Vida sobre las cenizas de Mogadiscio
El futuro se abre en la capital de Somalia, s¨ªmbolo de un pa¨ªs esperanzado que deja atr¨¢s el conflicto. La capital comienza a albergar incluso algo de turismo En los ¨²ltimos 20 a?os murieron 800.000 personas violentamente; en 2013 la cifra se redujo a menos de 1.000 v¨ªctimas, a pesar de la sombra del islamismo
Mogadiscio recibe una suave brisa procedente del oc¨¦ano ?ndico que bate la arena acumulada en las calles y que todo lo difumina. Las arterias principales de la capital de Somalia est¨¢n atestadas de puestos callejeros, de coches y de vida en general. Atr¨¢s quedaron los tiempos oscuros en los que el fusil Kal¨¢shnikov de Al Shabab (la marca de Al Qaeda en el Cuerno de ?frica) era quien dictaba la ley y amedrentaba a una poblaci¨®n atenazada por el miedo a los islamistas.
El coche se detiene ante el gesto impert¨¦rrito de un polic¨ªa de tr¨¢fico que trata de poner algo de orden en el caos absoluto. Hac¨ªa m¨¢s de dos d¨¦cadas que los somal¨ªes no ten¨ªan agentes y desde los ochenta no se ve¨ªa un sem¨¢foro. Pinceladas de cambio en un pa¨ªs que lleva en permanente guerra civil desde 1991, tras el golpe de Estado al dictador Siad Barr¨¦.
Edificios horadados por la metralla, perfilados por el fuego de artiller¨ªa o reducidos a escombros y cascotes por la sinraz¨®n comparten espacio con megal¨®manas construcciones que escalan hacia el cielo de Mogadiscio. ?Edificios de oficinas, centros comerciales, restaurantes y hoteles que enmudecen a los visitantes que llegan por primera vez a esta ciudad o a los que vuelven despu¨¦s de d¨¦cadas de exilio. La idea preconcebida que tienen de la capital somal¨ª se desvanece. No se oyen combates. La gente camina sin miedo y la presencia de los radicales isl¨¢micos se circunscribe a atentados puntuales contra el Gobierno o las tropas de la Uni¨®n Africana. Somalia renace de sus cenizas como el ave F¨¦nix.
¡°Ahora mismo la paz es mucho m¨¢s rentable que la guerra, y yo soy un hombre de negocios que se debe a su pa¨ªs¡±, afirma, en tono burl¨®n, Yusuf Mohammed Siad. ¡°Mogadiscio es hoy una ciudad segura tras la marcha de Al Shabab y eso ha hecho que inversores extranjeros vengan a Somalia. Al igual que la di¨¢spora, que tambi¨¦n est¨¢ invirtiendo much¨ªsimo dinero en el pa¨ªs. Esa es la clave del ¨¦xito de esta nueva Somalia. Y a m¨ª me encanta el dinero¡±, comenta.
Este hombre orondo, conocido popularmente como Inda¡¯Ade (Ojos Blancos), representa al estereotipo de se?or de la guerra somal¨ª: corrupto, c¨ªnico y con visi¨®n para los negocios. Estuvo al lado de Siad Barr¨¦ (el dictador que gobern¨® Somalia desde 1969 hasta 1991); le traicion¨®; apoy¨® a los rebeldes, luego a los Tribunales Isl¨¢micos, m¨¢s tarde a Al Shabab, a la Uni¨®n Africana y en la actualidad al Gobierno de Hassan Sheik Mohamud (elegido presidente en 2012). ¡°La vida tiene cambios y yo s¨¦ elegir para no quedarme con los perdedores¡±, dice. ¡°Ahora Somalia ha vuelto a cambiar y yo con ella¡±.
Yusuf Mohammed Siad siempre va un paso por delante. Ha vendido parte de sus propiedades a constructoras. Mogadiscio vive tambi¨¦n su particular burbuja inmobiliaria. La proliferaci¨®n de andamios promete renovar su devastado skyline. ¡°Hay terrenos que pueden alcanzar un valor cercano al ?mill¨®n de d¨®lares. Terrenos donde se levantan oficinas, hoteles y apartamentos. Es un negocio¡±.
Lejos quedan aquellas im¨¢genes de la ciudad partida en dos, como bot¨ªn de diferentes clanes en los noventa; o de los enfrentamientos con las tropas estadounidenses, o de los islamistas luchando contra los soldados de la Uni¨®n Africana en esas mismas calles; o las ejecuciones p¨²blicas por parte de la filial de Al Qaeda. La vida vuelve a fluir. ¡°El pa¨ªs ha mejorado considerablemente en los ¨²ltimos dos a?os. Somalia tiene una oportunidad inmejorable para salir del agujero en el que se encuentra desde 1991¡±, afirma Nicholas Kay, enviado especial de la ONU en Somalia.
