Elecci¨®n de alcaldes y regeneraci¨®n democr¨¢tica

La elecci¨®n directa de alcaldes puede ser una buena idea en el contexto de una renovaci¨®n profunda de la ley electoral, pero centrar la regeneraci¨®n democr¨¢tica en una medida oportunista que responde a un inter¨¦s partidista es el colmo del cinismo. Regeneraci¨®n democr¨¢tica es hacer primarias, hacer una ley electoral m¨¢s proporcional y m¨¢s respetuosa con las minor¨ªas que no confunda la racionabilidad con el mangoneo. Es tener mecanismos de supervisi¨®n y cese de cargos electos en caso de incumplimiento del programa o de corrupci¨®n, no despilfarrar en obras p¨²blicas innecesarias, in¨²tiles o carentes de inter¨¦s social, suprimir las comisiones por concesi¨®n de obras y proyectos y acabar con las donaciones ilegales a los partidos. La transparencia es permitir la supervisi¨®n de las cuentas p¨²blicas por ¨®rganos verdaderamente independientes y terminar con las puertas giratorias que llevan a altos cargos p¨²blicos a empresas privadas que se beneficiaron en el pasado de decisiones de este cargo.

La elecci¨®n directa solo tiene sentido a partir de un gran consenso que deber¨ªa iniciarse despu¨¦s de las elecciones de mayo. En mi opini¨®n, lo m¨¢s democr¨¢tico es hacer una elecci¨®n a doble vuelta si nadie alcanza el 50% de votos en la primera. Esto obliga a que se aproximen posiciones entre unos y otros y haya un mejor control ciudadano de las decisiones cuando el mapa electoral est¨¢ fragmentado. Pero es solo una peque?a parte de la necesaria reforma de la ley electoral y de la Constituci¨®n.¡ª Rodrigo C¨®rdoba Garc¨ªa.