El equipo de f¨²tbol que naci¨® de la nada
El documental 'Zoran y los tigres del gol' narra el nacimiento de la selecci¨®n de f¨²tbol de Sud¨¢n del Sur, el pa¨ªs m¨¢s joven del mundo
¡°Todo pa¨ªs necesita un equipo de f¨²tbol¡±. Es una de las primeras frases del documental Zoran y los tigres del gol. Cuando naci¨® Sud¨¢n del Sur, hace ahora tres a?os, hubo que partir de cero con muy pocos recursos: un nuevo Gobierno, instituciones, una estructura de estado y, por supuesto, una nueva selecci¨®n de balompi¨¦.
La cinta, que se puede ver el 3 de julio en varias ciudades de Espa?a, narra este nacimiento, que va en paralelo al del pa¨ªs m¨¢s joven del mundo, sumido ahora en una terrible guerra civil que deja al f¨²tbol en el ¨²ltimo plano de las preocupaciones nacionales. Pero ver la gestaci¨®n del equipo tambi¨¦n da la oportunidad conocer c¨®mo surgi¨® el nuevo Estado. Porque es una historia de f¨²tbol, pero sobre todo lo es de personas que viven (y mueren) en este proceso.
El documento que acreditaba a los votantes del refer¨¦ndum que dio lugar a la creaci¨®n de Sud¨¢n del Sur es un trofeo m¨¢s de los que colecciona Thomas, uno de los jugadores de la selecci¨®n. Lo guarda junto a sus medallas de mejor jugador y m¨¢ximo goleador de la liga. La cinta muestra c¨®mo el y sus compa?eros, con tanta ilusi¨®n como ingenuidad, buscan colocarse entre las mejores selecciones del mundo, entrenando en campos no acondicionados para este deporte y con porter¨ªas caseras.
La malaria que azota al pa¨ªs, la separaci¨®n de familias entre el norte y el sur, y el conflicto del petr¨®leo que dio lugar a la guerra civil son las historias que este documental cuenta con la pelota como hilo conductor y con el entrenador, el peculiar serbio Zoran Djorjevic, como protagonista. Es un iluminado que dice ser ¡°responsable de los 10 millones de j¨®venes del pa¨ªs¡± e intenta motivar a unos jugadores absolutamente amateurs para ser ¡°campeones del mundo¡±.
Y durante una hora y cuarto, el f¨²tbol y la vida, la del pa¨ªs y la de sus gentes, se van entrelazando. ¡°No somos pol¨ªticos, solo futbolistas, pero nuestro deporte puede traer paz a un pa¨ªs devastado por la guerra¡±, afirma uno de los protagonistas. Mientras, un obrero pinta el rudimentario estadio donde la selecci¨®n sursudanesa jugar¨¢ su primer partido: ¡°Elegimos blanco porque es elegante, pero tambi¨¦n porque es s¨ªmbolo de la paz. Me convierto en parte de la historia de mi pa¨ªs con este trabajo¡±.
Hasta el momento, la selecci¨®n de Sud¨¢n del Sur no ha ganado ni un solo partido. Djorjevic se fue sin conseguir sus ilusiones. Los ciudadanos tambi¨¦n ven c¨®mo las suyas naufragan en lo que puede convertirse en otro Estado africano fallido.
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