?Des-marqu¨¦monos de la publicidad!
Este ha sido el lema del Primer Festival de Luchas Antipublicitarias que se ha celebrado en Par¨ªs el pasado mes de noviembre. Durante tres d¨ªas se sucedieron las obras de teatro, las proyecciones, los debates, las charlas y, por supuesto, las acciones de activistas ? publ¨ªfobos ?, como los miembros de R.A.P. (Resistencia a la Agresi¨®n Publicitaria), los Reposeurs (Los que Reponen), los Deboulonneurs (Los que Desmontan), la asociaci¨®n Paysages de France (Paisajes de Francia), los Casseurs de Pub (Rompedores de Publicidad) y l'¨¦glise de la Tr¨¨s Sainte Consommation (la iglesia del Consumo Muy Santo).
Es una fauna variopinta que lucha toda ella contra la publicidad con discursos y m¨¦todos tambi¨¦n de lo m¨¢s variopinto. La RAP tiene por objetivo combatir los efectos negativos de la publicidad sobre el medio ambiente (despilfarro de recursos, contaminaci¨®n paisaj¨ªstica...) y sobre los ciudadanos (incitaci¨®n al hiperconsumismo, violencia...). Y para ello vigila el cumplimiento de la legislaci¨®n. A efectos pr¨¢cticos funciona como un lobby de presi¨®n sobre las administraciones p¨²blicas.
Los ??Reposeurs??, por su parte, quieren liberar el metro de Par¨ªs de la publicidad, que consideran una ¡°agresi¨®n visual, moral y espiritual¡± y convertir as¨ª el metropolitano en s¨ªmbolo de ??tierra libre??. Para ello invitan a colocar sobre los paneles publicitarios subterr¨¢neos ¡°post-its¡± con slogans del tipo ??La publicidad hace des-pensar??, ??La publicidad contamina nuestros sue?os?? o ??Publicidad = marea negra sobre materia gris??. Animan a sus activistas a inspirarse en Gandhi y su lucha no-violenta: les invitan a no colarse y, en cambio, a comprar el correspondiente billete de metro, a no destrozar nada en su acci¨®n reivindicativa y a atender amablemente a las fuerzas del orden si son interpelados por su ¡°desobediencia c¨ªvica¡±.
El colectivo de los Deboulonneurs aspira a ¡°apear¡± la publicidad de su pedestal, en sentido f¨ªsico y figurado. Apelan a la libertad inviolable del ciudadano franc¨¦s a recibir o no los mensajes del espacio f¨ªsico publicitario. Por ello exigen que los carteles no sobrepasen los 50 x 70 cm. Como acci¨®n de protesta recurrente se dedican a pintarrajear los paneles publicitarios de toda Francia, sobre todo los de gran envergadura, de manera peri¨®dica y en una fecha concreta: el cuarto viernes de mes. E invitan a sus activistas a reivindicar con toda la pintura que necesiten pero sin un atisbo de violencia. Denuncian que s¨®lo tienen acceso a la publicidad exterior unos 830 anunciantes cuando en Francia existen miles de empresas, por lo que no se sostiene el argumento de que la publicidad es buena porque crea empleo. M¨¢s bien lo destruye. Y la moda de los soportes publicitarios luminosos animados son, seg¨²n ellos, una aberraci¨®n puesto que cada uno de ellos consume tanta electricidad al a?o como 7 personas.
La asociaci¨®n Paysages de France es conocida por su lucha a cuartel contra la contaminaci¨®n visual de la publicidad porque considera el paisaje como patrimonio natural y cultural de todos los franceses. Por ello su ¨¢mbito de acci¨®n va m¨¢s all¨¢ y critican por igual las antenas de telefon¨ªa m¨®vil, los vertederos ilegales y la invasi¨®n de veh¨ªculos motor en los caminos rurales, por citar algunos ejemplos.
Los ¡°casseurs de pub¡± son, como su propio nombre indica, ¡°destructores de la publicidad¡± porque la publicidad destruye ¡°la naturaleza, al ser humano, la sociedad, la democracia, la libertad de prensa, la cultura, la econom¨ªa y la educaci¨®n¡±. Por ¨²ltimo, la ¡°Iglesia del Consumo Muy Santo¡± propone, con mucha iron¨ªa y buen rollo, tres mandamientos: ¡°trabaja, obedece, consume¡±.
Alguien podr¨ªa pensar que estos grup¨²sculos de activistas son reducto de j¨®venes ecologistas y antisistema, pero nada m¨¢s lejos de la verdad. Dan cobijo a ciudadanos y ciudadanas de todo pelaje: joven y carroza, funcionario y dise?ador free-lance, urbanita y rural. Y todos ellos unidos por un denominador com¨²n: una gran conciencia ciudadana. Lejos de ser una an¨¦cdota en el paisaje urbano, nunca mejor dicho, son la vanguardia de un mar de fondo que va cobrando protagonismo en el escenario franc¨¦s.
Y si no que se lo pregunten a los habitantes de Grenoble, capital de los Alpes. Su alcalde ecologista acaba de prohibir la publicidad en el municipio, de unos 150.000 habitantes. All¨ª donde a¨²n hoy se alzan postes y pancartas, la alcald¨ªa plantar¨¢ ¨¢rboles y crear¨¢ espacios comunitarios. Los 326 reclamos publicitarios que pueblan la ciudad, incluidas 64 vallas, ser¨¢n retirados entre enero y abril del 2015. En su lugar crecer¨¢n 50 ¨¢rboles j¨®venes y el espacio restante se destinar¨¢ a la promoci¨®n de las actividades de grupos sociales y culturales de ¨¢mbito local. La iniciativa ha sido bien recibida por la poblaci¨®n alpina. Si la ordenanza municipal sienta precedente y otras ciudades francesas se suman tambi¨¦n a la ¡°publifobia¡±, en principio no van a encontrar mucha oposici¨®n. Y es que 8 de cada 10 franceses consideran la publicidad demasiado invasiva, seg¨²n el ¨²ltimo bar¨®metro ¡°Los Franceses y la publicidad¡± elaborado por TNS Sofres. ?Ser¨¢ que no todo est¨¢ en venta ni todo tiene un precio? ?Estamos ante el principio del fin de la publicidad tal como se concibi¨® en el siglo XX?
Fotograf¨ªa de apertura: "Mi cerebro no est¨¢ en venta" Los Deboulonneurs
Fotograf¨ªa de la segunda p¨¢gina: Los Reposeurs
Comentarios
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.