Ralentizaci¨®n a la vista
Los efectos del estancamiento europeo obligan a proponer un presupuesto prudente para 2015
Despu¨¦s de dos trimestres de crecimiento r¨¢pido, la incipiente recuperaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola parece que va a sufrir una desaceleraci¨®n. El Banco de Espa?a advierte en su ¨²ltimo bolet¨ªn que el tercer trimestre ¡°tendr¨¢ un comportamiento algo menos expansivo de la demanda privada¡±, advertencia que puede interpretarse como una confirmaci¨®n de que los efectos del estancamiento econ¨®mico europeo empiezan a notarse en el crecimiento dom¨¦stico. El ministro de Econom¨ªa, Luis de Guindos, avis¨® de que Espa?a no es inmune al estancamiento de la zona euro y el presidente del Banco Central Europeo sigue insistiendo en que las medidas que adopte el BCE no sustituyen las que deben tomar los Gobiernos nacionales.
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La expectativa de ralentizaci¨®n y las palabras de De Guindos conducen a una conclusi¨®n que ya se adivinaba a finales de 2013 y principios de 2014, cuando el Ejecutivo proclamaba la recuperaci¨®n a los cuatro vientos: si Europa se estanca su crecimiento, Espa?a sufrir¨¢ las consecuencias. Dicho de otro modo, el crecimiento econ¨®mico no puede fundamentarse solo en el resurgir de la demanda interna sino que tiene que apoyarse tambi¨¦n en el comercio con Europa. Cuando este flaquea ¡ªy ha empezado a hacerlo desde el segundo trimestre¡ª, la euforia comienza a deshincharse. Y con m¨¢s raz¨®n cuando las condiciones internas de rentas e inversi¨®n no pueden sostener por s¨ª solas las tasas de crecimiento adecuadas ni, por cierto, una generaci¨®n de ingresos p¨²blicos procedentes del aumento de actividad que permita reducir el d¨¦ficit. Pero la culpa no es de Europa, sino de una estructura desequilibrada de crecimiento.
La cuesti¨®n es si esta ralentizaci¨®n es pasajera o si las medidas tomadas por el BCE conseguir¨¢n depreciar el euro y recuperar el ritmo de actividad econ¨®mica en la eurozona, de forma que sus efectos beneficiosos lleguen a la econom¨ªa espa?ola. En esta tesitura, la pretensi¨®n del Gobierno de modificar al alza las previsiones de crecimiento parece irrelevante. Porque si las previsiones del Banco de Espa?a y de muchos otros economistas son correctas, la tasa de crecimiento de la econom¨ªa en 2014 no se apartar¨¢ gran cosa del 1,2% previsto. Quiz¨¢ alcance el 1,3% (en el escenario m¨¢s optimista, con un crecimiento del 0,5% en el tercer trimestre y del 0,4%, en el cuarto), pero la revisi¨®n de una d¨¦cima no resuelve ni aclara nada.
Una cuesti¨®n importante es qu¨¦ proyecci¨®n de crecimiento propondr¨¢ el Gobierno para el presupuesto de 2015. En la coyuntura presente, proponer para el a?o pr¨®ximo tasas de crecimiento del 2% o por encima colocar¨ªa el presupuesto en un riesgo elevado de incumplimiento. Porque los ingresos fiscales dependen en estos momentos ¡ªy probablemente tambi¨¦n a comienzos del a?o pr¨®ximo¡ª de factores que el Gobierno no controla. La estrategia adecuada hoy es moderar la euforia y prepararse para una desaceleraci¨®n (quiz¨¢ suave) que puede prolongarse durante el primer trimestre de 2015.
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