El regreso del trueque
La moneda social sevillana llamada puma, cuya comunidad de m¨¢s de 600 miembros atrae a doctorandos de todo el mundo, apenas recibe atenci¨®n de los medios locales
Hace unos a?os el economista Santiago Ni?o Becerra public¨® un libro ¨CEl crash del 2010 (2009)¨C que fue calificado de alarmista porque anunciaba una inexorable involuci¨®n al trueque. Ahora sabemos que su exceso no radic¨® en la menci¨®n del trueque, sino en su idea de involuci¨®n, pues las econom¨ªas alternativas se han convertido en una genuina opci¨®n contra la crisis. De hecho, en Argentina los estragos del corralito alumbraron una econom¨ªa paralela que acu?¨® su moneda: el arbolito. Y ya en Espa?a, sin describir escenarios apocal¨ªpticos, Julio Gisbert public¨® Vivir sin empleo: trueque, bancos de tiempo y otras alternativas (2010), una obra dedicada a ofrecer alternativas a las familias expulsadas de la econom¨ªa oficial por el paro, los desahucios y la crisis.
Gisbert lleva el blog y ha asesorado a varias comunidades como la de la plaza del Pumarejo de Sevilla, donde gracias al puma ¨Cla moneda social local¨C existen el banco de tiempo m¨¢s antiguo de Espa?a, la Asociaci¨®n Enjambre sin Reina y el Mercapuma, donde s¨®lo se admiten pumas.?
En realidad, no todos los economistas tienen una visi¨®n catastr¨®fica de las econom¨ªas alternativas o complementarias, pues Susana Mart¨ªn Belmonte ¨Cautora de Nada est¨¢ perdido¨C sostiene que las monedas sociales rescatar¨¢n a la econom¨ªa real del secuestro financiero y al mismo tiempo promueve la creaci¨®n de dinero online, libre de intereses y especuladores. De la misma opini¨®n es Juan Torres L¨®pez, catedr¨¢tico de Teor¨ªa Econ¨®mica y Econom¨ªa Pol¨ªtica de la Universidad de Sevilla y autor de Contra la crisis, otra econom¨ªa, otro modo de vivir (2011), especialista en monedas sociales y econom¨ªas complementarias.
¡°Las monedas sociales son complementarias a las de curso legal¡±, sostiene Clara Maeztu, investigadora de la Facultad de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad Pablo de Olavide. ¡°Su finalidad no es sustituirlas¡±. Clara realiza trabajos de campo sobre iniciativas comunitarias en tiempos de crisis, como las monedas sociales, los bancos de tiempo, las redes de trueque y los huertos urbanos. Nos explica que 70 de las 5.000 que hay en todo el mundo circulan dentro de Espa?a, donde contamos con monedas muy sofisticadas como el oru¨¦ valenciano y la res de Girona, con aplicaciones para m¨®viles y tarjetas electr¨®nicas recargables. Una de esas monedas es el puma, cuya comunidad de m¨¢s de 600 miembros atrae a doctorandos de todo el mundo mientras las instituciones y los medios locales apenas le prestan atenci¨®n. Para Clara Maeztu, el Pumarejo es una escuela de civismo y una reserva de dignidad para las personas en paro, pues ¡°gracias a su trabajo y a su creatividad obtienen pumas sin recurrir al asistencialismo estatal o religioso¡±.
Clara me cuenta que el wir suizo ¨Cque existe desde 1934¨C ya mueve un monto equivalente al 1% del PIB y que el alcalde de Bristol percibe su sueldo en la Bristol Pound. ¡°?No ser¨ªa maravilloso que los consejeros, parlamentarios y concejales espa?oles cobraran sus salarios en monedas sociales?¡±, pregunta. Como me asegura que un puma vale un euro, quiero saber si podr¨ªa comprarme un ipad en pumas, y Clara me jura que es m¨¢s r¨¢pido y sencillo acumularlos que euros. Por cierto, el libro en papel representa al euro y el ipad vendr¨ªa a ser el puma.
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