Nic Pizzolatto, alma de ¡®thriller¡¯
El creador de la exitosa serie ¡®True Detective¡¯ es el nuevo rey del suspense. Es un es pecialista en crear atm¨®sferas desoladoras e inquietantes La editorial Salamandra ha publicado ahora en espa?ol su primera novela, ¡®Galveston¡¯, que ser¨¢ llevada al cine. En la distancia corta, Pizzolato es igual de intrigante
Son las doce y media de un caluroso d¨ªa de julio, y en el legendario Deer Lodge de Ojai, California, hay muchos m¨¢s cuernos que clientes.
En una mesa situada en una esquina con poca luz ¨Cdebajo de una cabeza de ciervo, junto a un escenario para m¨²sica en vivo¨C, se sienta Nic Pizzolatto, de 38 a?os, el excamarero convertido en novelista que surgi¨® de la nada para crear True Detective, una producci¨®n de la cadena estadounidense HBO y la serie televisiva m¨¢s aclamada este a?o. No es casual que haya elegido este restaurante, no solo lo ha hecho por encontrarse a cierta distancia de Hollywood, sino tambi¨¦n por su ambiente.
Pizzolatto lleva una camiseta negra ajustada y tejanos oscuros. Pide su men¨² habitual: ensalada verde y palitos de pollo. Desde hace dos a?os reside junto a su mujer, Amy, y su hija de cinco a?os en Ojai, un lugar que le ha permitido vivir lo suficientemente lejos de Hollywood. Sin embargo, cuando lo necesita, no tarda m¨¢s de noventa minutos en acercarse a Los ?ngeles, y otro tanto para salir huyendo de la ciudad. Aunque son muchas las cosas que han cambiado a su alrededor, este entorno le mantiene conectado con la realidad. ¡°Hago todo lo posible para que mi vida no cambie¡±, dice. ¡°Incluso hoy d¨ªa, hay muchas veces que siento que sigo siendo un outsider¡±.
Despu¨¦s de una temporada frustrante en el mundo acad¨¦mico, Pizzolatto se instal¨® en la Costa Oeste de Estados Unidos durante el verano de 2010, trayendo consigo media docena de guiones ¨Capuntes de Justified, una obra dram¨¢tica sobre el rodeo y un borrador de True Detective entre ellos¨C, y el deseo de cambiar sus circunstancias familiares. Lo que sigui¨® a continuaci¨®n fue algo t¨ªpico de la f¨¢brica de sue?os de Hollywood. Un escritor sin experiencia en la televisi¨®n contact¨® con un par de estrellas cinematogr¨¢ficas (Matthew McConaughey y Woody Harrelson) que confiaron en su talento creativo. Entonces se rodaron ocho episodios de una serie dram¨¢tica de g¨¦nero policiaco sorprendente que parec¨ªa algo nunca visto. Los cr¨ªticos, con la excepci¨®n de unos pocos, se quedaron entusiasmados y la serie consigui¨® nominaciones en las principales categor¨ªas de los premios Emmy, 12 en total, incluyendo la de mejor ficci¨®n dram¨¢tica (solo gan¨® la mejor direcci¨®n). Ahora, mientras se prepara la segunda temporada ¨Cque, fiel a su estilo, contar¨¢ con una nueva ambientaci¨®n, nuevas historias y un nuevo reparto¨C, Pizzolatto tendr¨¢ que lidiar con las altas expectativas que hay puestas en la serie.
Matthew McConaughey: ¡°Nic no necesita el ¨¦xito ni las expectativas que se ponen en ¨¦l. Es autosuficiente¡±
Apasionado, seguro de s¨ª mismo y tremendamente inteligente, Pizzolatto pasa la mayor parte de las siguientes tres horas intentando convencerme ¨Cy a s¨ª mismo¨C de que es capaz de desconectar de todo, tal como ha sido capaz de dejar que circularan los numerosos rumores sobre los actores que se incorporar¨¢n en la segunda temporada sin pronunciarse al respecto. Se barajan nombres como Benicio del Toro, Colin Farrell, Taylor Kitsch y Vince Vaughn como aspirantes a protagonizar la serie. Adem¨¢s, entre los directores se especula con William Friedkin y con el director de El asesinato de Jesse James, Andrew Dominik.
