No hay quien acabe con el arte de novelar pel¨ªculas
Las novelas basadas en grandes ¨¦xitos de Hollywood han encontrado un improbable hueco en un mundo pegado a YouTube
La lista de The New York Times de los libros m¨¢s vendidos del pasado junio se vio asaltada por un monstruo a quien nadie esperaba. Una criatura ya entrada en a?os que se hab¨ªa visto rejuvenecida por una en¨¦sima explosi¨®n nuclear, lo suficiente como para asaltar una ciudad costera estadounidense una vez m¨¢s. Hablamos de Godzilla, claro, y de que el ¨²nico motivo que ten¨ªa para estar en la lista de libros m¨¢s vendidos este a?o era que este a?o hab¨ªa protagonizado una pel¨ªcula. Y con ella, un autor llamado Greg Cox, veterano escritor de libros situados en el universo de Star trek, pudo escribir una novela, basada en el guion del film. El t¨ªtulo del ¨¦xito, el elocuente, si bien poco po¨¦tico, Godzilla: The official novelization (Godzilla: La novelizaci¨®n oficial).
Una de las primeras versiones librescas es la de King Kong, en 1933. Pero el gran esplendor del g¨¦nero fue en los ochenta y noventa, con las ventas millonarias de La guerra de las galaxias, Alien, Parque jur¨¢sico o Solo en casa
Este subg¨¦nero, el de novelas basadas en pel¨ªculas, est¨¢ gozando una salud aparentemente inexplicable en este mundo de Blu-Rays, YouTube y acceso inmediato a cuaquier escena un ¨¦xito de Hollywood. La cantidad de t¨ªtulos habr¨¢ menguado ¨Cen los noventa se novelaban de comedias con titnes adultos como La m¨¢scara a dramas familiares como Liberad a Willy¨C pero el g¨¦nero ha sabido reinventarse. En tiempos en los que no exist¨ªa el VHS serv¨ªa para que el espectador encandilado reviviera las escenas m¨¢s entra?ables de una pel¨ªcula. Tambi¨¦n para subir el tono de los blockbusters de Hollywood: la novela de En buscar del arca perdida inclu¨ªa de vez en cuando alguna escena en la que Indiana Jones solo reflexionaba sobre el f¨ªsico de Marion Ravenwood, deteni¨¦ndose sobre todo sus pechos y describi¨¦ndolos con varias esdr¨²julas. Ahora, sin embargo, este g¨¦nero sobrevive hecho un gimnasio estil¨ªstico para los autores de fantas¨ªa y ciencia ficci¨®n. Tambi¨¦n en Espa?a se experimenta con el formato, sobre todo en forma de novelizaciones de ¨¦xitos televisivos como ?guila Roja o Amar en tiempos revueltos.
Si coges un libro como 'Matar a un ruise?or' y le quitas tres cuartas partes, ganas un Oscar al mejor guion adaptado. Pero si coges un guion, y lo enriqueces con tres cuartas partes originales, que es algo mucho, mucho m¨¢s complicado, parece que has hecho una obra menor
Alan Dean Foster, veterano de novelizaciones
Estos escritores son nombres de referencia en estos campos. Alan Dean Foster o Todd Strasser. Incluso el autor y artista de comic Max Allan Collins se saca un dinero extra haciendo estos textos. Son f¨¢ciles de leer, se olvidan pronto y est¨¢n bien pagados. ?El problema? No siempre son f¨¢ciles de escribir. Primero porque estos plumillas carecen de casi todo reconocimiento: lo normal es que no cobren ingresos por las ventas de sus libros, pero cuando lo hacen, es un 1% o 2%, cuando un novelista normal suele cobrar un 10%.
Y esto es as¨ª desde que el novelizador es novelizador. Desde las pel¨ªculas mudas de los a?os veinte Una de las primeras versiones librescas con m¨¢s o menos solera es la de King Kong, en 1933. Desde entonces, este subg¨¦nero ha atravesado muchas fases pero ninguna como el repunte y gran esplendor a finales de los setenta e inicios de los ochenta, con las ventas millonarias asociadas a franquicias como La guerra de las galaxias, Alien, Parque jur¨¢sico o incluso Solo en casa.
