¡®#Gamergate¡¯: juego peligroso
La campa?a de Twitter, en vez de exponer la corrupci¨®n de los medios o de callar las voces cr¨ªticas con la industria, ha sacado a la luz el machismo del mundo del videojuego
¡°El siglo l¨²dico¡±, ya muchos llaman a este, uno en el que todo sea una operaci¨®n a coraz¨®n abierto o el trabajo de un oficial de migraci¨®n, sirve de material para un videojuego. Esta popularidad se debe a que hace tiempo el videojuego dej¨® de ser una actividad solo para ni?os, nerds u hombres inmaduros. Seg¨²n un estudio de la Entertainment Software Association, el 48% de las personas que los juegan son mujeres, tambi¨¦n ha habido una escalada en la cantidad de creadoras que los desarrollan. Podr¨ªa llegar a pensarse que dentro y alrededor de estos mundos virtuales se vive una divertid¨ªsima utop¨ªa cortazariana, pero lamentablemente muchos rincones de estos mundos son especialmente peligrosos para cualquiera que no sea un hombre blanco y heterosexual.
En agosto de este a?o Eron Gjoni, exnovio de la creadora de juegos Zoe Quinn, public¨® en su blog que Quinn se hab¨ªa acostado con un periodista buscando rese?as positivas para su juego Depression Quest. Los posts que inclu¨ªan mensajes de texto de la misma, sirvieron de excusa para una campa?a, que se conoce por el hashtag #gamergate, que por un lado critica la falta de integridad en los medios y que por otro convirti¨® a Quinn en el blanco de amenazas de muerte tan espec¨ªficas que tuvo que abandonar su residencia. Anita Sarkeesian, cuyos v¨ªdeos en YouTube Women VS Tropes in Videogames cuestionan c¨®mo son representadas las mujeres en los videojuegos, ya hab¨ªa recibido amenazas an¨®nimas, pero tras el ataque a Quinn, la cantidad y contenido de las amenazas la hicieron mudarse y, la semana pasada, a suspender una ponencia en la Universidad de Utah.
A #gamergate le sali¨® el tiro?por la culata y su campa?a, en vez de exponer la corrupci¨®n de los medios o de callar las voces cr¨ªticas con la industria, ha sacado a la luz el miedo al cambio de la comunidad gamer tradicional, ese mundillo de hombres frente a una pantalla en cuartos oscuros haciendo chistes sexistas protegidos tras la estatura y el m¨²sculo de un avatar digital.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.