El hombre atravesado
Miguel Ardanuy, en cinco a?os, ha estudiado y viajado, y est¨¢ en la direcci¨®n de Podemos
He aqu¨ª a un hombre joven atravesado por dos rayos. Es cierto que en los cinco a?os que han pasado desde que se encontrara con El Pa¨ªs Semanal, Miguel Ardanuy, entonces un adolescente que estrenaba mayor¨ªa de edad, ha viajado, estudiado Pol¨ªticas, vivido fuera de su Madrid natal durante un curso acad¨¦mico y conocido amigos que ahora le son indispensables. Un lustro es mucho tiempo, sobre todo si la juventud llama a la puerta.
Pero por encima de todo hay una fecha. El a?o 2011 le arras¨® doblemente. Pas¨® tres semanas durmiendo en la Puerta del Sol, como protagonista del 15-M, la movilizaci¨®n m¨¢s singular de la historia reciente de este pa¨ªs. Meses despu¨¦s muri¨® su madre. El hogar, creado por dos odont¨®logos entonces separados y con tres hijos, salt¨® por los aires.
La larga crisis
Desde el comienzo de la crisis (2007), el n¨²mero de ni?os y ni?as en riesgo de pobreza en Espa?a ha aumentado en casi 250.000. Un 27,5% de los ni?os est¨¢n en esa situaci¨®n, lo que sit¨²a a Espa?a en el tercer lugar de la Uni¨®n Europea detr¨¢s de Rumania y Bulgaria.
Junto a esto, el n¨²mero de j¨®venes entre los 15 y 24 a?os que no est¨¢n estudiando o trabajando ha crecido en 4,6 puntos porcentuales, hasta el 18,6% en 2013, y el desempleo de los menores de 25 a?os ha pasado de un 18% en 2007 a un 54% actualmente, solo por detr¨¢s de Grecia. La buena noticia es que el abandono escolar ha descendido del 31% al 24%, pero sigue siendo el m¨¢s alto de Europa.
El riesgo de una generaci¨®n dejada atr¨¢s a consecuencia del impacto de la crisis y de las pol¨ªticas de austeridad en los pa¨ªses m¨¢s afectados por la recesi¨®n es un peligro patente, una p¨¦rdida de oportunidades que tendr¨¢ consecuencias a medio y largo plazo para todos los pa¨ªses.
¡°Estos a?os, en lo personal y en lo social, han sido duros, pero creo que tambi¨¦n han surgido cosas muy positivas, lo hemos podido ver y construir, algo especialmente bonito¡±. Miguel tiene 23 a?os. De su cabeza surgen dos rastas y un entusiasmo que suena idealista. No parece casual que aquel chaval que en 2009 dec¨ªa que amaba la pol¨ªtica, pero no la forma de ejercerla, est¨¦ ahora en Podemos, juntando desde hace poco pasi¨®n y trabajo como asalariado. Visto ahora, resulta l¨®gico que estuviera en la primera manifestaci¨®n de Juventud sin Futuro, el germen m¨¢s inmediato de la acampada de Sol. ¡°El 15-M signific¨® mucho para m¨ª porque es la primera vez que la gente dice pumba. En la plaza yo no pensaba en la gente que estaba, pensaba en la que no estaba, y lo m¨¢s bonito es que las encuestas corroboraban el gran apoyo que ten¨ªa¡±. Miguel el pol¨ªtico y Miguel la persona ¨Cs¨²bitamente adulto por la responsabilidad que trajo la p¨¦rdida de la madre, ahora es ¨¦l quien se ha quedado con la casa familiar, solo, tras la marcha de su padre y sus hermanas¨C se confunden con su tarea (y obsesi¨®n) en Podemos: la participaci¨®n, algo, asegura, singular en la formaci¨®n, que desarrolla de varias maneras (Plaza Podemos; Ruedas de Masas, en las que los dirigentes responden a preguntas; AppGree, para que muchos a la vez puedan debatir en tiempo real, o Banco de Talentos, para ofrecer capacidades¡). Todo ello, dice, ha merecido la atenci¨®n del MIT y la Universidad de Nueva York.
Miguel da un pu?etazo en la mesa en la que toma un nestea para hacer un s¨ªmil musical. Su tono pedag¨®gico se torna en¨¦rgico. ¡°Antes del 15-M me daba la sensaci¨®n de que hab¨ªa silencio, y el 15-M, al dar un golpe en el tablero, hace ruido. Muchas propuestas, muy diversas y hasta, a veces, inconexas y contradictorias. Antes de que llegue una melod¨ªa m¨¢s uniforme, m¨¢s bonita y m¨¢s dulce, est¨¢n las que no tienen aparente conexi¨®n, las mareas, o la PAH y los colectivos que trabajaban por construir un pa¨ªs diferente. Para m¨ª, Podemos se ha configurado como el ¨¢lbum, como la sinfon¨ªa de esas melod¨ªas y la herramienta para llevar a las instituciones lo que ya era de sentido com¨²n en la calle¡±.
Hablamos despu¨¦s del estallido de la formaci¨®n. ?Y si gana? ¡°Vamos a disputarlo¡±, responde con una sonrisa plena.
Miguel Ardanuy fue elegido miembro del Consejo Ciudadano de Podemos el 15 de noviembre, tras el cierre de la edici¨®n impresa de El Pa¨ªs Semanal.
Un lustro es mucho mundo
En cinco a?os cambia una vida para bien o para mal. Y los 20 menores elegidos por El Pa¨ªs Semanal para contar en 2009, el ¡°estado de la naci¨®n¡± infantil global, como dignos representantes de cada uno de los 20 derechos recogidos para ellos por la Convenci¨®n de los Derechos del Ni?o, han crecido.
Y luchado. Y quer¨ªamos ver de qu¨¦ modo, en qu¨¦ direcci¨®n, baj¨® qu¨¦ condiciones. Tama?a empresa fue entonces este proyecto (20 viajes, 20 pa¨ªses, 20 reportajes, una exposici¨®n, un libro¡) que resultaba muy dif¨ªcil de repetir o igualar. Por eso elegimos, en este quinto aniversario de aquel n¨²mero memorable, solo a cinco de los protagonistas, ellos y ellas, de cuatro continentes. Y gracias una vez m¨¢s a Unicef, esta revista convoc¨® a las mismas firmas que escribieron las historias, al mismo autor de los v¨ªdeos, a la misma fot¨®grafa que retrat¨® a los ni?os y ni?as. Para esta, Isabel Mu?oz, poder regresar all¨ª donde pos¨® sus ojos un d¨ªa, los mismos cuerpos y rostros, los paisajes y familias, ha sido experiencia in¨¦dita: ¡°Volver sobre lo hecho es un privilegio que pocas veces se da; ver c¨®mo les ha tratado la vida y conseguir plasmarlo en sus poses, en sus miradas¡ Los ni?os m¨¢s peque?os son siempre una fiesta; pero los adolescentes ya tienen esos momentos dram¨¢ticos de felicidad, inseguridad y tormento a un tiempo¡ A algunos les ha ido bien. Otros andan en tr¨¢nsito¡ pero llegar¨¢n a su meta¡±.
El mundo en un lustro se ha complicado. La crisis azota. Los recursos escasean. La desigualdad aumenta. No se llegar¨¢ a los Objetivos del Milenio previstos. Y los menores sufren antes que nadie por ellos. Pero son objetivos. Aqu¨ª hemos puesto el foco en sus historias una vez m¨¢s. Para contar que nuestro peque?o mundo ha crecido. Pero hay otros muchos detr¨¢s que esperan no caer en el olvido.
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