La oportunidad es inmejorable para salir del agujero en que se halla el pa¨ªs desde 1991¡±
Nicholas Kay, enviado especial de la ONU en Somalia
Durante a?os, Somalia estuvo considerado el pa¨ªs m¨¢s peligroso del mundo, pero los ¨ªndices de violencia han descendido de ?manera vertiginosa en los ¨²ltimos tiempos, pasando de 800.000 muertos en los ¨²ltimos 20 a?os a menos de 1.000 muertes violentas en 2013, seg¨²n el Instituto para la Econom¨ªa y la Paz (IEP) que analiza las situaciones violentas en 153 naciones. ¡°Irak, que es un pa¨ªs en posconflicto, registr¨® el a?o pasado m¨¢s de 8.800 muertes violentas, superando ampliamente a Somalia, por lo que podemos afirmar que ?Somalia ya es un pa¨ªs en posconflicto donde la guerra es algo del pasado¡±, se?ala el diplom¨¢tico.
Nicholas Kay achaca esta mejor¨ªa a la presencia de las tropas de la Misi¨®n de la Uni¨®n Africana en Somalia, que cuenta con un contingente de 22.126 soldados repartidos por todo el pa¨ªs, y a la progresiva p¨¦rdida de poder de Al Shabab en Somalia. ¡°Al Shabab es un fen¨®meno peque?o con un impacto desproporcionado. Cuenta con cerca de 6.000 ac¨®litos, pero est¨¢n marginados por la sociedad somal¨ª, que los expuls¨® de Mogadiscio. Hoy su presencia en el pa¨ªs se circunscribe a varios puertos y a diferentes regiones en el interior¡±, comenta el enviado especial de la ONU desde su b¨²nker cerca del aeropuerto internacional de Mogadiscio. A pesar de que quiere restar importancia a los islamistas, la realidad es que siguen teniendo presencia con ataques puntuales y espectaculares.
Esperanza. ?sa es la palabra que m¨¢s se repite en boca de los somal¨ªes, y la que define su estado de ¨¢nimo. Esperanza y paz. ¡°Vienen hombres de negocios todas las semanas a Mogadiscio. Empresarios de Dub¨¢i, Turqu¨ªa, Qatar y Reino Unido vienen aqu¨ª a invertir. El dinero fluye; abren peque?as tiendas¡ se ve un crecimiento imparable, y eso cuaja en la poblaci¨®n civil, que se ha posicionado contra Al Shabab. Son ellos y no las tropas de la Uni¨®n Africana quienes expulsaron a los radicales isl¨¢micos de las calles de Mogadiscio¡±, apunta el coronel de la Uni¨®n Africana Ali Aden. En cualquier caso, este uniformado sabe que su presencia disuasoria es fundamental para la estabilidad y no prev¨¦ una retirada de las tropas internacionales hasta por lo menos el a?o 2020.
En el puerto de mercanc¨ªas de Mogadiscio la actividad es fren¨¦tica. Un millar de trabajadores se afanan por cargar una docena de camiones hasta los topes con sacos de harina, az¨²car, arroz¡ Las enormes gr¨²as sacan de las entra?as de los buques redes repletas de productos que m¨¢s tarde se vender¨¢n en los diferentes mercados que hay por toda la ciudad. ¡°Desde este puerto abastecemos a la pr¨¢ctica totalidad del pa¨ªs. Es el m¨¢s importante de toda Somalia¡±, se jacta Ahmed Abdi Kaarige, autoridad portuaria.
Para Somalia, este puerto representa algo m¨¢s que el regreso del comercio; podr¨ªa llegar a convertirse en el motor de la resurrecci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs. En la actualidad factura cerca de dos millones y medio de d¨®lares mensuales. No es una suma de dinero muy alta, pero para un pa¨ªs que comienza a reconstruirse supone una inyecci¨®n muy importante. ¡°Sobre todo si tenemos en cuenta que desde 1991 hasta 2006 estuvo cerrado; al abrir, pas¨® a manos de los Tribunales Isl¨¢micos y de los yihadistas de Al Shabab, y no fue hasta 2009 cuando realmente el dinero procedente de su actividad comenz¨® a recaer en las arcas del Estado¡±, comenta Kaarige.
Un barco con bandera paname?a espera a ser descargado. Sobre la cubierta, m¨¢s de medio centenar de coches de alta gama procedentes de Dub¨¢i. Barcos de China, Emiratos ?rabes Unidos, Kenia o Turqu¨ªa est¨¢n amarrados en el puerto. ¡°Si Somalia logra tener un Gobierno estable ¨Cconviene recordar que en los ¨²ltimos 20 a?os ha pasado por 14 procesos de paz y ha tenido 15 Ejecutivos interinos¨C, el puerto de Mogadiscio ser¨¢ el m¨¢s importante del este de ?frica porque tenemos una situaci¨®n privilegiada en la entrada del golfo de Ad¨¦n¡±, sentencia Kaarige.
Otro de los indicadores del cambio se encuentra en el puerto de pescadores. Hasta hace poco, este pa¨ªs era noticia en el mundo por sus piratas. Asaltantes de barcos en su mayor¨ªa procedentes de las regiones semi?aut¨®nomas de Himan y Heeb y de Puntlandia, que con AK-47 secuestraron, desde su primera actuaci¨®n en 2005, a casi dos centenares de embarcaciones internacionales y retuvieron a 3.741 tripulantes. El a?o pasado solo se registraron nueve ataques, y la tendencia contin¨²a a la baja. ¡°Los barcos de la OTAN les disparan. Muchos creen que no merece la pena jugarse la vida y han dejado de dedicarse a la pirater¨ªa¡±, afirma Yusuf Hasan, un pescador local.
