¡°He sido pegada, pegada, pegada¡±
Naci¨® ni?a 'dalit' en una familia hind¨² en India. Como mujer e 'intocable' su destino eran los golpes y los abusos. No pudo evitarlos. Hoy, es defensora de los derechos de las mujeres
Naci¨® ni?a dalit en una familia hind¨² en India. Como mujer e intocable ¡ªgrupo llamado as¨ª al ser considerados sucios para el contacto f¨ªsico¡ª estaba destinada a los golpes, los abusos, el analfabetismo y los trabajos m¨¢s degradantes. Durante a?os, Manjula Pradeep sufri¨® algunas de estas discriminaciones. "Fui asaltada cuando era peque?a, era muy temprano en la ma?ana; tambi¨¦n en el autob¨²s cuando iba al colegio. Esa vez consegu¨ª escapar... Me han atacado muchas veces. He sido v¨ªctima de agresiones sexuales, incluso en el colegio un profesor abus¨® de m¨ª. Y mi padre me pegaba", relata con calma en una sala de La Casa Encendida, en Madrid, donde imparti¨® una conferencia sobre violencia de g¨¦nero en su pa¨ªs auspiciada por la Asociaci¨®n de Mujeres de Guatemala. Choca su pu?o derecho contra la palma abierta de su izquierda: "Pegada, pegada, pegada".
"Las mujeres tienen que seguir las tradiciones de su casta y religi¨®n". Pero la peor discriminaci¨®n no es por el estatus social o por las creencias, dice. "Es la de g¨¦nero". Las ni?as no reciben la misma comida que los varones, no tienen posibilidad de ir a la escuela, est¨¢n obligadas a hacer el trabajo de la casa, no se les permite salir del pueblo y tienen restricciones en la vestimenta, explica. "Los pantalones est¨¢n prohibidos", r¨ªe. Ella, enfundada en unos vaqueros, reconoce que no le gusta el saree que deber¨ªa llevar. "Son cinco metros de tela que te tienes que enrollar y te limita los movimientos. No puedes correr", explica aumentando el volumen de la risotada. "Yo soy rebelde. Llevo lo que quiero".
Esa rebeld¨ªa de la que hace gala le ha convertido en una l¨ªder. "Hay quien dice que soy una mujer l¨ªder, otros me llaman dalit l¨ªder, otros todo... seg¨²n los intereses pol¨ªticos". ?Qu¨¦ prefieres? "Simplemente l¨ªder", zanja. Lo es porque esquiv¨® su destino, el que en su infancia no pudo evitar, pero, con el tiempo, logr¨® cambiar hasta convertirse en un referente en su pa¨ªs en la defensa de los derechos humanos. "S¨¦ lo que es ser una mujer dalit y la violencia que se sufre. Lo he vivido y lo he visto en mi madre. Pero un d¨ªa empec¨¦ a creer en m¨ª misma. Creo que es una de cosas m¨¢s importantes de la vida". Esa confianza le dio la energ¨ªa para iniciar "un viaje muy largo", lleno de momentos amargos, en el que que le han crecido los enemigos. "Por desavenencias, miedo, celos... Cuando destacas, siempre hay alguien que intenta hundirte. Ya sabes". Pero echa la vista atr¨¢s y asegura sentirse "muy orgullosa" de su odisea.?
Su padre, el que la golpeaba de peque?a, ten¨ªa un trabajo fijo que le permiti¨® pagarle la escuela y la universidad. "Yo era muy lista", apostilla. Llora al recordar la muerte de su progenitor, figura a la que tiene "mucho que agradecerle". "Era un se?or enfadado y conservador, pero me apoy¨® econ¨®micamente para que estudiara. Si no lo hubiera hecho ahora estar¨ªa casada, con hijos y cuidando de la casa". Curs¨® Trabajo Social y en 1992 se incorpor¨® a una asociaci¨®n defensora de las personas que trabajan en condiciones de esclavitud en su pa¨ªs. Tres a?os despu¨¦s fund¨® un sindicato para este colectivo. Entonces empezaron los problemas. "Un d¨ªa atacaron la oficina y mis padres ten¨ªan miedo porque cre¨ªan que pod¨ªan tener problemas por mi labor. Mi padre me dijo que o dejaba mi empleo o me iba de casa". Hizo lo segundo. Era el a?o 2001 y Pradeep se independiz¨®. "Estaba feliz. Pod¨ªa decidir qu¨¦ hacer porque nadie me restring¨ªa".
Se licenci¨® tambi¨¦n en Derecho, ha sido docente en Women's Global? Institute de EE UU y actualmente es directora de la organizaci¨®n social india Navsarjan Trust. Como tal, y como abogada, su prop¨®sito no es otro que defender los derechos humanos, sobre todo los de las mujeres y, particularmente, los de las dalit. "Y tambi¨¦n los m¨ªos", subraya.
Desea, nada menos, que nadie sufra lo que ella ha tenido que vivir. Por ser mujer, intocable e hind¨² en India. "Es un pa¨ªs incre¨ªble", afirma. "Pero tiene que cambiar por s¨ª mismo. Tiene que haber reformas y que se apliquen". Tuerce el gesto mientras explica algunas medidas anunciadas por el presidente Narendra Modi para evitar la violencia de g¨¦nero. "No vale que haya planes sobre el papel y luego no llevarlos a cabo", abunda. En su opini¨®n, es urgente que se proteja a la poblaci¨®n femenina. "No deja de caer. Ahora, las mujeres son seres en extinci¨®n", lamenta. ?Cree que, alg¨²n d¨ªa, cambiar¨¢ algo? "Creo en la humanidad, en la honestidad y la justicia". Y m¨¢s: cree en s¨ª misma.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.