?S¨®lo anta?o?
Los lujos, vicios y antojos de las tarjetas black de Caja Madrid y Bankia
De entre la multitud de corrupciones, saqueos y aprovechamientos que ya han salido a la luz en los ¨²ltimos tiempos en Espa?a, quiz¨¢ ninguno resulte tan repugnante como el m¨¢s reciente, el de las tarjetas VISA que Caja Madrid y Bankia pusieron a disposici¨®n de sus consejeros y directivos a lo largo de dos decenios. A casi ninguno nos cabe duda, por lo dem¨¢s, de que lo salido a la luz debe de ser una peque?a parte del total, por lo que no es descartable que el futuro nos revele hechos a¨²n m¨¢s repugnantes. La circunstancia de que entre esos consejeros y directivos hubiera pol¨ªticos de tres partidos principales (sobre todo del PP ¨Cveintiocho¨C, pero tambi¨¦n del PSOE ¨Cquince¨C y de IU ¨Ccuatro¨C, am¨¦n de diez sindicalistas y varios empresarios) agudiza la tentaci¨®n de pensar y decir que todos son iguales, cuando en su conjunto no lo son. Es f¨¢cil extender la mancha a todos, lo cual no s¨®lo es injusto, sino sumamente demag¨®gico y peligroso. Son numerosos los pol¨ªticos a los que no se ha pillado ¡°trincando¡± del erario p¨²blico ni de nadie, pero de esos no llevamos la cuenta ni salen en las noticias, porque al fin y al cabo su proceder nada tiene de excepcional: lo que se espera de ellos es eso, que no ¡°trinquen¡±, y as¨ª pasan inadvertidos. Pero la tentaci¨®n de generalizar es comprensible, dada la ya enorme cantidad de individuos con responsabilidades sobre los que existen pruebas de delito o malversaci¨®n o abuso, o cuando menos indicios y sospechas fuertes. La acumulaci¨®n es tan desmoralizadora que habr¨ªa que empezar a hacer la lista de los ¡°limpios¡±, para contrarrestar el desaliento y creer que hay esperanza de encontrar ¡°hombres y mujeres justos¡± entre los pol¨ªticos, los banqueros y los grandes empresarios de nuestro pa¨ªs, de Madrid a Galicia, de Andaluc¨ªa a Catalu?a, de Valencia a Baleares.
Lo que hace especialmente repugnante el caso de esas tarjetas ¡°opacas¡± de Caja Madrid y Bankia es la gratuidad y la superfluidad del asunto. Hablaba yo el otro d¨ªa del caso con una persona tan inteligente como querida, y me dec¨ªa que lo de menos era en qu¨¦ hab¨ªan gastado esos consejeros las fabulosas sumas (436.700 euros Miguel Blesa, 448.300 Ricardo Morado, 255.400 Estanislao Rodr¨ªguez-Ponga, ?ex-Secretario de Estado de Hacienda!, 99.000 Rodrigo Rato, 575.000 S¨¢nchez Barcoj, por mencionar a unos pocos), sino el hecho en s¨ª. Y no le faltaba raz¨®n. Pero, no s¨¦ c¨®mo decir, para m¨ª hay una diferencia, aunque sea s¨®lo est¨¦tica, entre emplear un dinero ajeno en los plazos de la hipoteca o el colegio de los ni?os o gastarlo en lujos y chorradas para deslumbrar al ¡°pueblo llano¡± ¨Cexpresi¨®n de Barcoj¨C, tales como safaris, tiendas de vinos, ropas de marcas caras, joyas, maletas, restaurantes y hoteles prohibitivos, ?armas!, masajes, lencer¨ªa fina, viajes horteras y efectivo a discreci¨®n. El ¨²ltimo sueldo conocido del se?orito Blesa era de 3.500.000 euros anuales; el del se?orito Morado, de 1.550.000; el del se?orito Rato, de 2.760.000; el del se?orito Moral Sant¨ªn, de 526.000; y el del se?orito De la Torre, de 830.000, de nuevo por mencionar s¨®lo a unos cuantos. Se puede decir que el dinero les sal¨ªa por las orejas, sobre todo si comparamos esos salarios con los que en plena crisis percibe la mayor¨ªa de la gente ¡ que percibe alguno. Y, no obstante, a todos esos se?oritos no les alcanzaban para sus caprichos y sisaban de la VISA que, para ¡°gastos de representaci¨®n¡±, les hab¨ªa regalado una entidad financiera que los ten¨ªa contratados poco menos que como adorno y cuyo rescate cost¨® a las arcas p¨²blicas 22.400 millones de euros, es decir, inconcebibles millones de ustedes todos. Hab¨ªa una antigua m¨¢xima que dec¨ªa: ¡°Los vicios se los tiene que costear uno mismo¡±, y aqu¨ª ¡°vicios¡± equivale a ¡°lujos¡± y ¡°antojos¡±. Esa m¨¢xima, como tantas otras, est¨¢, m¨¢s que olvidada, deliberadamente arrumbada al desv¨¢n de los trastos in¨²tiles.
Legal o no, las personas sol¨ªan saber lo que estaba bien o mal hecho, lo que era "recto" o "torcido"
Algunos de esos consejeros y directivos (entre ellos D¨ªaz Ferr¨¢n, ex-presidente de la CEOE, Arturo Fern¨¢ndez, jefe de la patronal madrile?a, y Romero de Tejada, alto cargo del PP en su d¨ªa) han aducido ahora que cre¨ªan ¡°enteramente legal¡± el uso indiscriminado de dichas tarjetas. Est¨¢ por ver si lo era, pero ampararse en la ¡°legalidad¡± de las pr¨¢cticas no sol¨ªa significar mucho en el pasado. Legal o no, las personas sol¨ªan saber lo que estaba bien o mal hecho, lo que era ¡°recto¡± o ¡°torcido¡± (por utilizar t¨¦rminos adecuadamente anticuados), y a nadie se le escapaba que permitir que alguien difuso o abstracto pague nuestros gastos particulares y nuestros excesos, jam¨¢s es algo bien hecho. De alg¨²n sitio sale el dinero, lo cual significa por fuerza ¡°de otras personas¡±. En el caso de una entidad financiera est¨¢ claro que lo que los bolsillos de estos sujetos se ahorran viene de los clientes, de los depositantes, a quienes se esquilma. Si adem¨¢s esa entidad hab¨ªa estafado con preferentes a modestos ahorradores, y hab¨ªa debido salvarse con los impuestos de los ciudadanos, sin arte ni parte en el desaguisado, el uso fr¨ªvolo e innecesario de esas tarjetas se convierte en algo obsceno, indecente. Tan obsceno como la fortuna amasada por la familia Pujol-Ferrusola mientras carezca de explicaci¨®n y no case con los sueldos de sus miembros. A todos esos se?oritos la sociedad deber¨ªa negarles el saludo como m¨ªnimo, por codiciosos y avaros, lo peor que se pod¨ªa ser si se pose¨ªan caudales. Claro que eso tambi¨¦n era anta?o.
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