Rajoy, Mas y... Pujol
Recuperar la dignidad institucional de Catalu?a es necesario para abrir un espacio de negociaci¨®n
El presidente de la Generalitat y l¨ªder del proceso independentista, Artur Mas, llega seriamente debilitado a la reuni¨®n de hoy con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Sobre ese encuentro gravita la sombra de un invitado imprevisto, Jordi Pujol, que no refuerza precisamente la posici¨®n de Mas, sino que contribuye a desautorizarlo. Haberse colocado fuera de la ley durante 34 a?os es un hecho central en el problema pol¨ªtico en curso, por mucho que Mas se esfuerce en limitar el esc¨¢ndalo a un asunto personal, familiar y privado del expresidente de la Generalitat, y diga que no afecta al proceso soberanista.
Bien est¨¢ el abandono por parte de Pujol de sus actuales cargos como presidente fundador y de honor de Converg¨¨ncia Democr¨¤tica y de la federaci¨®n con Uni¨® Democr¨¤tica, la revocaci¨®n de su pensi¨®n y el cierre de la oficina que ten¨ªa atribuida, medidas acordadas voluntariamente por Pujol con Mas. Pero el papel de las instituciones catalanas, presidencia de la Generalitat y Parlamento, tiene que ser otro en la resoluci¨®n de la crisis abierta por la escandalosa confesi¨®n del fraude fiscal continuado.
El actual presidente no puede sustraerse a la rendici¨®n de cuentas. Artur Mas ha formado parte de los Gobiernos de Pujol y su candidatura a la presidencia de la Generalitat tambi¨¦n se debi¨® a Pujol y a su familia. Al contrario de lo que sostiene Mas, el expresidente ha participado en todas las reuniones decisivas de Converg¨¨ncia y de CiU en la ¨²ltima d¨¦cada, hasta el nombramiento del sustituto como secretario general de su hijo Oriol ¡ªimplicado en el caso ITV¡ª. Y lo que es m¨¢s importante, el aval de Pujol a los planes soberanistas de Artur Mas ha sido determinante para la decantaci¨®n del conjunto del nacionalismo moderado a favor del refer¨¦ndum pretendido el 9 de noviembre y del llamado doble s¨ª: a la consulta y a la independencia. En resumen, sin Pujol no habr¨ªa Mas; y sin el aval de Pujol al independentismo, no hay operaci¨®n soberanista capaz de reunir el apoyo de una gran mayor¨ªa.
Sin Pujol no habr¨ªa Mas, y sin el aval del expresident no hay operaci¨®n soberanista con vocaci¨®n mayoritaria
Todo ello afecta a la fuerza con que Artur Mas y su partido pueden plantear la negociaci¨®n con Rajoy. Las explicaciones de Mas en la conferencia de prensa de ayer fueron muy insuficientes. Escudarse en la intimidad de sus relaciones con Pujol es un pobre recurso para no ofrecer m¨¢s informaci¨®n sobre el fraude fiscal confesado y sus consecuencias. Pero estas explicaciones tan escasas se convierten en preocupantes si adem¨¢s se envuelven en expresiones de dolor personal y de compasi¨®n de Mas hacia su padrino pol¨ªtico. Sublimar la vinculaci¨®n emocional resta credibilidad a la actuaci¨®n de Mas como presidente de la Generalitat y a su capacidad para sacar al partido nacionalista de la crisis abierta. Las dudas se extienden adem¨¢s al liderazgo del llamado proceso independentista.
El primer problema que tiene Catalu?a, cinco d¨ªas despu¨¦s de que su padre de la patria se haya ca¨ªdo del pedestal, es la recuperaci¨®n del prestigio y de la credibilidad de sus instituciones, y tambi¨¦n del partido fundado por Pujol. Hay que dar la m¨¢xima transparencia a las dimensiones del esc¨¢ndalo, as¨ª como el mayor rigor en el repudio p¨²blico de sus responsables. La investigaci¨®n parlamentaria es obligada para que la Generalitat de Catalu?a recupere su dignidad, lo mismo que dejarse de pa?os calientes en el castigo p¨²blico a Pujol.
Es cierto que el esc¨¢ndalo no afecta sustancialmente al descontento de una gran parte de los catalanes ni a la evoluci¨®n que ha conducido a amplias capas de ciudadanos a mostrarse favorables a la independencia. Es verdad tambi¨¦n que los hechos que se est¨¢n revelando en Catalu?a tampoco disminuyen ni compensan los casos de corrupci¨®n que afectan a otros grandes partidos pol¨ªticos. Todo ello pertenece a un mismo grupo de problemas, la regeneraci¨®n del sistema democr¨¢tico en Espa?a, del que ciertamente el catal¨¢n forma parte en todos los sentidos.
Rajoy tiene la oportunidad de dejar una v¨ªa abierta al di¨¢logo y no ceder a la tentaci¨®n de cancelarlo
Pero si el error del soberanismo ser¨ªa creer que la ca¨ªda de la casa Pujol no afecta para nada al proceso independentista, el Partido Popular cometer¨ªa un error sim¨¦trico si piensa que puede aprovechar el esc¨¢ndalo Pujol para pasar la p¨¢gina. El problema de fondo persiste. El PSOE ha propuesto una soluci¨®n y se constata que una mayor¨ªa de espa?oles es partidaria de reformar la Constituci¨®n, como refleja el sondeo de Metroscopia publicado hoy por EL PA?S. Rajoy tiene la oportunidad de abrir el espacio para el di¨¢logo democr¨¢tico, con altura de miras, en vez de ceder a los que est¨¢n tentados de aprovechar la debilidad del adversario para estrangularlo.
Una amplia zona de la sociedad catalana se hab¨ªa identificado con el pujolismo cuando este representaba una corriente central en Catalu?a, pero se ha visto arrastrada por un independentismo sobrevenido cuyas motivaciones de fondo suscitan ahora fuertes dudas, tras la confesi¨®n de Jordi Pujol y a la espera de las investigaciones que han de producirse a partir de ella. Los catalanes se merecen una direcci¨®n pol¨ªtica que replantee las relaciones con el conjunto de Espa?a, despu¨¦s de recuperar lo m¨¢s r¨¢pidamente posible la dignidad de Catalu?a.
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