El capital?de los exiliados est¨¢ siendo vital para la estabilidad y el crecimiento¡±
Abdullahi Godah Barre, Ministro del Interior
Muchos piratas recuperan su antiguo oficio de pescadores. Hay m¨¢s de un centenar de embarcaciones y 600 marineros en Mogadiscio. ¡°Trabajo en este puerto desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas y jam¨¢s hab¨ªa visto tal cantidad de barcos y de pescadores¡±, confiesa Mohammad Muhudin Hassan, representante del Ministerio de Pesca y Agricultura en el puerto. Seg¨²n las estimaciones del Gobierno de Somalia, solo el 30% de los piratas contin¨²an en el oficio; el resto ha desistido.
No todos contribuyen a la transformaci¨®n desde el interior del pa¨ªs. Naima huy¨® a Canad¨¢ a finales de 1991 y desde entonces no ha vuelto a poner un pie en su tierra. ¡°Es hora de volver a casa y ayudar a Somalia a que recupere su esplendor de anta?o¡±, comenta esta empresaria con varios negocios en Nairobi (Kenia). Su hermano est¨¢ construyendo en Mogadiscio el primer centro comercial del pa¨ªs.
La di¨¢spora se ha convertido en uno de los principales est¨ªmulos para la recuperaci¨®n. ¡°El capital de los exiliados est¨¢ siendo vital para la estabilidad y el crecimiento econ¨®mico. Solo el a?o pasado invirtieron cerca de 2.000 millones de d¨®lares y esperamos que esta tendencia siga al alza¡±, afirma Abdullahi Godah Barre, ministro de Interior. ¡°Somalia se encuentra en el a?o de la estabilizaci¨®n y de la recuperaci¨®n. Esto es vital para que volvamos a ser un pa¨ªs¡±, sostiene el pol¨ªtico.
Las vistas a la playa desde el restaurante Liido Seafood son inmejorables aunque su cocina deje un tanto que desear; la carne de camello es pr¨¢cticamente incomestible. Tambi¨¦n se puede constatar en los edificios colindantes la voracidad de la guerra. Reabierto en agosto de 2012 despu¨¦s de una d¨¦cada cerrado por la intensidad de los combates, hoy este local est¨¢ lleno de somal¨ªes de clase alta comiendo y fumando narguile. ¡°Con la mejora de la seguridad, la di¨¢spora regres¨® al pa¨ªs y con ella sus d¨®lares. Ese fue el momento para reabrir¡±, comenta Abderahim Mohammad Wli, due?o del restaurante. ¡°Desde hace dos a?os Somalia es diferente. Ahora la gente puede venir a ba?arse a la playa sin temor, pasear y disfrutar¡±, a?ade este empresario.
Ahmad Jama representa mejor que nadie la esperanza somal¨ª. Este chef y reconocido empresario local huy¨® a Reino Unido en 1989 cuando comenzaba a cocinarse el golpe de Estado a Barr¨¦. Curs¨® estudios de hosteler¨ªa en Birmingham y abri¨® su primer caf¨¦ en el barrio londinense de Fulham con una oferta inspirada en la gastronom¨ªa de su tierra. Siempre so?¨® con volver a casa, y as¨ª lo hizo en 2008 para fundar la cadena The Village (hoteles y restaurantes), s¨ªmbolo de la nueva Somalia. ¡°Tengo esperanza en el futuro porque atr¨¢s quedaron esos tiempos en los que ten¨ªamos que salir a la calle escoltados¡±, comenta Ahmad Jama.
Su arrojo, referente para algunos, le coloc¨® en el punto de mira de los islamistas, enemigos ac¨¦rrimos del cambio y el progreso. El 7 de septiembre de 2013, un bombazo en la puerta de uno de sus restaurantes dej¨® 15 muertos y una veintena de heridos. ¡°Han atentado contra mis establecimientos en m¨¢s de cuatro ocasiones. Es el precio que tengo que pagar por estar en Mogadiscio y por querer ayudar a que mi pa¨ªs progrese. Pero merece la pena. Y la prueba es que cada vez m¨¢s turistas vienen a visitarnos¡±, finaliza el cocinero.
La recuperaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs se ve en cada calle, en cada esquina, aunque la pobreza y las heridas de la guerra siguen muy presentes. El aeropuerto internacional de Mogadiscio tiene conexiones diarias con Kenia y semanales con Turqu¨ªa y otros pa¨ªses africanos. Hay taxis. Agentes de tr¨¢fico. ?Y hasta un sem¨¢foro! ¡°El primero que tenemos en 20 a?os¡±, comentan los lugare?os. Son peque?os trazos en un pa¨ªs que quiere olvidar su pasado de muerte y mirar al futuro con esperanza.
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