¡°Nic no necesita el ¨¦xito o las expectativas que se ponen en ¨¦l¡±, explica McConaughey. ¡°Es el primero en exigirse lo m¨¢ximo. Es bastante autosuficiente¡±. Sin embargo, unos d¨ªas despu¨¦s de que el director de programaci¨®n de la HBO Michael Lombardo compareciera ante cientos de cr¨ªticos y asegurara que los dos primeros guiones de la segunda temporada son a¨²n ¡°m¨¢s emocionantes¡± que los de la primera, el productor ejecutivo y guionista parece decidido a rebajar ese bombo publicitario, consciente de que del mismo modo que la audiencia se entusiasm¨® con la primera temporada, ahora puede decepcionarse. ¡°Como creador, nunca hay que bajar la guardia, hay que estar pendiente de la pantalla porque uno sabe que ah¨ª es donde se la juega¡±, afirma. ¡°Pero siento como si quisiera descargarme de responsabilidad: ¡®Esta serie no cambiar¨¢ mi vida¡±.
Desde luego, por la iron¨ªa de su comentario parece que s¨ª la ha cambiado.
Pizzolatto creci¨® en una zona rural de Luisiana, a m¨¢s de 3.000 kil¨®metros de Hollywood. Pas¨® gran parte de su infancia lidiando con conflictos que m¨¢s tarde aparecer¨ªan en True Detective. Desde muy joven le sacaba de quicio el fervor religioso que impregnaba cada rinc¨®n de su ciudad natal, Lake Charles, y sus alrededores. Aunque no le gustaba contar lo que suced¨ªa en su propia casa, ha compartido los recuerdos de lo que observaba en los pasillos mientras sus padres, con los ojos cerrados, se agarraban de la mano con los miembros de su grupo de oraci¨®n al tiempo que comentaban las visiones que hab¨ªan tenido. ¡°Cuando me hice mayor¡±, dijo en junio durante el Banff World Media Festival, ¡°empec¨¦ a tener miedo de todas esas cosas y a sentir impotencia¡±.
Pizzolatto, el mediano de una familia de cuatro hijos, se entreten¨ªa a menudo solo en su cuarto, dibujando criaturas imaginarias, paisajes, cualquier cosa. ¡°El dibujo era para m¨ª una v¨ªa de escape, una manera de relacionarme con el mundo exterior¡±, explica. A mediados de los noventa, su habilidad se tradujo en una beca en Artes Visuales del Estado de Luisiana, gracias a la cual descubri¨® la literatura y un don natural para contar historias. Pero cuando poco tiempo despu¨¦s de su graduaci¨®n su profesor de escritura y antes tutor muri¨® tr¨¢gicamente, Pizzolatto aparc¨® su pasi¨®n y se traslad¨® a Austin. Durante algunos a?os trabaj¨® de forma precaria como camarero, pero nunca abandon¨® la lectura: ficci¨®n, filosof¨ªa, historia, poes¨ªa. ¡°Todav¨ªa rondaba en mi cabeza la idea de ser escritor, as¨ª que necesitaba saber todo lo posible y entender la historia¡±.
En 2001, se matricul¨® en un m¨¢ster de Arte en la Universidad de Arkansas. Enseguida vendi¨® un par de relatos cortos a la revista The Atlantic. Su director de ficci¨®n, Mike Curtis, se qued¨® impresionado por ¡°la fluidez de sus ideas filos¨®ficas y su rigor moral¡±. Lo que sigui¨® fue una colecci¨®n de cuentos Between here y Yellow sea que, seg¨²n Pizzolatto, nadie ha le¨ªdo; una serie de trabajos como profesor en la Universidad de Chicago, en la Universidad de Carolina del Norte y en la de DePauw que amargaron su experiencia en el mundo acad¨¦mico y una novela que tard¨® dos a?os en escribir y que en el ¨²ltimo momento no se decidi¨® a publicar. ¡°Es mejor no tener reputaci¨®n que tener una mala¡±.
