Terrenos comunes
Somos extranjeros acercados por una sensaci¨®n m¨¢s honda de extranjer¨ªa compartida. Siempre buscamos un terreno com¨²n
En la esquina de mi calle hay un carrito que vende pan dulce y caf¨¦. Alfredo, su due?o, lleg¨® a Harlem hace diez a?os. Cuando le pregunt¨¦ c¨®mo lleg¨® aqu¨ª, a este pa¨ªs, sonri¨® y me dijo s¨®lo: Con estas dos piernas. No s¨¦ mucho m¨¢s sobre ¨¦l. S¨¦ que es de la Mixteca, y ¨¦l sabe que yo soy de la Ciudad de M¨¦xico. Esa informaci¨®n nos separa tanto como nos junta. Somos extranjeros el uno para el otro, pero acercados por una sensaci¨®n m¨¢s honda de extranjer¨ªa compartida. Estamos siempre buscando un terreno com¨²n para establecer una conversaci¨®n. Lo encontramos en alg¨²n lugar entre el respeto mutuo y el albur:
Ah¨ª viene la chilanga ¨Cdice cuando me ve venir¨C cuiden sus carteras.
Dame una taza de tu petr¨®leo ¨¦se, le digo yo.
A veces, me quedo a platicar, mientras me tomo mi caf¨¦. Sus otros clientes regulares, los que se quedan a charlar, son hombres desempleados, la mayor¨ªa latinos. Si me pongo a conversar con alguno, Alfredo les advierte: Si le cuentas algo a la chilanga, c¨®brale, porque se va robar tu historia y la va a escribir. Siempre, en vez de sospechar, en vez de quedarse callados, cuentan m¨¢s. Un peruano a quien Alfredo llama Per¨² y que a su vez le dice a Alfredo Cara de Nopal, me cont¨® la historia detallada de cuando se dedicaba a transportar mu?ecas a Nueva Jersey. Recog¨ªa el pelo de las mu?ecas en Queens, los cuerpos en Brooklyn, la ropa en Yonkers ¨Cporque eran mu?ecas de calidad, hechas a mano, parte por parte¨C y luego estas partes se ensamblaban en una f¨¢brica en el oeste de Manhattan, una f¨¢brica cuyo administrador era Espa?ol, un hombre decente pero un poco mujeriego¡
Alfonso lo interrumpi¨® cuando la historia se le estaba yendo de las manos:
?Cu¨¢l es tu punto, Per¨²?
?C¨®mo que cu¨¢l es mi punto, Cara de Nopal?
?Cu¨¢l es la moraleja?
La moraleja es que hace unos a?os se llevaron la f¨¢brica a China y me qued¨¦ sin trabajo.
?Y qu¨¦ le importa eso a la chilanga?
Eso nada, pero quiz¨¢ le interese escribir sobre las mu?ecas.
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