¡°Ahora llega lo m¨¢s bonito de la misi¨®n ¡®Rosetta¡¯: vivir con el cometa en su fase de actividad¡±

?lvaro Gim¨¦nez (C¨®rdoba, 1956) es el director de la divisi¨®n de Ciencia y Exploraci¨®n de la Agencia Europea del Espacio (ESA), el programa al que todos los pa¨ªses miembros aportan de forma obligatoria en proporci¨®n a su PIB). Y la misi¨®n Rosetta es uno de sus grandes triunfos. Con un presupuesto anual de 500 millones de euros para ciencia y 150 para exploraci¨®n, la ESA env¨ªa al espacio avanzados telescopios, tiene una nave en ¨®rbita de Marte y otra en Venus, colabora con la NASA en telescopio espacial Hubble y en su futuro sustituto el James Webb¡­ y tiene dos sondas (Rosetta y Philae) en el cometa 67P/ChyriamovGerasimenko. En Alemania, donde ha asistido al hist¨®rico aterrizaje del Philae desde el centro de control de vuelos ESOC, Gim¨¦nez, astrof¨ªsico, eval¨²a la operaci¨®n y explica en conversaci¨®n telef¨®nica las pr¨®ximas misiones que tiene previstas la Europa espacial.

Pregunta. ?Qu¨¦ balance hace del aterrizaje de la sonda Philae?

Respuesta. Aterriz¨® a la hora exacta en el lugar previsto con exactitud. Es de libro. Todas las maniobras se hicieron con precisi¨®n milim¨¦trica, pero los saltos que ha dado¡­ eso no pod¨ªamos controlarlo. Ahora est¨¢ en comunicaci¨®n y los instrumentos cient¨ªficos funcionan con la bater¨ªa y esto significa ciencia en grandes cantidades. Sin duda es un gran ¨¦xito, porque el objetivo de Philae era aterrizar, funcionar en el suelo y enviar im¨¢genes.

P. ?Y los imprevistos rebotes que han distanciado a la sonda del sitio previsto de descenso?

R. Estas cosas pasan en las actividades espaciales. Hay que tener en cuenta que la operaci¨®n del descenso al cometa no se pod¨ªa planificar con mucho tiempo de antelaci¨®n porque no sab¨ªamos c¨®mo era el cometa hasta que lleg¨® la nave Rosetta y empez¨® a estudiarlo de cerca. Adem¨¢s, en una maniobra de descenso como ¨¦sta no puedes rectificar porque las se?ales tardan media hora en llegar y otra media en viajar las ¨®rdenes desde la Tierra a la sonda. No se pueden pedir peras al olmo cuando trabajas con tantas inc¨®gnitas.

P. Se ha calificado de ¡°misi¨®n hist¨®rica¡± y es europea, cuando parece que solo la NASA logra estas cosas. ?Est¨¢ la ESA al nivel de EE UU, o incluso por delante, en ciencia y exploraci¨®n espacial?

R. La NASA es consciente de que lo que estamos haciendo nosotros ellos ni lo han intentado. En Europa hemos pasado de luchar por estar en el mapa espacial mundial a ser l¨ªderes en algunas ¨¢reas, como ¨¦sta.

P. Act¨²an igual las dos agencias espaciales?

R. Tenemos un enfoque distinto. En el programa cient¨ªfico, la ESA planea a largo plazo para dar perspectiva a los investigadores y lo hacemos con estabilidad financiera en el tiempo, mientras que la NASA depende de presupuestos anuales. Adem¨¢s, nosotros nos basamos en la cooperaci¨®n de la propia ESA con sus pa¨ªses miembros. La misma misi¨®n Rosetta, los instrumentos cient¨ªficos y la propia sonda Philae (que es alemana) son desarrollos de los pa¨ªses. Del coste total de 1.400 millones de euros, la agencia paga mil millones y los 400 restantes corren a cargo de los propios pa¨ªses.

P. Pese a las expectativas levantadas con la Philae, a la nave Rosetta en ¨®rbita del cometa le queda mucha ciencia por delante.