Pero el embarazo de su esposa, analista de p¨¢ginas web por entonces, supuso un valioso incentivo y en tres meses escribi¨® Galveston (publicada ahora en espa?ol por Salamandra). La novela, que trata de un enfermo terminal que lleva a?os ejerciendo de mat¨®n profesional, fue finalista en 2010 de los Premios Edgar a la mejor primera novela y consigui¨® llamar la atenci¨®n de Hollywood. Jean Doumanian ha comprado los derechos para adaptarla al cine, los actores ya han sido seleccionados y su idea es empezar a rodar la pel¨ªcula este oto?o. Despu¨¦s de haber pasado sus a?os de estudiante de secundaria cautivado por dramas de la HBO como Deadwood y The Wire, a Pizzolatto, sin embargo, le interesaba m¨¢s la televisi¨®n. La idea de ser productor ejecutivo de televisi¨®n ¨Cun escritor con control, palabra decisiva en su vocabulario¨C, le atra¨ªa bastante. As¨ª que cuando un par de productores que participaban en el proyecto cinematogr¨¢fico de Galveston le preguntaron si en su mente bull¨ªa alguna idea para la televisi¨®n, Pizzolatto respondi¨® entusiasmado que s¨ª, y escribi¨® seis guiones en un mes.
La industria del cine se rindi¨® r¨¢pidamente a sus pies. Puso en marcha un remake de Los siete magn¨ªficos protagonizado por Tom Cruise; firm¨® un acuerdo con la HBO para poner en marcha un guion sobre el rodeo, y la AMC le contrat¨® para escribir la primera entrega de The Killing. Pero al final todo eso no le interesaba y abandon¨® este ¨²ltimo proyecto despu¨¦s de una temporada. ¡°Ten¨ªa la sensaci¨®n de tener que recuperar el tiempo perdido, y adem¨¢s sent¨ªa que ten¨ªa que ir por mi cuenta¡±, explica. ¡°S¨¦ que no estaba actuando siguiendo los modelos habituales, pero en realidad siempre me he guiado por mi propio criterio¡±.
Con todo, la aut¨¦ntica vor¨¢gine comenz¨® cuando sac¨® de su iPad el guion de True Detective durante una reuni¨®n con el jefe de Anonymous Content, Steve Golin. Dicha compa?¨ªa se comprometi¨® a ayudarle a buscar un director con talento y de renombre antes de ofrecerlo a las productoras, asegur¨¢ndole mayores ingresos y, sobre todo, un mayor control. ?l estaba de acuerdo. Cary Fukunaga, un cliente de Anonymous Content que dirigi¨® con notable ¨¦xito una versi¨®n g¨®tica de Jane Eyre, firm¨® el primero, y luego, a principios de 2012, enviaron el guion a McConaughey para que interpretara al polic¨ªa Marty Hart, el t¨ªpico papel de tipo duro que niega su propio dolor. ¡°Fue antes de que Matthew protagonizara Mud, antes de Dallas Buyers Club¡±, explica Pizzolatto. El actor contest¨® casi enseguida. Le encantaba el material y que contaran con ¨¦l, pero prefer¨ªa interpretar al otro polic¨ªa, Rustin Cohle, un personaje psicod¨¦licamente complejo que intenta escapar de las heridas ps¨ªquicas. McConaughey intervino para convencer a Harrelson, ya que los productores hab¨ªan o¨ªdo que no estaba interesado en interpretar a un polic¨ªa ni en volver a la televisi¨®n.
No cabe duda de que estar¨ªa muy bien vivir la experiencia de dirigir un episodio, pero por otro lado no quiero echar a perder mi propia serie¡±
Era una oferta fabulosa, as¨ª que los pretendientes no tardaron en aparecer. Netflix, FX y Showtime presentaron sus propuestas. El presidente de este ¨²ltimo canal, David Nevins, estaba convencido de que lo hab¨ªa conseguido. Pero entonces, la HBO irrumpi¨® con una proposici¨®n mejor. Al presidente, Michael Lombardo, y a su equipo les asombraba la valent¨ªa de Pizzolatto. ¡°Se siente c¨®modo desentra?ando las zonas oscuras de la mente femenina y masculina, sin emitir juicios de valor. Eso le confiere poder¡±, afirma el ejecutivo. ¡°No le da miedo explorar los rincones de la psique humana que la mayor¨ªa de la gente oculta¡±. Aparte de lo caro que resultaba producir esta serie ¨Ccada episodio tiene un coste de entre 3 y 3,5 millones de euros, una vez descontadas las bonificaciones fiscales¨C, la HBO estaba dispuesta a apostar fuerte por Pizzolatto. Algunas fuentes indican que la cadena de cable ofreci¨® al escritor apenas conocido un mill¨®n de d¨®lares por un contrato de dos a?os. De ese modo, el novelista de Luisiana se convirti¨® en productor ejecutivo y guionista de Hollywood.
