La poblaci¨®n se moviliza por el clima. ?Y los gobiernos?
Los jefes de Estado deber¨¢n decidir en la cumbre clim¨¢tica de Nueva York entre seguir retrasando la transformaci¨®n que se requiere o demostrar su liderazgo y responsabilidad
El d¨ªa 21 de septiembre cientos de miles de personas en todo el mundo nos movilizaremos para demandar, de una vez por todas, medidas contundentes e inmediatas para desacelerar el cambio clim¨¢tico. Nueva York ser¨¢ el centro de esta Movilizaci¨®n Clim¨¢tica de los Pueblos en la que pedimos un mundo a salvo de los peores estragos del cambio clim¨¢tico. All¨ª, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, reunir¨¢ el 23 de septiembre a los l¨ªderes mundiales en un intento por alentar la acci¨®n clim¨¢tica. La esperanza es que los gobiernos, las instituciones y las empresas aceleren las acciones de reducci¨®n de emisiones para allanar el camino al nuevo acuerdo clim¨¢tico global que deber¨¢ firmarse a finales de 2015 en Par¨ªs.
No hay dudas de que el planeta se est¨¢ calentando ni de que es necesario llevar a cabo acciones contundentes para evitar los devastadores impactos ecol¨®gicos, econ¨®micos y sociales del cambio clim¨¢tico. Hay consenso cient¨ªfico y pol¨ªtico de que es necesario limitar el aumento de la temperatura media global por debajo de dos grados respecto a las temperaturas preindustriales, e incluso de evitar sobrepasar 1,5 grados. Sin embargo, de seguir por la senda actual de emisiones, superaremos los cuatro grados en este siglo. Esto nos arrastrar¨ªa sin remedio a una situaci¨®n de consecuencias graves e irreversibles para la humanidad. El cambio clim¨¢tico supone un grave riesgo para todos los pa¨ªses, pero sobretodo en los pa¨ªses en desarrollo. Parad¨®jicamente, los m¨¢s vulnerables son los menos responsables del problema.
No estamos condenados a un cambio clim¨¢tico catastr¨®fico. Es posible cambiar el rumbo si actuamos ahora
No estamos condenados a un cambio clim¨¢tico catastr¨®fico. Es posible cambiar el rumbo si actuamos ahora. Para ello, es imprescindible la transici¨®n de un modelo energ¨¦tico insostenible, basado en la quema de combustibles f¨®siles, hacia un desarrollo basado en energ¨ªas limpias, eficientes y renovables. Asimismo, es necesario pasar de la deforestaci¨®n de los bosques hacia la conservaci¨®n de nuestro capital natural. Sabemos que es posible, pero hasta ahora no ha existido voluntad pol¨ªtica para llevarlo a cabo con la urgencia y la magnitud que se necesita.
Es posible elegir esta nueva senda. La regi¨®n de Latinoam¨¦rica y el Caribe apuesta por un modelo de desarrollo inteligente para el siglo XXI. La mitad de las emisiones de esta zona son producto de la deforestaci¨®n y pa¨ªses como Brasil, Per¨² y Colombia se han comprometido con metas ambiciosas de reducci¨®n de las emisiones provenientes de la quema de los bosques. En la ¨²ltima d¨¦cada, Brasil ha reducido su deforestaci¨®n en un 70% mientras que la producci¨®n de soja ha aumentado un 80% durante el mismo per¨ªodo, demostrando que es posible crecer econ¨®micamente preservando los bosques y los servicios que estos brindan.
En el frente energ¨¦tico, los pa¨ªses latinoamericanos est¨¢n comenzando a aprovechar el enorme potencial de otras fuentes energ¨¦ticas renovables adem¨¢s de la hidroel¨¦ctrica. Un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo en 2013 estim¨® que si la regi¨®n de Latinoam¨¦rica y el Caribe aprovechara tan s¨®lo el 4% del potencial en energ¨ªas como la solar, la e¨®lica y la geot¨¦rmica, podr¨ªa cubrir todas las demandas energ¨¦ticas de sus econom¨ªas en crecimiento. Al mismo tiempo reducir¨ªan sus emisiones, promover¨ªan su soberan¨ªa energ¨¦tica, crear¨ªan nuevas fuentes de empleo y atraer¨ªan nuevas inversiones. Pa¨ªses como Costa Rica, M¨¦xico, Nicaragua y Chile ya est¨¢n invirtiendo en este sentido y promoviendo pol¨ªticas acordes, y Uruguay est¨¢ viviendo una aut¨¦ntica revoluci¨®n energ¨¦tica: las renovables cubren el 84% de su demanda de electricidad.
Aunque estas medidas son prometedoras, no son suficientes. Los nuevos datos sobre la deforestaci¨®n de Brasil de este a?o muestran que estos avances son fr¨¢giles. Necesitamos que todos los pa¨ªses de la regi¨®n afiancen y profundicen sus acciones, asegurando la coherencia de las medidas tomadas por los distintos sectores de sus respectivas econom¨ªas. Y necesitamos tambi¨¦n que otros l¨ªderes, sobre todo aquellos de pa¨ªses desarrollados, a¨²nen sus esfuerzos, mostrando un liderazgo a la altura del desaf¨ªo.
Los pa¨ªses latinoamericanos est¨¢n comenzando a aprovechar el enorme potencial de otras fuentes energ¨¦ticas renovables adem¨¢s de la hidroel¨¦ctrica
Este mes tienen una gran oportunidad de hacerlo en la cumbre clim¨¢tica de Nueva York. Los jefes de Estado deber¨¢n decidir entre seguir retrasando la transformaci¨®n que se requiere, ignorando el grave riesgo al que nos enfrentamos, o demostrar su liderazgo y responsabilidad frente a las personas y al planeta. Gobiernos y entidades financieras tienen la oportunidad de actuar de forma coordinada para potenciar las inversiones en energ¨ªas renovables a gran escala y la conservaci¨®n de los bosques, a la vez que se comprometen a retirar la financiaci¨®n de las energ¨ªas f¨®siles y de actividades que promueven la deforestaci¨®n. Los gobiernos tambi¨¦n tienen la responsabilidad de minimizar el impacto del cambio clim¨¢tico en sus habitantes, prepar¨¢ndose de la mejor manera posible para los cambios que ya estamos viendo y los que se avecinan.
La v¨ªa del liderazgo conlleva as¨ª mismo que los pa¨ªses desarrollados, adem¨¢s de anunciar una mayor ambici¨®n en sus objetivos de reducci¨®n de emisiones, concreten de forma transparente sus aportaciones econ¨®micas para dotar al Fondo Verde para el Clima de liquidez que permita apoyar a los pa¨ªses con menos recursos a satisfacer sus necesidades de desarrollo de forma sostenible, y llevar a cabo las medidas de adaptaci¨®n necesarias que reduzcan su vulnerabilidad al impacto del cambio clim¨¢tico.
Los ciudadanos de todo el mundo esperamos que los gobiernos que nos representan est¨¦n a la altura y elijan la responsabilidad y el liderazgo. Muchos ya han demostrado que es posible la acci¨®n clim¨¢tica. Lo que se requiere ahora es amplificarla con el impulso de los gobiernos a nivel mundial. Este ser¨¢ su m¨¢s importante legado. Esperamos que no nos decepcionen.
Mariana Panuncio es la directora de cambio clim¨¢tico de la oficina para Latinoam¨¦rica y Caribe de WWF.
Mar Asunci¨®n es directora del programa de cambio clim¨¢tico de WWF Espa?a.
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