El poder de Risto Mejide
El publicista recomienda al lector de su tercer libro ('Urbrands') c¨®mo crear su propia marca "antes de que alguien lo haga por ti"
Hasta d¨®nde pueda llegar Risto Mejide depender¨¢ de sus consumidores por lo que no descarta que alg¨²n d¨ªa nazca un perfume con su nombre. Hasta d¨®nde no llegar¨¢ (y se lo piden todos los d¨ªas), lo ha dejado dicho: ¡°No fundar¨¦ un partido pol¨ªtico¡±. Convertido en una marca desde los 18 a?os, cuando decidi¨® modificar su nombre de pila (¡°hab¨ªa nueve Ricardos en la familia, as¨ª que me lo cambi¨¦¡±, explica), y eligi¨® Risto (Ricardo en finland¨¦s), se convirti¨® primero en publicista para dar el salto a la fama con sus ¨¢cidas intervenciones en el programa Operaci¨®n Triunfo. De ah¨ª en adelante, adornan su carrera muchos m¨¢s ¨¦xitos que fracasos, pero, a diferencia de otros, parece tener bajo control su propia notoriedad. Estos d¨ªas presenta su tercer libro, Urbrands, premio Espasa de ensayo, que nace de una recomendaci¨®n al lector: ¡°Cr¨¦ate una marca personal antes de que alguien la cree por ti¡±.
Risto Mejide es due?o de Rist¨®polis, algo as¨ª como un holding, lo que da una idea de su actividad. Tiene desde una agencia de publicidad (Aftershare tv), hasta una productora de televisi¨®n (60db) pasando por una aceleradora de start ups (Conector) y lo que se ponga por delante. Casi nada de lo que tenga que ver con la comunicaci¨®n, la publicidad y el talento escapa a su inter¨¦s.
Como Risto es una marca y Rist¨®polis un peque?o imperio, el hombre que est¨¢ detr¨¢s de todo ese talento finge no parecer una estrella: acordar una entrevista puede costar un mes de espera y cada minuto cuenta. Nada m¨¢s empezar, comienza la cuenta atr¨¢s. Como domina el lenguaje, deja sutiles se?ales de que no ha venido para hablar de asuntos personales. Si acaso, para hablar de su libro. Y se expresa con claridad meridiana.
Urbrands sit¨²a al lector en medio de lo que est¨¢ pasando, trata de explic¨¢rselo y le ofrece algunos consejos. Y lo que est¨¢ pasando es que hay una revoluci¨®n en marcha, una revoluci¨®n que no es digital: ¡°Es un anacronismo llamarla digital¡±, dice. Mejide emplea otro t¨¦rmino: democratizaci¨®n. Las marcas le pertenecen a sus consumidores. El talento se democratiza. Existe la posibilidad de ¡°hablarle a muchos a coste cero¡±. ¡°Es un cambio copernicano¡±, que define como el ¡°empoderamiento del consumidor¡±.
"Los tiempos demandan transparencia y ese fue el error de la Casa Real espa?ola"
Las ciudades son el medio en el que se produce esta revoluci¨®n y est¨¢n llenas de sensores. Y el sensor de sensores es ahora mismo Twitter: ¡°Es la realidad adelantada. Si hay una crisis, lo m¨¢s probable es que el primer s¨ªntoma se produzca en Twitter. Las redes sociales son los grandes detectores. Antes se pagaba por la informaci¨®n ahora lo hacen gratis. Por ejemplo, la noticia de la captura de Bin Laden la dio un vecino en un tuit, antes que la BBC¡±.
As¨ª que estar alerta y reaccionar con rapidez es hoy determinante para mantener la reputaci¨®n, cualquier reputaci¨®n. Mejide analiza entre otros casos la ca¨ªda en picado del prestigio de la Casa del Rey espa?ola a ra¨ªz de un accidente en un safari en Botsuana. La respuesta fue un fracaso, seg¨²n Mejide. ¡°Los tiempos demandan transparencia y ese fue el error de la Casa del Rey, en ese incidente y en hechos que pasaron despu¨¦s¡±. Su receta es concluyente: ¡°primero, decir la verdad sin que te lo digan los dem¨¢s, anticiparte que no es lo mismo que confesar cuando no tienes m¨¢s remedio. Y no basta con pedir perd¨®n. E, inmediatamente, tiene que venir la soluci¨®n¡±.
Metidos en pol¨ªtica, alguna de sus reflexiones explican el fen¨®meno Podemos. ?Es una consecuencia de la revoluci¨®n que vivimos?: ¡°En mi libro comparo la marca con la ciudad en la que habitas. Y Podemos es una ciudad en la que a la gente le gustar¨ªa vivir y habitar, sobre todo porque aquella en la que vivimos, no nos gusta. Y con las cosas que suceden, a cada d¨ªa que pasa le nacen nuevos votantes¡±.
-?Ha asesorado a alg¨²n pol¨ªtico?
-¡°Asesorar, s¨ª he asesorado, y hasta ah¨ª puedo leer¡±.
-?Qu¨¦ har¨¢ cuando comience su declive?
-¡°Escribir, aunque nadie me lea. Es una amenaza, s¨ª¡±.
Mejide muestra c¨®mo examinar su propia marca. Y se pone de ejemplo utilizando la herramienta del buscador Google. Sin tapujos. As¨ª lo describe en su libro: ¡°Pon en Google tu nombre, tu apellido y la palabra ¡®es¡¯ a continuaci¨®n. Sin llegar a pulsar intro, ver¨¢s c¨®mo el buscador te propone varias formas de acabar la frase. Ser¨¢n normalmente adjetivos. Y con m¨¢s de uno igual te llevas una sorpresa. Este es el resultado de mi ¨²ltima comprobaci¨®n: Risto Mejide es...catal¨¢n, de izquierdas, un personaje, bizco. Alentador. A que s¨ª. En fin. Sigamos¡±.
Cerca de 1.900.000 seguidores le acompa?an en Twitter, a quienes ha sabido movilizar para poner en apuros a alguna empresa. As¨ª que cuidado con Risto: tiene influencia, y sabe como usarla. Eso es poder.
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