A Terry Brooks, versionador de La amenaza fantasma, le llam¨® George Lucas por tel¨¦fono antes de ponerse a escribir y le dijo: "Te va a venir bien un poco de trasfondo sobre los Jedi y los Sith". Lo tuvo media hora al tel¨¦fono cont¨¢ndole de d¨®nde viene el Bien y el Mal en la galaxia muy, muy lejana
Con los a?os, sin embargo, se han a?adido problemas nuevos. Por ejemplo, el celo de los autores de las pel¨ªculas, que quieren controlar hasta c¨®mo sus obras se pasan a la palabra escrita. Terry Brooks, versionador de La amenaza fantasma, explicaba hace poco que George Lucas le llam¨® por tel¨¦fono antes de ponerse a escribir y le dijo: "Te va a venir bien un poco de trasfondo sobre los Jedi y los Sith". Lo tuvo media hora al tel¨¦fono cont¨¢ndole de d¨®nde vienen el Bien y el Mal en la galaxia muy, muy lejana.
Tambi¨¦n est¨¢ la paranoia con la que los estudios tratan todo sus productos de marketing. Cuando Alan Dean Foster noveliz¨® Alien, en 1979, Fox se neg¨® a ense?arle el monstruo en cuesti¨®n, as¨ª que tuvo que escribir la novela sin saber qu¨¦ aspecto ten¨ªan los bichos que se pegaban a las caras. Cuando Max Allan Collins (tambi¨¦n autor de novelizaciones como Air Force One o Salvar al soldado Ryan) tuvo que adaptar Camino a la perdici¨®n, la pel¨ªcula basada en su propia novela gr¨¢fica, no pudo tocar ni una coma del di¨¢logo que dec¨ªan los personajes que ¨¦l mismo hab¨ªa creado.
Antes los libros se empleaban para subir el tono de los blockbusters de Hollywood: la novela de En buscar del arca perdida inclu¨ªa de vez en cuando alguna escena en la que Indiana Jones reflexionaba largo y tendido sobre los pechos de Marion Ravenwood
Al subg¨¦nero ya se le ha dedicado un ensayo: Films into Books: An Analytical Bibliography of Film, Novelizations, Movie and TV Tie-Ins. Y existe la International Association of Media Tie-In Writers, que agrupa a estos novelistas y les concede anualmente (en el marco del Comic-Con) el galard¨®n Scribes. En la pasada edici¨®n fueron nominadas las novelizaciones de El hombre de acero, Pacific Rim y La leyenda del samur¨¢i. Gan¨® la segunda. Guillermo del Toro hab¨ªa pasado un rato largo hablando con el autor de esa novelizaci¨®n, Alex Irvine, sobre la historia.
Sin embargo, una novelizaci¨®n siempre tendr¨¢ el estigma de obra menor, como si la fuera una de las historias de ciencia ficci¨®n de quiosco de los a?os sesenta y setenta. "Siempre me ha hecho gracia que si coges un libro como Matar a un ruise?or y le quitas tres cuartos de material, acabas ganando un Oscar al mejor guion adaptado", gru?¨® Foster recientemente. "Pero si coges un guion, te inventas tres cuartos de material original, que es algo mucho, mucho m¨¢s complicado, es una obra menor por definici¨®n".
Es cierto que la novelizaci¨®n no siempre da para gran literatura. Ah¨ª est¨¢n los pobres plumillas que tuvieron que hacer libros de pel¨ªculas como Mario Bros, Con Air, Lizzie McGuire: La pel¨ªcula o Pearl Harbor. Pero ah¨ª tambi¨¦n estuvo Arthur C. Clarke, escribiendo la novela 2001 mientras se devanaba los sesos junto a Kubrick en la creaci¨®n del guion de la pel¨ªcula. O Isaac Asimov firmando el libro de Viaje alucinante. Horribles y maravillosos hitos de ese oficio del que, a poco que se descuide el que paga, sale arte.
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