Pese a que muchos describen a Pizzolatto como un escritor prodigiosamente r¨¢pido, es abrumadora la presi¨®n que recibe a la hora de poner en marcha un episodio. Sugiere que le gustar¨ªa que alguna otra persona colaborara con ¨¦l ¨Cha contratado discretamente a un amigo y colega novelista, Scott Lasser, para que le ayude a terminar el argumento de la segunda temporada¨C, aunque delegar no se le da bien. ¡°Es una asignatura pendiente¡±. Desde que la serie se empez¨® a rodar a principios de 2013, han circulado rumores sobre una lucha de poder entre Pizzolatto y Cary Fukunaga ¨Cfue el director de los ocho episodios de la primera temporada, premiado con el Emmy, y es el responsable del estilo cinematogr¨¢fico de la obra¨C. Y han aumentado cuando corri¨® la voz de que Fukunaga no estar¨ªa en la segunda temporada. El director, que ha declinado hacer cualquier comentario en este art¨ªculo, permanecer¨¢ como productor ejecutivo.
Pizzolatto, por su parte, niega rotundamente que exista cualquier tipo de animosidad. ¡°Cary y yo hemos trabajado juntos sin que hubiera ning¨²n problema¡±, explica. ¡°Nunca hubo ninguna disputa. Est¨¢ claro que puede haber discusiones y diferencia de opiniones, pero lo importante es que trabaj¨¢bamos sin ning¨²n tipo de ego con el fin de hacer las cosas lo mejor posible¡±. De momento, est¨¢ pensando en qui¨¦n se har¨¢ cargo de la direcci¨®n de la segunda temporada, aunque es una decisi¨®n que, seg¨²n ¨¦l, la tomar¨¢ con mayor rapidez el equipo de producci¨®n. Adem¨¢s, Pizzolatto podr¨ªa intentar dirigir un episodio. ¡°Solo depende de si quiero hacerlo o no¡±, asegura. ¡°No cabe duda de que estar¨ªa muy bien vivir esa experiencia, pero por otro lado no quiero echar a perder mi propia serie¡±.
Para un hombre que se siente c¨®modo en la penumbra del Deer Lodge, ¡°llamar repentinamente la atenci¨®n de los extra?os¡±, como ¨¦l dice, ha supuesto todo un aprendizaje.
Aunque la primera temporada ya ha recibido numerosos elogios por parte de la cr¨ªtica ¨C¡°las actuaciones son fuera de serie, los di¨¢logos son evocadores, la est¨¦tica es tan intensa que son solo una muestra del nivel narrativo de Pizzolatto¡±, escrib¨ªa Alan Sepinwall en Hitfix¨C, parece que Pizzolatto ha tenido sobre todo en cuenta las acusaciones. La mayor detractora ha sido Emily Nussbaum, de la revista The New Yorker, que censuraba la superficialidad de los personajes femeninos y que ¡°las mujeres solo existen como esposas, amantes o hijas, sin ning¨²n tipo de vida interior¡±. Pero Nussbaum no fue la ¨²nica. ¡°El problema de la mujer¡± en True Detective fue trending topic los domingos por la noche entre los blogueros de Internet.
A Pizzolatto estas cr¨ªticas le enfurecen. Quienes descalifican por su ligereza al personaje de Maggie, la esposa de Marty, que interpreta la actriz Michelle Monaghan, no entienden nada. Admite que si en la serie ella hubiera expresado su punto de vista, y hubiera seguido siendo insignificante, entonces las burlas ser¨ªan v¨¢lidas. Pero la primera temporada se cre¨® con la intenci¨®n de ser contada exclusivamente a trav¨¦s de los ojos y las experiencias de los dos personajes masculinos. ¡°Te puede gustar o no la serie, pero ese no es ning¨²n pretexto¡±, dice. A?ade que le consult¨® este asunto a su amiga Callie Khouri. ¡°Si Callie, que escribi¨® el guion de Thelma & Louise, piensa que es una cr¨ªtica est¨²pida, me inclino a tener en cuenta su opini¨®n antes que cualquier otra¡±.
