Carta de una interna
Por JAMILETH CHAVARRIA
Cu¨¦ntame del r¨ªo, del verde eterno que se extiende por la carretera; cu¨¦ntame de la corriente de la culebra. Descr¨ªbeme un d¨ªa de lluvia, una noche de tormenta, de la lagartera. ?El Esquir¨ªn sigue ah¨ª? Cu¨¦ntame de la monta?a rusa de la emboscada, no dejes que se me olvide.
Cu¨¦ntame de la Posa Bruja, ?Has pescado ¨²ltimamente? No dejes que se me olvide su geograf¨ªa, la magia del salto, las manos abiertas de las hojas verdes de tu palma.
Guardo conmigo la silueta de tu imprudencia, la rabia desnuda que aplaude sobre las paredes de la roca que escuch¨® nuestros agitados cuerpos. Mi coraz¨®n galopante se perd¨ªa en la ca¨ªda del agua. ?Qu¨¦ d¨ªas! Que no se me olvide ninguno.
Aqu¨ª ya vino el fr¨ªo; habito en una casa hornilla, tiene calefacci¨®n las 24 horas de los d¨ªas. ?Huelo a chamusca? Afuera, el fr¨ªo me quema igual que un sol de Managua; al salir pareces una cebolla con todas sus capas. ?Ya me contar¨¢s de regreso a la horn¨ªa?
Me levanto todo los d¨ªas a las nueve de la ma?ana o esa deber¨ªa ser la hora que me levante, seg¨²n mi jefe. Yo me levanto calladita a las siete de la ma?ana, me siento junto al radiador de la cocina con un buen libro y una taza de caf¨¦ de Colombia, no tengo ahora del nuestro. No me acostumbro al caf¨¦ de aqu¨ª, ese sabor que le da el torrefacto, no me "gurmoni" mucho, como dice mi compadre. Y por cierto que siempre le recuerdo, cantando a todo pulm¨®n en su hamaca y frente a la tele.
?Sabes por qu¨¦ los d¨ªas de una interna son tan lejos?
Estoy en Espa?a, en Madrid, una ciudad de casi tres millones y medio de habitantes, con gente de todo el mundo. Es un puerto sin mar, claro que este es mar de gente ?a que s¨ª? Hay de todos los colores y todas las lenguas. Es genial moverse en este mundo con todos los colores, olores, sabores, melod¨ªas y secretos. Es tan grande que no es posible ni conocer al vecino m¨¢s cercano. Paso todos los d¨ªas frente al parquecito y siempre les digo: "adi¨®s, buenos d¨ªas, bonito d¨ªa..." A veces tengo respuesta y a veces nada, ni siquiera una media risa, nada. Por eso creo que es el mar, un mar nunca se puede conocer, no conozco a alguien que me cuente de la profundidad, de sus especies, sus colores, su todo. Todo es superficial. Aunque n no creo que sean gente triste o arrogante, creo que los han entristecido o se hicieron viejos.
Ya sabes que nunca he sido una mujer correcta, me encanta y soy feliz siendo loca. Del teatro de mi vida, soy la protagonista principal. ?Que ser¨ªa de mi vida si no fuera loca? ?te imaginas? No es que ande buscando a alguien en especial, pero lo normal es que las personas nos podamos ver e interactuar: una risa o una mirada te cambian el d¨ªa y no cuesta nada.
El aire de la calle me airea un poco, es cuando me siento mejor. Me da risa, en ocasiones me sent¨ª como alg¨²n paquete. El aire que respiro dentro esta chamuscado por tanto calor y humor nuestro. ?Vos sabes c¨®mo es estar encerrado? Huelo a caj¨®n, a armario o a ropero sin abrir; lo bueno es que la nariz tambi¨¦n se acostumbra y la chamusca resulta siendo agradable.
Aqu¨ª el vecino m¨¢s cercano no es el hermano, como lo hemos aprendido nosotros. Son raros y contados los vecinos que se conocen, que se preguntan: "?c¨®mo est¨¢ el d¨ªa de hoy?". Eso debe ser normal aqu¨ª, y lo entiendo, pero no es mi mundo. Seguir¨¦ aprendiendo; de todas maneras, un d¨ªa me regresar¨¦. Cu¨¦ntame del r¨ªo, de la monta?a, de los p¨¢jaros de la mata de bamb¨², no dejes que se me olvide.
Jamileth Chavarr¨ªa es activista de la RED Mujeres Latinoamericanas y Caribe?as en Espa?a
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