Carta de una interna (II)
Segunda parte del post Carta de una interna, publicado el 18 de junio de 2014.
Por JAMILETH CHAVARRIA
Mi jefe dice que vivo en la mejor calle, en la mejor casa, con el mejor viejo. Ah ?y en la mejor ciudad! Est¨¢ claro, es su mundo y del lugar de uno nadie puede hablar mal. Eso no lo dudo, y creo que mis d¨ªas aqu¨ª son menos largos que los de Jenny, Gioconda, Martha y tantas otras internas que solo he podido conocer por tel¨¦fono. Mi jefe tiene raz¨®n: Madrid es original y, Usera, un barrio con mucha historia.
Kike tiene 90 a?os, mente l¨²cida, conserva el aspecto de un cuerpo fuerte, robusto y hermoso de un bombero. El ¨¢nimo, a flor de piel. Ya eso es bastante, ?no? Me gusta su sentido del humor. Qu¨¦ bien que me toc¨® un jefe como ¨¦l. El respeto y la valoraci¨®n de mi trabajo me tranquiliza y me da fuerzas para luchar junto a mis hermanas por las otras mujeres que se las est¨¢n comiendo los cajones en esas otras casas an¨®nimas y distantes.
Tengo suerte de tener un jefe que tiene ganas de vivir, que ve la vejez como una parte necesaria y propia de las personas. No es solo porque quiero el trabajo; ¨¦l me anima con sus pl¨¢ticas, las historias de Espa?a, c¨®mo era la vida en aquellos a?os de la Guerra Civil, lo que com¨ªan en tiempo de escasez... Y te cuento que aprend¨ª a hacer un pur¨¦ de San Antonio, tiene cierta relaci¨®n con la crisis de la Guerra Civil. Aquel pur¨¦ era de masa de ma¨ªz. El actual es de acelgas, pechuga, aceite de oliva, sal al gusto y patatas; se pone al fuego, luego se licua y listo, es delicioso. Cuando retorne lo har¨¦. No, mejor te paso la receta y t¨² lo haces. As¨ª lo pruebas antes de mi llegada. Ya ver¨¢s, es una delicia. Claro que este no lo hace por la actual crisis, lo hace por la relaci¨®n que tiene con su pasado y porque es ¡°cojonudo¡±, como me ha ense?ado a decir. Yo solo se lo digo a ¨¦l, no es una palabra que quiero repetir en mi pueblito cuando regrese.
Con cada cucharada que se come, recuerda y ve a su madre cuando lo preparaba. Levantando la cuchara respira y dice: ¡°?mmm que pur¨¦ m¨¢s delicioso! Se llama pur¨¦ de San Antonio¡±. La comida es un conector. ?Te acuerdas cuando me contabas que te com¨ªas un huevo pasado por agua con dos o tres tortillas? Y eso tambi¨¦n tiene que ver con la guerra. Malditas guerras, c¨®mo hemos tenido que vivir as¨ª. ?Cu¨¢nto vale una bala, un fusil, un ca?¨®n, una carabina, un avi¨®n bombardero, una bomba y todo lo que utilizan en la guerra? Si todo lo que se invierte en equipamiento militar se utilizara para dignificar la vida de los empobrecidos, el mundo ser¨ªa m¨¢s habitable.
F¨ªjate, el pur¨¦ de la Guerra Civil y del huevo pasado por agua de la guerra contrarevolucionaria hasta d¨®nde nos lleva, pero de guerra es de lo que menos quiero acordarme. Solo quiero que no se me olvide por nada del mundo de d¨®nde vengo. Quiero aprender, crecer y fusionar estos dos escenarios de mi vida.
Cu¨¦ntame de las mujeres de mi pueblo, de las luchas que han logrado, del progreso si es que ha llegado. Cu¨¦ntame si han florecido las rosas este a?o. Cu¨¦ntamelo todo, todo lo que tenga que ver conmigo.
Siempre creo que las mujeres migradas, desplazadas por la raz¨®n que sea, debemos estar conectadas con otras, estar organizadas, hacer cosas juntas, hablar de todo lo que nos afecta: de los logros, de las alegr¨ªas... tambi¨¦n de las tristezas. Compartir la historia en el grupo nos contagia de alegr¨ªa si es de fiesta y de solidaridad, y ¨¢nimo si es de tristeza. Una masa que se mueve no deja que las cadenas ahoguen a la que est¨¢ sola.
Mi trabajo como interna no es mucho que digamos: metes la ropa a la lavadora, tiendes la colada, la entras, planchas y limpias toda la casa y haces los ba?os. Haces la compra y preparas la comida (desayunos, comidas, meriendas y cenas). Suministras y controlas cada medicaci¨®n, miras el programa de preferencia para quien trabajas. Atiendes el tel¨¦fono, esa bendita m¨¢quina de los comerciales, de teleasistencia, de la familia. Aqu¨ª soy carpintera, fontanera y electricista. ?Recuerdas cuando quem¨¦ todo los cables de la casa? Ojal¨¢ que no queme ¨¦sta o me queme yo, siempre sigo las instrucciones de mi jefe, ¨¦l fue un buen bombero. Est¨¢s veinticuatro horas dispuesta a cuidar. Me ha costado tanto aprender a poner l¨ªmites, a dedicar tiempo para m¨ª..., Ya voy por buen camino, eso s¨ª.
Gracias, amor, por las fotos y v¨ªdeos del r¨ªo, del campo y de mi gente linda.
Jamileth Chavarr¨ªa es activista de la RED Mujeres Latinoamericanas y Caribe?as en Espa?a
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