¡°Tuvimos que escondernos durante tres meses. Echo de menos estudiar¡±
Quinta entrega del diario de la misi¨®n de respuesta r¨¢pida de Unicef en una aldea remota del pa¨ªs africano
![El doctor Thomas Lyimo, en Kiech Kuon, junto a dos vecinos a los que ha entrenado para que le ayuden.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/KU32OJV2HKZYCYNXGQG64QNS4I.jpg?auth=1939fb1d71c3fae49f05da25f316e2f0888fbd37aa5f7f45f849a9a0d28c6a37&width=414)
D¨ªa cinco
Cerca del aer¨®dromo de Kiech Kuon, donde me un¨ª a una Misi¨®n de Respuesta R¨¢pida de 10 d¨ªas de Unicef en una zona que lleva meses sin servicios b¨¢sicos, se encuentra un edificio de ladrillo de dos habitaciones con un brillante tejado de hojalata. Dentro se esconde un burro muy enfermo, por lo que inicialmente pienso que es un establo para ganado. Pero, en realidad, esta es la escuela primaria de Kiech Kuon, donde Nhial Ojulu ense?a ingl¨¦s a casi 300 alumnos, en las clases y a la sombra de los ¨¢rboles de nim que crecen fuera del recinto. Al menos as¨ª era hasta que estall¨® la guerra en Sud¨¢n del Sur en diciembre de 2013. Desde entonces, Nhial, de 35 a?os, no cobra, no llegan suministros, el colegio ha estado cerrado y el edificio ha empezado a caer en el abandono poco a poco. Cuando el conflicto lleg¨® al pueblo en abril, todo el mundo huy¨® y lo que qued¨® lo saquearon.
![Nyatuoch Wie, de 15 años: "Cuando pienso en el futuro, creo que me gustaría ser enfermera o médico"](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/OR3KNLW4KQJ2RHEJJFQ4GXJCIQ.jpg?auth=bea403cfadad342788cf6a00f2738ea59838e880d9597ee78c25ed031ab66000&width=414)
Esto significa que el aprendizaje para todos los ni?os en edad escolar del pueblo lleva interrumpido nueve meses de momento y podr¨ªa continuar as¨ª por un tiempo. Treinta de los alumnos de la escuela se han reunido conmigo esta ma?ana bajo uno de esos ¨¢rboles de nim, donde les he preguntado sobre c¨®mo pasan el d¨ªa ahora que no van a clase. Titubeantes, como si estuvieran confesando alguna travesura, han dicho: ¡°plantar en el campo¡±, ¡°sembrar y desmalezar¡±, ¡°cuidar los animales¡±, ¡°recoger madera para el fuego¡±. Cuando les he preguntado qu¨¦ recuerdan que les gustara de la escuela, han levantado las manos y han gritado euf¨®ricamente: ¡°aprender ingl¨¦s¡±, ¡°jugar al f¨²tbol con mis amigos¡±, ¡°leer¡±.
La escuela estaba financiada por el Gobierno, seg¨²n comenta Nhial, y desde que comenz¨® la guerra se ha agotado el dinero. ¡°No dudo que el dinero vuelva, pero no s¨¦ cu¨¢ndo ser¨¢. Mientras tanto, necesitamos pizarras, ejercicios y libros de texto, sillas para que se sienten los ni?os, uniformes, material de juego ¡ªdice enumerando con la mano¡ª estoy dispuesto a ense?ar sin cobrar, solo necesitamos material¡±.
![Una mujer recolecta hierbas salvajes, el ¨²nico alimento de muchas familias tras el estallido del conflicto en Sud¨¢n del Sur.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4FPLAVSYZV774GZNYVXRBZIAFU.jpg?auth=ea615048973a45695ae96f21644bda5f946a8b2324c5e307e4f4d31b6359cca7&width=414)
Se prev¨¦ que llegue un helic¨®ptero de Naciones Unidas a KIech Kuon a lo largo de esta semana para atender los deseos de Nhial, trayendo lo que Unicef llama ¡°la escuela en una caja¡±, una gran carpa que se puede colocar en cualquier parte y utilizarse como clase temporal donde ya no hay escuelas operativas. En la ¡°caja¡± (en realidad un conjunto de cajas) se incluye material, libros y juegos, entre ellos balones de f¨²tbol. Puede darles a los ni?os de aqu¨ª la oportunidad de ponerse al d¨ªa, o al menos de no quedarse atr¨¢s. ¡°Desde que comenz¨® la lucha, tuvimos que huir y escondernos durante tres meses, no he ido a la escuela y echo de menos estudiar¡±, me comenta Nyaruach Tur de 14 a?os. Quiere ser m¨¦dico. Necesitamos buenos profesores y material escolar bueno y ahora no tenemos d¨®nde comprarlo y nadie puede venir a tra¨¦rnoslo. No puedo ser m¨¦dico si no puedo estudiar adecuadamente¡±.
La llamada de ayuda Nyaruach es la ¨²ltima de muchas historias de necesidad urgente que he estado escuchando en los 10 d¨ªas en Kiech Kuon, en la Misi¨®n de Respuesta R¨¢pida de Unicef.
![Vecinos de Kiech Kuon usan agua de un charco para lavarse.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/6ECG5ZQIGIFRZQDFOHGYVVE5BU.jpg?auth=af8d98d9d36127c3eafc77032cf74121105078e1e94d6ab2115e3dfae0afb7ae&width=414)
La necesidad, realmente, no es tan compleja: comida especial, vacunas y vitaminas para impedir que los ni?os caigan en la desnutrici¨®n, alg¨²n lugar donde puedan aprender y estar seguros, medicinas para el centro sanitario¡ Esta corta misi¨®n de Unicef ya ha conseguido mucho, ciertamente m¨¢s de lo que se ha conseguido en los ¨²ltimos nueve meses. Ma?ana me voy de vuelta a Juba y despu¨¦s de Sud¨¢n del Sur, por ahora, pero lo que quedar¨¢ conmigo de este viaje es la sensaci¨®n de que tan poco puede conseguir tanto.
Unicef planea m¨¢s operaciones de este tipo a las zonas a las que m¨¢s ha afectado la crisis que asola este pa¨ªs. Junto con su trabajo en campos y las ciudades principales, las Misiones de Respuesta R¨¢pida en las zonas apartadas necesitan todo el impulso que puedan tener para que los equipos lleguen a tantas personas como puedan con ayuda como la que han recibido en Kiech Kuon en los ¨²ltimos d¨ªas.
Este diario se escribi¨® a finales de verano y hasta octubre se han completado 26 misiones conjuntas de respuesta r¨¢pida, todas ellas en los estados donde el conflicto se ha extendido y la gente huye. Las misiones han alcanzado a m¨¢s de 550.000 personas, incluyendo 116.000 ni?os menores de cinco a?os. Cuatro misiones est¨¢n a punto de terminar.
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