Promise Walter tiene un problema
Promise Walter despu¨¦s de la presunta agresi¨®n por parte de un agente de polic¨ªa.
A Promise Walter le tiembla la voz cuando describe la paliza. Incluso una charla mediante un programa de videoconferencias permite sentir, a mucho kil¨®metros de donde ¨¦l se encuentra, el miedo, el enfado y el hast¨ªo en su voz y en sus ojos. Su historia lleg¨® a m¨ª a trav¨¦s de otro bloguero de Migrados, John Ekow. Me dijo que tengo que contar lo que le ha pasado, que lo tiene muy mal. Y as¨ª hablo con Promise Walter por primera vez a trav¨¦s de mensajes de Whatsapp. Me manda, diligente, todos los documentos judiciales que tiene en su poder y yo le emplazo a una entrevista a trav¨¦s de Internet. Antes de verle por primera vez, me fijo en las fotos que me env¨ªa, las mismas que adornan esta entrada. Su cara est¨¢ hinchada por los golpes que, supuestamente, le propinaron varios agentes de polic¨ªa de Algeciras, la ciudad donde reside. Cuando por fin le conozco en persona (si se puede entender por esto una charla cibern¨¦tica) le encuentro con mucho mejor aspecto. Ya han pasado a?os desde aquel episodio, aunque a ¨¦l le sigue doliendo.
?C¨®mo se escribe una historia repleta de juicios, de burocracia y de expedientes policiales para que se entienda la dimensi¨®n humana que conlleva? La de Promise Walter es as¨ª. Podemos empezar contando que es un pastor evangelista de origen nigeriano que lleva muchos a?os residiendo en Espa?a con su mujer. Sus cuatro hijos, de hecho, nacieron aqu¨ª. Ha tenido muchos empleos y ha realizado a¨²n m¨¢s cursos para formarse en todo lo que ha podido: masajista, monitor de gimnasio y t¨¦cnico de ambulancias son los que mejor posici¨®n le han dado, aunque tambi¨¦n descarg¨® cajas de frutas durante un tiempo. Su vida no ha sido muy distinta a la de cualquier inmigrante que llega a Espa?a de manera irregular y con paciencia, tiempo y trabajo consigue legalizar su situaci¨®n. Esto era as¨ª de corriente hasta que Promise Walter se top¨® con su problema.
Se llama Joaqu¨ªn y es agente del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa.Todo empez¨® el d¨ªa que este le ofreci¨® trabajar para ¨¦l investigando a otros compatriotas nigerianos con el objetivo de desmontar mafias de trata de inmigrantes. Su posici¨®n como pastor de una comunidad evang¨¦lica permite a Promise saber muchas cosas sobre sus vecinos. Pero este se neg¨® tajantemente. "Yo no soy un chivato. Si quiere que trabaje para la polic¨ªa, que me haga un contrato y me pague un sueldo, pero yo no voy a espiar para ellos" dice con rotundidad.
Su negativa provoca una cadena de sinsabores. Desde ese d¨ªa, Promise asegura que este agente le acosa y le hostiga. Que le advierte que va a hacerle la vida imposible y lo va cumpliendo. "Cada vez que me ve¨ªa en la calle me amenazaba y me montaba broncas", asegura el pastor. As¨ª llegan al 30 de agosto de 2012. Ese d¨ªa, siempre seg¨²n el relato de Promise Walter, se topa en la puerta de los juzgados de Algeciras con Joaqu¨ªn y otros compa?eros de paisano, y estos requieren su presencia. El auto del juez relata los hechos de la siguiente manera: "El imputado [Promise Walter] se neg¨® a identificarse y continu¨® manifestando expresiones como 'hijos de puta, ni voy a identificarme ni me voy a la comisar¨ªa, para eso me ten¨¦is que pegar tres tiros'. En la v¨ªa p¨²blica se le requiri¨® por los agentes para que se identificase y les dijo 'me ten¨¦is que matar para que me vaya con vosotros' a la vez que lanzaba golpes". El auto describe que los agentes llamaron a varios refuerzos que emplearon la fuerza para detener a Promise. Tres de ellos sufrieron lesiones que no requirieron tratamiento m¨¦dico, pero el detenido s¨ª la necesit¨®.
