Reprogramar actitudes
Si apartamos de nuestro horizonte mental los h¨¢bitos que entorpecen la vida, resultar¨¢ m¨¢s f¨¢cil cumplir nuestros prop¨®sitos
Ante la llegada de un nuevo curso, hacemos listas de objetivos como ir al gimnasio, comer mejor o aprender un idioma. Sin embargo, hay prop¨®sitos m¨¢s profundos que, si logramos incorporarlos a nuestro software mental, nos ayudar¨¢n a cumplir cualquier meta que nos fijemos.
Vamos a hablar de algunas actitudes y h¨¢bitos que configuran nuestra realidad diaria, y de si son los m¨¢s adecuados para alcanzar lo que deseamos. Concretamente nos centraremos en desactivar cinco vicios mentales que sobrecargan nuestra vida y que entorpecen la realizaci¨®n personal.
Dispersi¨®n
¡°El cazador que acecha dos conejos, no atrapa ninguno¡± proverbio zen
?Cu¨¢ntas veces nos hemos sentido agotados antes de empezar una tarea importante? Imaginemos un hombre que, al regresar del trabajo, realiza a distancia la carrera de sus sue?os. Se ha reservado ese tiempo en casa y est¨¢ motivado, pero no logra avanzar y antes de una hora apaga el ordenador totalmente agotado. ?Qu¨¦ sucede?
Libros para una actitud positiva
- 'No te ahogues en un vaso de agua', de Richard Carlson (DeBolsillo). Uno de los manuales m¨¢s ¨²tiles y pr¨¢cticos que se han escrito para relativizar problemas y afrontar el d¨ªa a d¨ªa con una actitud positiva.
- 'C¨®mo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida', de Dale Carnegie (Elipse). Sesenta a?os despu¨¦s de la muerte del autor, sigue siendo un referente por su l¨²cida simplicidad y la forma directa y expeditiva de abordar lo que no funciona.
Habr¨ªa que analizar c¨®mo est¨¢ estudiando. Es muy posible que, mientras intenta sumergirse en la materia, tenga abierto el Whatsapp, el correo electr¨®nico, el Twitter, Facebook o todo a la vez. O bien que durante el curso online intente controlar lo que sucede en la casa, sean sus hijos, su esposa o las tareas que va atendiendo al mismo tiempo.
Entrar y salir de una tarea resulta m¨¢s agotador que la actividad misma. Cada vez que este hombre abandona la lectura de un art¨ªculo de historia, por ejemplo, necesita un esfuerzo extra para luego volver a entrar. Resultado: fatiga y bajo rendimiento, lo cual deriva en desmotivaci¨®n y quiz¨¢s abandono.
La soluci¨®n es hacer una sola cosa a la vez, desactivando todo lo dem¨¢s. Un buen prop¨®sito para empezar el curso con m¨¢s eficacia.
Procrastinaci¨®n
¡°Vuelva usted ma?ana¡±, Mariano Jos¨¦ de Larra
Nuestra vida est¨¢ llena de planes que se posponen una y otra vez hasta que, cuando ya es demasiado tarde, nos lamentamos por lo que desear¨ªamos haber hecho.
El mal h¨¢bito de aplazar se denomina t¨¦cnicamente abulia o procrastinaci¨®n. Esta actitud cotidiana es un verdadero lastre para los planes personales, pero lo peor de todo es el precio psicol¨®gico que pagamos por ello. Seg¨²n el profesor William J. Knaus, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Virginia, ¡°la gente pospone tareas con la esperanza de encontrarla ¡®realizada¡¯ al d¨ªa siguiente como por arte de magia; todo ello viene acompa?ado normalmente por sentimientos de culpa, autoenga?o y desesperanza¡±.
Seg¨²n este mismo autor, el h¨¢bito de procrastinar esconde estas dos minas personales:
La creencia de que somos incapaces de llevar a cabo lo que nos hemos propuesto. Es decir: miedo al fracaso.
Exceso de perfeccionismo, lo cual hace que nos exijamos numerosas condiciones previas, a menudo absurdas, para empezar. Pero son s¨®lo excusas.
Trucos
Tres reglas para mantener a raya las preocupaciones. En su libro C¨®mo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida, Dale Carnegie ofrece tres reglas fundamentales para controlar este agente cotidiano de ansiedad y sufrimiento:
Regla 1: viva solamente el d¨ªa de hoy. No viva en el ayer ni el ma?ana. Compartimentos estancos al d¨ªa.
Regla 2: haga frente a los problemas.
a. Preg¨²ntese a s¨ª mismo: ?qu¨¦ es lo peor que puede suceder?
b. Prep¨¢rese para aceptar lo peor.
c. Trate de mejorar la situaci¨®n partiendo de lo peor.
Regla 3: recuerde el precio exorbitante que puede pagar con su vida y salud por las preocupaciones.
Contra la inercia paralizante de posponer, un remedio eficaz es ser tan estrictos y cumplidores con nuestra misi¨®n como lo somos en nuestro empleo.