Pero a¨²n hay m¨¢s. Reconoce que cuando empez¨® a escribir la segunda temporada, tuvo en cuenta la opini¨®n de los cr¨ªticos. Sin embargo, se detuvo a reflexionar sobre lo que estaba haciendo, ignor¨® por completo los comentarios y cambi¨® todos los personajes. ¡°Es dif¨ªcil escribir bien si se tienen en cuenta las expectativas. Yo no soy una empresa de servicios¡±. Los guiones actuales tienen cuatro personajes principales, tres de ellos son polic¨ªas, de los cuales uno es mujer. Aunque es probable que tambi¨¦n los cambie. Ni siquiera se pronuncia sobre lo que est¨¢n filtrando las agencias de talentos, que comparan el argumento con el de Chinatown, y que apuntan a que parte de la trama est¨¢ basada en una serie de brutales asesinatos y en un potencial y revolucionario acuerdo con la empresa de transportes que cambiar¨ªa para siempre los permanentes atascos en las autopistas de California. Lo ¨²nico que confirma es que el ¡°guion a¨²n est¨¢ en proceso¡±.
De momento, a Pizzolatto le tranquiliza estar cerca de su casa. Es una de las ventajas de haber ambientado la segunda temporada de True Detective en California. Ha recorrido la costa de arriba abajo buscando posibles escenarios como Monterrey y el valle del R¨ªo Ruso. ¡°El paisaje es muy importante para m¨ª. Cuando me pongo a escribir, me ayuda mucho tenerlo como referente¡±.
Su ¨²nica ocupaci¨®n sigue siendo escribir. Cada d¨ªa, llega a su oficina en Ojai a las nueve de la ma?ana y solo interrumpe su trabajo para ir a almorzar y hacer media hora de yoga. Escribe hasta que ya no puede m¨¢s. Su representante contin¨²a siendo el productor Bard Dorros, de Anonymous Content, y tambi¨¦n RWSG, la agencia literaria que le ayud¨® a introducirse en el panorama televisivo, aunque Pizzolatto niega los rumores que circulan acerca de un posible abandono: ¡°No voy a ser tan est¨²pido como para dejar a las personas con las que he llegado hasta la meta¡±. Es muy celoso de su vida privada. No le gustan las conversaciones triviales y tampoco que la gente se acerque a ¨¦l. De hecho, desde que se traslad¨® a California, solo tiene un pu?ado de amigos entre los que se encuentra T. Bone Burnett, responsable de la banda sonora de True Detective, y su mujer Callie Khouri, con quienes Pizzolatto y su esposa se relacionan. Burnett comenta que las dos parejas se pasan las noches, hasta altas horas de la madrugada, en Ojai hablando de cultura.
Despu¨¦s de nuestro largo almuerzo, Pizzolatto se tiene que marchar. Esta misma tarde ha quedado en Malib¨² con un posible director para la serie y necesita escribir (y volver a escribir) los guiones que ha dejado en el maletero de su Charger plateado que est¨¢ estacionado en el exterior del establecimiento. Introduce su iPhone y una lata de tabaco sueco en un bolsillo, y nos dirigimos hacia la puerta donde Tom Doody, el propietario del Deer Lodge, se acerca a saludarle. Charlan durante un minuto y Doody, un hombre mayor con una mata espesa de pelo blanco, le cuenta que tendr¨¢ que dejar de servir comidas ¨Cel restaurante est¨¢ perdiendo mucho dinero¨C, y Pizzolatto lanza un argumento a favor de mantener el jard¨ªn abierto. ¡°Por lo menos que vengan los bebedores¡±, apunta sonriendo.
Cuando salimos, Doody le llama: ¡°?Oh, casi se me olvida! ?Enhorabuena, amigo!¡±, afirma lleno de orgullo. No hab¨ªa visto a Pizzolatto desde que se present¨® la lista de nominados a los premios Emmy. ¡°?Cuando me enter¨¦, sent¨ª como si ya hubi¨¦ramos ganado!¡±. Pizzolatto se vuelve y dice riendo: ¡°Aseg¨²rese de escribir esto en su art¨ªculo¡±.
? The Hollywood Reporter, 2014.
Traducci¨®n de Virginia Solans
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.