Las terribles repercusiones de un desnudo de Emma Watson
Tras pronunciar un discurso por la igualdad de sexos en la ONU, han amenazado a la actriz con publicar sus fotos m¨¢s ¨ªntimas
Emma Watson, famosa planetariamente por su papel de Hermione Granger en la saga Harry Potter, pronunci¨® este fin de semana un discurso frente a Naciones Unidas destinado a superar las barreras entre sexos. No se puede exagerar su ¨¦xito. Entre otras reflexiones compartidas con pasi¨®n por Internet dijo cosas como: "Si los hombres no tuvieran que ser agresivos para ser aceptados, las mujeres no tendr¨ªan que ser sumisas. Si los hombres no tuvieran el control, las mujeres no tendr¨ªan que ser controladas. Tanto los hombres como las mujeres deber¨ªan tener la libertad de ser sensibles. Tanto los hombres como las mujeres deber¨ªan tener la libertad de ser fuertes. Ha llegado la hora de que percibamos el sexo como un abanico, no como dos ideales enfrentados¡±. Durante la jornada del lunes, no ha habido mensaje m¨¢s universalmente compartido, aclamado y analizado.
Ha llegado la hora de que percibamos el sexo como un abanico, no como dos ideales enfrentados Emma Watson
Al d¨ªa siguiente, se comunic¨® que algunos ususarios de la web 4Chan hab¨ªan iniciado una campa?a contra la actriz, amenaz¨¢ndola con publicar fotos comprometidas. Se hab¨ªa creado la web ¡°Emma, t¨² eres la pr¨®xima¡±, recordando lo que ha pasado recientemente con la filtraci¨®n de im¨¢genes ¨ªntimas de Jennifer Lawrence o Kirsten Dunst. La p¨¢gina est¨¢ ilustrada con una macabra cuenta atr¨¢s del tiempo que se supone que falta para que se produzca la publicaci¨®n de las instant¨¢neas. Mientras, la cr¨ªtica sube de tono y se publican cosas como estas:
?¡°Esa zorra feminista de Emma va a mostrarle al mundo qui¨¦n es y el tipo de puta que es¡±.
¡°Da charlas est¨²pidas en Naciones Unidas y ahora vamos a verla desnuda online. Muhahahahaha¡±.
Las fotos, claro, no exist¨ªan: de existir, casi nadie duda de que ya las habr¨ªan publicado. M¨¢s tarde se supo que la amenaza no era m¨¢s que un enga?o de una agencia. Pero todo resultaba igualmente repudiable, tanto si era verdad o no, por principios. El lenguaje empleado en la web era terror¨ªfico, el tipo de lenguaje simple y pueril de un extremismo ideol¨®gico, algo agravado por el hecho de que probablemente sea algo impostado; ni?os que quieren sonar a terroristas. Pero lo que plantean es un acto vand¨¢lico tan grave como violar la intimidad personal, un derecho inalienable incluso para un personaje p¨²blico. En el caso de Watson, la cuesti¨®n de la apropiaci¨®n de la vida ajena es todav¨ªa m¨¢s grave: la hemos visto crecer, hacerse mujer ante nuestros ojos en las pel¨ªculas de Harry Potter estrenadas a?o tras a?o, pero eso no justifica ni mucho menos que su d¨ªa a d¨ªa nos pertenezca.
La venganza es machista? porque Watson solo pronunci¨® un discurso que cualquier persona en su sano juicio y con un m¨ªnimo de educaci¨®n habr¨ªa firmado en una sociedad occidental del siglo XXI
Y lo que es todav¨ªa m¨¢s grave: el motivo de la venganza es execrable por machista y por liberticida. Machista porque Watson solo pronunci¨® un discurso que cualquier persona en su sano juicio y con un m¨ªnimo de educaci¨®n habr¨ªa firmado en una sociedad occidental del siglo XXI; liberticida porque, aunque todo fuera un intento de hacerse notar por parte de algunos, hay una serie de c¨®digos y s¨ªmbolos que no se deben tocar.
Todo esto, claro, es un s¨ªntoma del mundo que vivimos tras el llamado Fappening, la difusi¨®n masiva de fotos ¨ªntimas de celebrities que, parece, va a marcar un antes y un despu¨¦s en nuestras relaciones virtuales con los dem¨¢s e ¨ªntimas con nuestro smartphone. El incidente tuvo una relativa virtud: dinamit¨® la fantas¨ªa de que se vivimos en un planeta de estrellas de cine asexuadas. Esa ley no escrita ¨Cviolencia, bueno; sexo, malo¨C que rige las calificaciones que luego definen el cine comercial y seg¨²n las cuales, que Jennifer Lawrence se dedique a matar adolescentes en Los juegos del hambre est¨¢ bien; que se le vea un pez¨®n, es inadmisible.
Pero a cambio ha tenido el terrible precio de haber dibujado un mundo en el que nadie est¨¢ a salvo, menos a¨²n si es mujer; un mundo bajo permanente amenaza de ver publicadas sus mayores intimidades; donde un desnudo femenino sirve como elemento presionador para ideolog¨ªas contrarias o, peor, para infantiles bromas cibern¨¦ticas. Y nada de esto es peor que la reflexi¨®n de que nada de esto ocurrir¨ªa si esta mujer no hubiera dado un discurso por el feminismo.
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