Tan letal como el ¨¦bola y m¨¢s que la peste... pero erradicable
La enfermedad de Carri¨®n se hace fuerte con los m¨¢s d¨¦biles: la poblaci¨®n en mayor situaci¨®n de riesgo son las personas de las zonas rurales con menos recursos
Sus pueblos no figuran en nuestros mapas. Ellos no salen en la foto. Y, de entrada, el nombre de la maldici¨®n que los persigue tampoco inspira terror. Sin embargo, la enfermedad de Carri¨®n, olvidada entre las olvidadas, ostenta el dudoso honor de figurar entre las infecciones bacterianas m¨¢s agresivas: con una tasa de mortalidad en su fase aguda de entre el 44% y el 88%, resulta tan letal como el ¨¦bola y m¨¢s que la peste.
La enfermedad de Carri¨®n se hace fuerte con los m¨¢s d¨¦biles: la poblaci¨®n en mayor situaci¨®n de riesgo son las personas de las zonas rurales con menos recursos, sobre todo mujeres embarazadas y ni?os. Originariamente end¨¦mica de los valles andinos de Per¨², Ecuador y Colombia, ahora que los pat¨®genos parecen haberle tomado el gusto a eso de viajar ¡ªy ah¨ª est¨¢n las epidemias de ¨¦bola y de chikungunya para record¨¢rnoslo¡ª ha iniciado su expansi¨®n hacia territorios vecinos, amenazando con llegar hasta donde el vector que la transmite, la mosca titira, consiga llevarla.
A todo ello, se a?aden otras dificultades que la convierten en un reto para la ciencia:
- La propia condici¨®n de olvidada, su circunscripci¨®n a regiones remotas, hace que no existan datos sobre el n¨²mero de personas al que afecta. Los datos rigurosos son una herramienta indispensable para dise?ar estrategias espec¨ªficas de salud p¨²blica.
- La existencia en las zonas end¨¦micas de un gran n¨²mero de personas que no desarrollan la enfermedad pero que son portadoras de la bacteria que la causa, Bartonella bacilliformis, contribuye a que siga perpetu¨¢ndose en las ¨¢reas con presencia del insecto vector. Estos portadores asintom¨¢ticos, que act¨²an como reservorios, pasan desapercibidos para el sistema sanitario.
- La bacteria medra en zonas remotas de pa¨ªses con sistemas sanitarios d¨¦biles, donde la capacidad para diagnosticarla adecuadamente es muy limitada.
Hasta ah¨ª las malas noticias. Ahora, las buenas.
Las muertes que causa son perfectamente evitables. A diferencia de lo que ocurre con el ¨¦bola o con el chikungunya, para la enfermedad de Carri¨®n s¨ª que existe tratamiento. Por suerte, los antibi¨®ticos todav¨ªa son efectivos contra ella.
Por el momento y pese a que factores como el cambio clim¨¢tico contribuyen a su expansi¨®n, se encuentra restringida a una zona geogr¨¢fica limitada. Eso, unido al hecho de que no se conoce ning¨²n reservorio animal, permite alcanzar una conclusi¨®n esperanzadora: si se desarrolla una herramienta de diagn¨®stico eficaz, se mejora ¡ªy mucho¡ª la capacidad de los sistemas de salud locales para la vigilancia epidemiol¨®gica de los portadores asintom¨¢ticos y se administra tratamiento de forma masiva a las poblaciones end¨¦micas, la enfermedad de Carri¨®n es ¡ª?lo adivinan?¡ª potencialmente erradicable. Ahora, ?qui¨¦n deber¨ªa dar el primer paso?
Cl¨¢udia Gomes es investigadora en el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal). Pau Rubio es el responsable de Comunicaci¨®n Online de ISGlobal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.