R. Un mont¨®n. La nave puede seguir funcionando, por el combustible que lleva, hasta finales de 2016. Estamos viviendo con el cometa, vamos a ver c¨®mo nacen su coma y su cola, as¨ª que veremos su evoluci¨®n y en tiempo real. Esto jam¨¢s se ha hecho y ah¨ª est¨¢ la mayor parte de la ciencia de la misi¨®n. El Philae hace medidas locales para comprobar y calibrar las que hace la Rosetta en ¨®rbita, por ejemplo, de composici¨®n qu¨ªmica. De ahora en adelante, a medida que aumente la gasificaci¨®n del cometa, tendremos que alejarnos de su n¨²cleo, cambiar la navegaci¨®n para que no resulte afectada, pero llega lo m¨¢s bonito de la misi¨®n: vivir con el cometa en su fase de actividad.

P. Han pasado m¨¢s de dos d¨¦cadas desde que se aprob¨® la misi¨®n hasta que ha llegado al cometa. ?No se puede hacer en menos tiempo?

R. De los 20 a?os, 10 son de viaje y es algo que no podemos cambiar. Y si hubi¨¦ramos ido al encuentro del 67P/Churyamov-Gerasimenko m¨¢s cerca estar¨ªa ya activo y no habr¨ªamos podido aterrizar en ¨¦l. Y 10 a?os de desarrollo de una misi¨®n como ¨¦sta, grande y compleja, es lo normal porque implica tecnolog¨ªas nuevas.

P. ?Tiene continuidad esta misi¨®n o ser¨¢ un hito aislado en la exploraci¨®n espacial?

R. Ahora mismo no tenemos aprobada ninguna nueva misi¨®n de f¨ªsica cometaria, pero s¨ª de exploraci¨®n del Sistema Solar, que ha de ser entendido como un todo. Pero s¨ª hay continuidad en esta actividad: hay que recuerdar la sonda Giotto, en 1986, que sobrevol¨® el cometa Halley¡­ fue lo que nos hizo plantearnos despu¨¦s Rosetta.

P. ?De qu¨¦ misiones hay que estar pendientes a partir de ahora?

R. De exploraci¨®n del Sistema Solar, tenemos varias misiones en preparaci¨®n. La siguiente ser¨¢ Beppi-Colombo en Mercurio, y tambi¨¦n el Solar Orbiter, para completar la investigaci¨®n del Sol. Y este mes vamos a aprobar la misi¨®n Juice, que ir¨¢ a J¨²piter y tambi¨¦n ser¨¢ una novedad porque el plan es ponerse en ¨®rbita, por primera vez, de una luna del planeta gigante: Gan¨ªmedes. Se lanzar¨¢ en 2022. Para el a?o que viene est¨¢ prevista Lisa Pathfinder, una misi¨®n de ensayos de tecnolog¨ªas que nos permitir¨¢n medir de forma directa ondas gravitacionales. Y otra muy importante es Euclid, de caracterizaci¨®n de la materia oscura del universo, que se lanzar¨¢ en 2020.

P. Hay quien se plantea si merece la pena tanta inversi¨®n, como los 1.400 millones de Rosetta.

R. Lo que hacemos con estas misiones es desarrollar tecnolog¨ªas nuevas que luego pasan a las misiones de aplicaci¨®n, como las de telecomunicaciones o las de observaci¨®n de la Tierra. Por ejemplo, los paneles solares de la Rosetta son de nueva tecnolog¨ªa. Por supuesto, hacemos ciencia por curiosidad, por conocimiento, porque es una necesidad del ser humano conocer su entorno. Pero tambi¨¦n nos permite solucionar problemas sociales y econ¨®micos concretos. En las misiones cient¨ªficas asumimos m¨¢s riesgos, no hacemos cosas rutinarias, y eso tiene m¨¢s coste que repetir lo que ya sabes hacer, pero precisamente de lo nuevo salen luego las aplicaciones m¨¢s interesantes.

P. ?Es significativa la participaci¨®n de Espa?a en Rosetta?

R. En la misi¨®n han participado 96 empresas europeas y Espa?a, a nivel industrial, est¨¢ al nivel normal en estos programas, un buen nivel. En cuanto a la participaci¨®n cient¨ªfica, es mayor en la nave Rosetta que en la sonda Philae. Pero no hay ning¨²n investigador principal espa?ol de alg¨²n instrumento.