La versi¨®n de Promise es radicalmente distinta. Asegura que fue detenido con exceso de violencia y recibi¨® malos tratos."Joaqu¨ªn ?t¨² otra vez? Toma mi documentaci¨®n", fue la respuesta del aludido cuando se le pidieron los papeles. "Un compa?ero le pidi¨® que me dejara, pero ¨¦l me llam¨® guarro y negro de mierda", relata. "Empezaron a pegarme en la puerta de mi casa, en presencia de mi mujer y de mi hijo. Salt¨® sobre mi pie con su bota, me sal¨ªa sangre del o¨ªdo, de la nariz y de todas partes... recuerda ahora frente a la pantalla del ordenador. "Pero yo soy inmigrante y ¨¦l es un polic¨ªa, no tengo nada que hacer", dice resignado. Promise asegura, adem¨¢s, que tambi¨¦n recibi¨® malos tratos cuando estuvo detenido en los calabozos de comisar¨ªa.
Sin posibilidad de trabajar
Promise Walter fue denunciado por un delito de atentado contra la autoridad y una falta de lesiones. Su documentaci¨®n, que est¨¢ en tramites de renovacion desde 2011, no se le ha facilitado a¨²n. Y este es el mayor problema al que ahora se tiene que enfrentar. Desde la Subdelegaci¨®n del Gobierno le lleg¨® una carta en la que se le dec¨ªa que no le renovaban los papeles porque la polic¨ªa nacional de Algeciras hizo un informe desfavorable sobre ¨¦l a causa del juicio pendiente con Joaqu¨ªn por lo que pas¨® aquel 30 de agosto.
Como no tiene papeles renovados, y su mujer tampoco, ninguno puede trabajar ni aceptar ofertas de trabajo."Ya me han ofrecido cuatro de marinero y masajista y a todas he tenido que decir que no", se lamenta Promise. "Necesitamos la residencia para trabajar y mantener a nuestra familia. En Subdelegaci¨®n est¨¢n esperando a que el juicio con la polic¨ªa se resuelva pero este asunto lleva ya m¨¢s de dos a?os y no hay avances de ning¨²n tipo. Lo estamos pasando francamente mal".
Promise Walter lucha por salir adelante y se siente solo. Su vida, que un d¨ªa lleg¨® a ser m¨¢s o menos f¨¢cil, se ha convertido en un infierno del que no puede salir porque la Administraci¨®n se lo proh¨ªbe.Ya no puede pagar la renta de la casa, ni los medicamentos que tiene que tomar a ra¨ªz de la lesi¨®n de o¨ªdo permanente que asegura le ha quedado desde que sufri¨® esta agresi¨®n. "He puesto denuncias por violencia, este polic¨ªa me ha hecho un da?o mortal, me ha dejado inv¨¢lido, no oigo bien".
Lo ¨²nico que Promise quiere es tener sus papeles para poder trabajar y olvidar este altercado. "No tengo ning¨²n problema con nadie. La iglesia evang¨¦lica me conoce y todos saben que soy una persona que no busca problemas.Mi conciencia est¨¢ muy tranquila. Lo dejo todo en manos de dios".
Nota de la autora: Desde Migrados intentamos recabar la versi¨®n del agente de polic¨ªa aludido en esta historia, pero en su comisar¨ªa no nos permitieron hablar con ¨¦l y remitieron a un tel¨¦fono m¨®vil "de prensa" que nunca cogi¨® nadie. Si en alg¨²n momento este quiere dar su versi¨®n, la publicaremos sin ning¨²n problema. No obstante, en otras ocasiones en que la prensa intent¨® conocer su punto de vista, ¨¦l se remiti¨® al proceso judicial en curso.
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