?De d¨®nde viene la expresi¨®n "salir del armario"?
Historia de la transformaci¨®n de un falso mueble que durante a?os ha aislado a los homosexuales
La expresi¨®n ¡°salir del armario¡± no aparece en la literatura homosexual hasta 1960, y lo hace como evoluci¨®n de la palabra ¡°salir¡± (de connotaciones muy diferentes). ¡°La ¡®salida¡¯ de un hombre gay originalmente se refer¨ªa a su presentaci¨®n oficial en grandes manifestaciones colectivas, bailes de drag queens que se celebraban en Estados Unidos, a imagen y semejanza de los grandes bailes de m¨¢scaras que se organizaban en Nueva York, Chicago, Nueva Orleans o Baltimore en el periodo de preguerra¡±, escribe el profesor de Historia de la Universidad de Yale George Chauncey en su obra Gay New York. Por tanto, no hab¨ªa ¡®armarios¡¯ en estas ¡®salidas¡¯ iniciales, ni alusiones al secreto de la homosexualidad. El mueble vino despu¨¦s, como s¨ªmbolo del aislamiento, ocultaci¨®n y miedo al rechazo.
Si desaparecer¨¢n o no los armarios es una pregunta a¨²n por contestar, pero lo que s¨ª queda claro es que hemos entrado en una fase de reciclaje, donde los muebles que antes eran celdas ahora son procesos de autoafirmaci¨®n. El siguiente nivel, por supuesto, reside en su eliminaci¨®n.? "Es una lucha que se va a conseguir. Hay que educar en la diversidad, en la aceptaci¨®n de uno mismo y de los dem¨¢s. Se deber¨ªan trabajar los derechos humanos en el curr¨ªculum escolar. Los profesionales de la ense?anza deben ser educadores, no transmisores del conocimiento¡±, opina al respecto Jes¨²s Generelo, secretario general de la Federaci¨®n Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB).
Armando Recio (nombre ficticio) lo dispuso todo al modo que aconsejan los especialistas: prepar¨® previamente el terreno con sugerencias sutiles, eligi¨® un momento relajado para todos y en el que ¨¦l se sent¨ªa concienciado y cont¨® con el apoyo de un aliado (en este caso, su hermano mayor). Pero cuando espet¨® a su familia que esa chica con la que siempre sal¨ªa de copas no era su novia sino su mejor amiga y que ese chico al que todos daban por colega era, por el contrario, su pareja, el shock fue ¡°monumental¡±. Los padres de Armando no hab¨ªan hecho sus deberes: dejar de dar por hecho que los hijos son, casi por ley, heterosexuales. No hab¨ªan reciclado el armario en el que su v¨¢stago se escondi¨® durante a?os. Porque la normalizaci¨®n es siempre el punto de partida.
¡°Las familias deben crear un clima de protecci¨®n y respeto, y nunca presuponer que sus hijos son heterosexuales, dejando siempre un espacio para la comunicaci¨®n en el que el ni?o pueda sentirse libre de hablar. Si los padres sospechan que su hijo puede ser gay, deben ir d¨¢ndoles pistas, de forma que el ni?o entienda que ese cari?o no se va a ver mermado¡±, aclara Jes¨²s Generelo. Un dato: los j¨®venes definen su orientaci¨®n sexual en la pubertad o adolescencia temprana (de los 10 a los 14 a?os).
La conciencia de lo natural
Para el m¨¦dico psicoterapeuta Jos¨¦ Ignacio D¨ªaz, especialista en desarrollo psicosocial homosexual, es dif¨ªcil aspirar a una sociedad sin armarios. Lo explica: ¡°El armario no es solo consecuencia de la homofobia, que tambi¨¦n. El armario significa autoaceptaci¨®n. Y para cualquier joven es dif¨ªcil aceptar que es diferente, porque los heteros siguen siendo predominantes. La mayor¨ªa de los padres son heterosexuales, y un cr¨ªo siempre quiere imitar a sus padres. Aceptar la diferencia nunca es f¨¢cil para un chico o una chica: necesitar¨¢n tiempo para asimilar lo que son. Y ese armario estar¨¢ ah¨ª siempre. Pero podemos conseguir que sean estancias m¨¢s breves y menos dolorosas¡±. De nuevo, el reciclaje, la transformaci¨®n: convertir el dichoso mueble en una liviana experiencia de crecimiento, en consonancia con una nueva conciencia que naturaliza y no se?ala.
Manifestaciones como las de el Orgullo Gay (y en esto coindicen ambos especialistas) ayudan a la causa. Generelo rememora aquella vez en que un chaval muy jovencito, tras la manifestaci¨®n del Orgullo Gay de 2013, se abraz¨® a la presidenta de FELGTB y, llorando, le dio las gracias por todo. ¡°Despu¨¦s, llam¨® a su madre para decirle c¨®mo era¡±, recuerda. Y Jos¨¦ Ignacio D¨ªaz incide en que es clave el papel de los progenitores: ¡°Hay que hacer un esfuerzo por hablar a los hijos desde la diversidad. Porque no solo les estar¨¢s brindando protecci¨®n en caso de que sean homosexuales, sino que tambi¨¦n alimentar¨¢s su tolerancia¡±. As¨ª suceden escenas como la de su propio hijo, de 11 a?os, que el otro d¨ªa le dec¨ªa a un amigo, en presencia de su padre: ¡°Si el d¨ªa de ma?ana me gustan los chicos¡¡±.
Este art¨ªculo fue publicado originariamente en julio de 2014 con motivo de la manifestaci¨®n del Orgullo Gay.
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