V¨ªctor es Raiza y quiere ser candidata
Torriani podr¨ªa convertirse en la primera candidata trans de Bolivia, aspirando a un lugar en la C¨¢mara de los Diputados.
A Raiza Torriani no le gusta hablar del pasado. Ah¨ª la llamaban V¨ªctor y estaba obligada a asumir una identidad que no era suya. Hab¨ªa nacido hombre, biol¨®gicamente, pero no le tom¨® demasiado saberse mujer. Seg¨²n cuenta ella en una entrevista radiof¨®nica reciente (una de las raras ocasiones en las que se la puede o¨ªr hablando sobre ese pasado), ya en su infancia se vest¨ªa con la ropa de su madre, apenas se quedaba sola en casa. No mucho despu¨¦s, a los 14, empez¨® a transformar su apariencia, a ser para los otros lo que ya era para s¨ª misma.
Inc¨®moda, con la reticencia de quien no termina de reconocerse en su propia historia, cuenta que su vida familiar fue dif¨ªcil, que recibi¨® una educaci¨®n precaria y nunca termin¨® el bachillerato, que debi¨® prostituirse y que beb¨ªa mucho para soportarlo. En un pa¨ªs como Bolivia, donde las problem¨¢ticas de g¨¦nero siguen demasiado atravesadas por tab¨²es y prejuicios, y donde formas de exclusi¨®n son practicadas con una naturalidad pasmosa, no es un destino infrecuente para una transexual. Este s¨ª lo es: en las pr¨®ximas elecciones generales del 12 de octubre, Torriani podr¨ªa convertirse a sus 39 a?os en la primera candidata trans del pa¨ªs, aspirando a un lugar en la C¨¢mara de los Diputados.
Fundadora de la Red de Travestis, Transexuales y Transg¨¦neros de Bolivia, y principal impulsora de un proyecto de ley de identidad de g¨¦nero que lleva a?os en espera de una respuesta de la Asamblea Legislativa, Raiza se enfrenta a un panorama desafiante, aun en unas elecciones inusuales en t¨¦rminos de g¨¦nero y sexualidad: dos candidatos son gais declarados y, seg¨²n el Tribunal Supremo Electoral, el 52% de los postulantes titulares son mujeres. Contrastadas con una realidad profundamente machista ¨Cen la que hace poco el diputado Roberto Rojas tild¨® a los homosexuales de ¡°enfermos mentales¡±, y en la que el presidente Evo Morales se mof¨® p¨²blicamente de dos altos funcionarios dici¨¦ndoles que ¡°parecen gais¡±, para regocijo y celebraci¨®n de los presentes¨C, son cifras esperanzadoras pero enga?osas, cifras mejor aceptadas en el reino de lo abstracto que en el d¨ªa a d¨ªa.
Un d¨ªa a d¨ªa en el que, por su parte, Raiza ni siquiera tiene derecho a una c¨¦dula de identidad, debido a que no ha logrado acceder a una prohibitiva cirug¨ªa de reconstrucci¨®n genital que le facilitar¨ªa una reasignaci¨®n de g¨¦nero ante la ley. En otras palabras, est¨¢ condenada a lo que ella llama una muerte civil: para el Estado solo existe V¨ªctor. Desde esa invisibilidad impuesta, ella a¨²n no ha sido habilitada para las elecciones y es posible que su candidatura sea finalmente rechazada, m¨¢s all¨¢ de que el Partido Verde por el que se postula haya prometido interponer un recurso en su favor. Por lo pronto, el Tribunal Supremo Electoral solo le ofrece la soluci¨®n de volver a asumirse como V¨ªctor y postular con ese nombre, con esa identidad. En ¨²ltima instancia, se trata de una soluci¨®n inviable, dado que para los candidatos hombres la libreta militar es un requisito obligatorio y el tal V¨ªctor no la tiene.
Contra situaciones as¨ª, sin salida aparente, Raiza lleva luchando toda su vida. Para evit¨¢rselas a otros quisiera hacer algo como diputada
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