Preocupaciones y miedos
¡°Hoy es el ma?ana por el que ayer te preocupabas¡±, autor desconocido
Tenemos dos lugares donde vivir nuestra existencia: desde los hechos del presente, fluyendo con lo que nos sucede en este momento y lugar, o bien desde la ansiedad por lo que podr¨ªa suceder.
Las pre-ocupaciones no s¨®lo nos impiden ocuparnos de las cosas verdaderamente importantes, sino que agotan nuestra energ¨ªa mental y promueven un estado de ¨¢nimo negativo que a su vez cansa a los que tratan con nosotros. Por si fuera poco, esta clase de miedos sobre situaciones hipot¨¦ticas son in¨²tiles. Se ha medido estad¨ªsticamente que la mayor¨ªa de cosas que nos preocupan nunca llegan a suceder.
Contra esta lacra para las cosas ¨²tiles y positivas que podr¨ªamos realizar, el psicoterapeuta Richard Carlson propon¨ªa tomar, entre otras, las siguientes medidas: Proponernos no sufrir por peque?eces. Tomar conciencia del efecto bola de nieve de nuestros pensamientos. Repetirnos el lema: ¡°La vida no es una emergencia¡±. Aprender a vivir con la incertidumbre del ma?ana.
Si incorporamos a nuestro d¨ªa a d¨ªa estos prop¨®sitos, lograremos reprogramar nuestra mente para una vida activa y a la vez serena.
Estr¨¦s y ansiedad
¡°El campo de la conciencia es diminuto. S¨®lo acepta un problema a la vez¡±, Antoine de Saint-Exup¨¦ry
Prima hermana de la emoci¨®n que acabamos de ver, el estr¨¦s es la respuesta emocional y fisiol¨®gica a las situaciones de alta exigencia a las que nos somete la vida cotidiana.
Al ver nuestra mesa a rebosar de trabajo, al recibir un correo con una reclamaci¨®n o al echar una ojeada a nuestra agenda del d¨ªa, de repente nuestra respiraci¨®n se acelera y el coraz¨®n late m¨¢s r¨¢pido. Nuestro cuerpo se ha puesto en estado de alerta para afrontar algo que no sabemos si superar¨¢ nuestras fuerzas.
Daniel Goleman, el gran divulgador de la inteligencia emocional, analiza as¨ª este fen¨®meno:
¡°Desde un punto de vista evolutivo, la ansiedad tal vez resultara ¨²til cuando cumpl¨ªa con la funci¨®n de predisponernos a afrontar alg¨²n tipo de peligro, pero en la vida moderna suele manifestarse de forma desproporcionada e inoportuna. En tal caso, la angustia no constituye tanto una respuesta de activaci¨®n ante un peligro real como una reacci¨®n ante una situaci¨®n cotidiana o que no es m¨¢s que el producto de nuestra imaginaci¨®n. En este sentido, los ataques repetidos de ansiedad constituyen un indicador de un elevado nivel de estr¨¦s (¡) que contribuyen a incrementar los problemas m¨¦dicos¡±.
No es casual que Goleman utilice la palabra imaginaci¨®n al referirse a las situaciones de estr¨¦s, ya que cada persona interpreta de manera diferente lo que est¨¢ viviendo y reacciona en consecuencia.
El psic¨®logo de Berkeley Richard Lazarus afirma que ¡°si dos personas pueden vivir una misma situaci¨®n potencialmente estresante de formas distintas es porque en ellas hay diferencias individuales como la percepci¨®n, el aprendizaje o la memoria que afectan su forma de enfrentarse a dicha situaci¨®n, por lo que la variable importante del estr¨¦s no es tanto externa como interna¡±.
Tomarse los acontecimientos con calma, relativizar las urgencias y hacer una cosa detr¨¢s de otra son formas efectivas de reprogramar nuestra mente para que no caiga en las redes de un estr¨¦s excesivo.
Pesimismo
¡°El 31 de diciembre, el optimista espera la medianoche para recibir el a?o nuevo, mientras que el pesimista lo hace para asegurarse de que el viejo se acaba¡± Bill Vaughan
Pronosticar en negativo antes que las cosas sucedan es el quinto ladr¨®n de energ¨ªa mental. Como bien han explicado los psic¨®logos a partir de la llamada ¡°profec¨ªa de autocumplimiento¡±, cada vez que trazamos un or¨¢culo pesimista, de forma inconsciente nuestra mente se pone a trabajar para que eso suceda y poder decir al final: ¡°?Lo ves? Ten¨ªa raz¨®n¡±.
Algunas iniciativas que podemos tomar para promover el optimismo en nuestra vida diaria: Centrarnos en las soluciones, no en los problemas. Rodearnos de amistades agradables y nutritivas. Practicar la gratitud hacia las cosas que salen bien y las personas que nos facilitan la vida. Establecer peque?as metas para cada gran objetivo. Vivir, en lo posible, sin endeudarnos. Retomar el contacto con la naturaleza. No analizar tanto. Destacar lo bueno y relativizar lo malo. Contrariamente a lo que muchas personas creen, el optimismo tambi¨¦n se aprende y se puede practicar.
Se acerca un nuevo curso. Si reducimos el protagonismo de estos cinco h¨¢bitos negativos, nuestros mejores planes estar¨¢n mucho m¨¢s cerca de cumplirse.
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