Un art¨ªculo inc¨®modo
Lo pol¨ªticamente correcto est¨¢ en su apogeo, y la gente no discute hasta que el otro se pronuncie
Debi¨® ser inc¨®modo, o poco digestivo, el art¨ªculo que aqu¨ª public¨® Santos Juli¨¢ el reciente 19 de junio (Una tradici¨®n inventada) pues lo ha le¨ªdo mucha gente (778 retuits, 3.688 citas en Facebook), pero no ha desatado ni la controversia ni la algarada que textos as¨ª concitaban en el pasado.
Debi¨® ser inc¨®modo porque, tratando de la dicotom¨ªa entre Monarqu¨ªa y Rep¨²blica como posibles formas de Estado, no arremetieron contra el historiador quienes establecen que la Rep¨²blica es lo que debe prevalecer, ni salieron al paso los mon¨¢rquicos para precisar los argumentos.
Esta es una interpretaci¨®n sobre el hecho cierto de que un art¨ªculo tan importante haya resultado tan necesario y tan inc¨®modo a la vez. Ahora lo pol¨ªticamente correcto est¨¢ en su apogeo, y la gente no discute, o no corrobora, hasta que el otro se pronuncie.
La discusi¨®n, revivida ahora, sobre el r¨¦gimen que debe prevalecer no ha tenido el sesgo que se daba por sentado
La tesis del art¨ªculo era que desde el XIX hasta ac¨¢ esa discusi¨®n, revivida ahora, sobre el r¨¦gimen que debe prevalecer no ha tenido el sesgo que se daba por sentado. En ninguna circunstancia los socialistas de Pablo Iglesias ni los comunistas (y luego los comunistas de Santiago Carrillo) hab¨ªan mostrado entusiasmo apreciable por una forma de Estado que parec¨ªa ideada para sus inquietudes sociales y revolucionarias. A Iglesias, la Rep¨²blica no le parec¨ªa la aliada natural de sus ansias de progreso para los trabajadores, y los comunistas tampoco mostraron entusiasmo apreciable por el cambio de r¨¦gimen cuando se produjeron las famosas, y tan saludables, aclamaciones de la Puerta del Sol. En este ¨²ltimo caso, recordaba Santos Juli¨¢, agitadores comunistas gritaban ¡°?Abajo la Rep¨²blica, vivan los s¨®viets!¡± cuando otros estaban celebrando la huida de Alfonso XIII. En el caso de los socialistas, en Una tradici¨®n inventada Santos recordaba unas palabras de Juli¨¢n Zugazagoitia; explicaba ¨¦ste en 1930 que la Rep¨²blica ¡°es la Guardia Civil garantizando la propiedad y la explotaci¨®n de los obreros y los campesinos bajo la direcci¨®n de un presidente en lugar de un rey¡±.
Cuando ya Franco estaba instalado en su sitio, habiendo derribado la Rep¨²blica en mala hora y con las malas artes internacionales que ya son tan sufridas y conocidas, Carrillo decidi¨® acercarse al heredero natural de la Corona, don Juan, y m¨¢s adelante, cuando ya Franco hab¨ªa muerto en su cama y le sucedi¨® don Juan Carlos, el l¨ªder comunista m¨¢s longevo de la historia de Espa?a lo llam¨® ¡°el Breve¡±, pero luego pact¨® con ¨¦l y con otras fuerzas pol¨ªticas (los socialistas tambi¨¦n), y acompa?¨® sin m¨¢s problemas al Monarca hasta que el propio Carrillo se cambi¨® de sitio, o lo cambiaron.
As¨ª que era el de Santos Juli¨¢ un art¨ªculo interesante; estaba escrito adem¨¢s con esa capacidad (suya, de otros) que suelen tener los historiadores, y que no tenemos los columnistas y algunos pol¨ªticos, de decir cosas con documentos y no inducirlas con invectivas. En otro tiempo (en tiempos de Ortega, por ejemplo), los art¨ªculos importantes se discut¨ªan luego. Este no se discuti¨®; vamos, a excepci¨®n para esos 778 tuiteros y para aquellos de Facebook, los mortales que los leyeron no se levantaron en armas ni presentaron armas. Es que era inc¨®modo, como todo lo que ahora explica que no es ¨²nicamente el Rey el que est¨¢ desnudo.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.