Basta de crisis olvidadas
Fotograma de "3de10" extraido dewww.simeimporta.org
Todos los que estamos en contacto con temas serios y vitales nos encontramos frustrados por lo poco que interesan al resto. Yo no me canso de contar que cada 15 d¨ªas recibo un email con las emergencias en las que mi organizaci¨®n est¨¢ trabajando en todo el mundo. Emergencias de verdad, enti¨¦ndanme bien, emergencias en las que miles, cientos de miles o millones de personas mueren o pueden morir. Emergencias duras donde los equipos que est¨¢n en terreno necesitan apoyo psicol¨®gico cuando vuelven. Emergencias que llamamos crisis olvidadas porque llevan ah¨ªmucho tiempo y es como si no existieran.
Las estrategias para conseguir llamar la atenci¨®n sobre estos temas olvidados, que arrastran consigo a personas olvidadas, son m¨²ltiples. La cr¨®nica ayuda, pero la buena cr¨®nica, esa narrativa exquisita que solo algunos magos escritores son capaces de trabajar adecuadamente. Por poner un ejemplo reciente, el escritor Martin Caparros acaba de publicar en algunos pa¨ªses de Am¨¦rica Latina su ¨²ltimo libro titulado El Hambre. Estoy convencida de que ese libro va a ser crucial para la lucha contra en hambre en el mundo por su capacidad de informar y empatizar con el lector. En Espa?a se publica en febrero.
Otra herramienta habitual es el reportaje. Al igual que la cr¨®nica no todos los reportajes valen, no todos los periodistas son capaces de cautivar al lector y armar la historia de un modo que sea informativa y narrativa al mismo tiempo. Pero cuando consiguen hacerlo bien los resultados son muy significativos. La organizaci¨®n Oxfam Intermon apost¨® el a?o pasado por apoyar la redacci¨®n de una serie de grandes reportajes sobre tem¨¢ticas poco populares en nuestro pa¨ªs pero que por su excelencia han llegado a cientos de miles de lectores. Otro ejemplo en este diario fue el reportaje de Ander Izaguirre publicado por Planeta Futuro sobre las madres colombianas de Soacha cuyos m¨¢s de 13.000 me gustas en facebook hacen suponer que tuvo un enorme impacto.
Presentados los cl¨¢sicos en estos tiempos que corren tambi¨¦n algunos se atreven con otras formas narrativas m¨¢s innovadoras y menos convencionales, m¨¢s aptas para los nuevos formatos comunicativos como los soportes online o las redes sociales. Resulta muy dif¨ªcil justificar un enfoque alegre incluso par¨®dico de temas tan tremendos como el hambre, la pobreza infantil o incluso la falta de libertad o de derechos humanos. Los m¨¢s puristas se indignan porque hay cosas con las que no se debe jugar. Sin embargo la s¨¢tira ha servido hist¨®ricamente a objetivos muy nobles, ?por qu¨¦ no ha de usarse para conseguir sacar del olvido temas tan importantes como esos? ?ltimamente sigo en twitter perfiles sat¨ªricos como el glorioso @dictadoresSA, con el que me informo y al mismo tiempo me r¨ªo, y cuyos tuits no me dejan indiferente, por el enorme grado de denuncia que contiene. O un ejemplo reciente de este tipo ha sido el tan difundido ¡°3de10¡±, el reality de la cooperaci¨®n. Un falso reality donde al p¨²blico se le ped¨ªa que descartara personas. Tanto el video principal como la cuenta de Twitter son hilarantes, pero al mismo tiempo est¨¢n cargados de informaci¨®n muy valiosa. El v¨ªdeo del reality tiene m¨¢s de 30.000 visionados, y su objetivo era conseguir que la gente se sumara a una campa?a a favor de la ayuda al desarrollo. Nunca un tema tan denso y sectorial se ha tratado de una forma tan ¡°fr¨ªvola¡± y seguramente tan efectiva y con tanto alcance. Por el momento la campa?a, ¡°SiMeImporta¡± lleva recogidas 2400 firmas pero su impacto inicial fue incontestable con presencia on-line en la gran mayor¨ªa de los medios escritos espa?oles.
Sea como fuere, a trav¨¦s de los tratamientos period¨ªsticos m¨¢s cl¨¢sicos o rompiendo los esquemas tradicionales irrumpiendo en las redes con iron¨ªa y s¨¢tira, la lucha de los que comunicamos sobre temas ¡°comprometidos¡± es diaria e incesante y los consumidores de informaci¨®n tienen la ¨²ltima palabras para que nuestros esfuerzos obtengan buenos resultados. As¨ª que a ustedes lectores, les digo: ay¨²denos, lean, voten, firmen y compartan, y entre todos quiz¨¢s un d¨ªa consigamos que no queden ¡°olvidados¡± en el mundo.
Comentarios
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.