªa con eso, que era un muy buen jugador y que si no, no habr¨ªa llegado hasta all¨ª.
Si adem¨¢s de castigos y suculentas primas, en esta Copa del Mundo se entregara un premio a la alegr¨ªa de vivir (o a esa manera de transmitirla) y al compa?erismo, m¨¢s all¨¢ de las fronteras y las rivalidades deportivas, este tendr¨ªa que ir al equipo de Nigeria o, al menos, al sonriente Enyeama.
?Ser¨¢ que el f¨²tbol en ?frica todav¨ªa es motivo de alegr¨ªa m¨¢s que de adusto negocio y reproche? No lo s¨¦, pero eso parece, con la honrosa excepci¨®n del vehemente Eto¡¯o y de alguna duda sobre la dichosa ¡®identidad¡¯ de los equipos.
Dir¨¢n los hombres que estas demandas huelen a divagaciones de mujer, menos preocupada por los grandes r¨¦cords de los machos alfa que por el don de gente de los virtuosos que llegan a jugar con una pelota, en esas arenas estelares, por buen dinero.
S¨ª, as¨ª es.
Tambi¨¦n hay curiosidad de mujer en la pregunta a un entrenador argentino que ha hecho gran parte de su carrera (y ganado buena reputaci¨®n) dirigiendo a equipos de ?frica, como Oscar Fullone (La Plata, 1939). Fullone gan¨® la Copa ?frica con el Abidjan de Costa de Marfil; lo mismo con el Raja Casablanca, de Marruecos, en 1999, y tambi¨¦n en 2001, con el WAC marroqu¨ª, con el que tambi¨¦n se llev¨® la Copa del Trono.
El t¨¦cnico argentino Oscar Fullone, en Marruecos.
?Cu¨¢l es la caracter¨ªstica que diferencia a un jugador africano de un europeo o un latinoamericano?, le preguntamos a Fullone, el de las tres Copas ?frica, un mediod¨ªa de junio, en Rabat. "En ?frica se juega un d¨ªa de una manera, otro de otra. No acepto a aquel que no tiene identidad ¨Cexplica, contundente¨C . El f¨²tbol africano dif¨ªcilmente llegue lejos: hay falta de organizaci¨®n, cambio permanente de ideas y de reglas; de mentalidad. Si hay un equipo que juega bien, no hay continuidad. No se cuida la cantera. Pero a la FIFA le importa: son 54 votos; mientras en Am¨¦rica tenemos diez votos".
A Fullone lo conocen bien en clubes de todo el continente, ha trabajado en ocho pa¨ªses de ?frica, adonde lleg¨® a principios de la d¨¦cada de los 80, invitado por el entonces presidente de Costa de Marfil, como consejero para la selecci¨®n nacional; lo condecoraron en cinco pa¨ªses y sigue all¨ª, aunque su casa es siempre Buenos Aires. En Marruecos lleva m¨¢s de 20 a?os (ahora encargado de un centro polideportivo a las puertas del desierto del Sahara, en G¨¹elmin) y todo el mundo lo conoce: "Tendr¨ªamos que salir a dar una vuelta por la estaci¨®n de trenes y ver¨ªas que todo el mundo se acerca a hacerse fotos y a pedir aut¨®grafos. El amor con el pueblo no lo perd¨ª nunca. Trabaj¨¦ por la alegr¨ªa de un pueblo. Lo tuve. Fui el ¨²nico entrenador argentino", comenta.
"En Sahara G¨¹elmin queremos hacer un centro de formaci¨®n deportivo, porque no hay entrenadores cualificados", asegura, y pensamos justamente en los comentarios que o¨ªmos durante este Mundial, al que han llegado, s¨ª, equipos de pa¨ªses asi¨¢ticos y africanos, pero en su mayor¨ªa dirigidos por entrenadores europeos o sudamericanos. Y de nuevo la excepci¨®n: Nigeria, y su tambi¨¦n sonriente DT Stephen Keshi.
Popular (y algo desafortunada) caricatura del dibujante argentino Caloi: 'el hincha de Camer¨²n', dibujado para el Mundial de 1982.
De Fullone nos despedimos sabiendo que en ?frica uno se encuentra cuando se encuentra, porque el reloj, como ¨¦l dice, "aqu¨ª es sobre todo una ornamentaci¨®n". Y pensamos en la soledad de la caricatura de aquel hincha de Camer¨²n que tan caprichosamente dibuj¨®, para el Mundial 82, el ilustrador argentino Caloi, muy lejos de ?frica y sin la menor intenci¨®n de ser fiel a la vida poderosa de este continente. Eran otros tiempos, hoy s¨ª que podemos acercarnos. No hay excusas. Lleg¨® la hora de "quedar".
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