El asesinato del barrio chino de Barcelona
Se nos acaba de aportar una nueva prueba bien fundamentada de hasta qu¨¦ punto el urbanismo lleva tiempo ¡ªdesde su invenci¨®n¡ª comport¨¢ndose como una colosal m¨¢quina de asesinar ciudades. Se trata de un libro que centra su atenci¨®n en un episodio: la destrucci¨®n programada de lo que fue el Barrio Chino de Barcelona y, por extensi¨®n, de un parte importante del barrio del Raval de Barcelona, desarrollada en diferentes fases: los intentos de devastaci¨®n del barrio en nombre de la higienizaci¨®n f¨ªsica y moral del barrio llevados a cabo por el urbanismo "progresista" impulsado por la Generalitat de Catalunya en los a?os de la Rep¨²blica; luego, los bombardeos de la aviaci¨®n italiana; enseguida los nuevos envites a cargo de los ayuntamientos franquistas, y, por ¨²ltimo, los ¨²ltimos intentos de borrado del barrio como contribuci¨®n a la puesta en venta de la ciudad como "modelo Barcelona" y, m¨¢s adelante, "marca Barcelona".
El libro se titula Matar al Chino. Entre la revoluci¨®n urban¨ªstica y el asedio urbano en el barrio del Raval de Barcelona, lo ha publicado la Editorial Virus y su autor es un joven antrop¨®logo, Miquel Fern¨¢ndez. Articulando historia y etnograf¨ªa ?¡ªtrabajo de archivo y pateo de las calles¡ª, este hombre nos informa de c¨®mo han venido siendo y como suceden ahora esas din¨¢micas de despanzurramiento que desde hace m¨¢s de un siglo se empe?an en "esponjar" tramas urbanas consideradas como demasiado densas, con el fin de acabar con una tendencia excesiva al enmara?amiento y la ingobernabilidad. Tambi¨¦n, en clave m¨¢s actual, a lo est¨¢n siendo procesos que reciben pomposas presentaciones tales como "rehabilitaci¨®n", "reforma", "remodelaci¨®n", etc., pero que en la pr¨¢ctica implican la deportaci¨®n de clases populares para asentar en lo que fueron sus escenarios de vida vecindarios m¨¢s solventes o para someterlos a colonizaci¨®n tur¨ªstica, en este caso con el gancho comercial de un sabor local ligeramente canalla y una dosis adecuada de multiculturalismo bien temperado.
El contexto en que se desarrolla toda la argumentaci¨®n de este libro es el de una ciudad, Barcelona, que ha vivido en los ¨²ltimos a?os un colosal experimento urban¨ªstico obsesionado por la coherencia y la legibilidad. La ciudad deb¨ªa ser, se proclamaba, ante todo clara, y con tal fin se desplegaron todo tipo de dispositivos destinados a supeditar la forma urbana a principios de ordenamiento que combinaban especulaci¨®n y espectacularizaci¨®n. Todo ello, por supuesto, esperando el concurso pasivo de una muchedumbre de usuarios-figurantes que deb¨ªan avenirse en todo momento a colaborar. En otras palabras, un gran ensayo mediante el que pol¨ªticos, arquitectos y urbanistas quisieron vencer en Barcelona a su peor enemigo: lo urbano, esa mara?a imprevisible hecha en gran medida de inconsistencias, indefiniciones y desacatos.
Miquel Fern¨¢ndez nos invita a centrarnos en el asalto al ¨²ltimo basti¨®n a conquistar en ese esfuerzo por colocar en el mercado de ciudades una Barcelona de la que habr¨ªan sido expulsados para siempre el conflicto y el azar. Hemos visto como, en pos de tal objetivo, los especialistas en ciudad pensaron que todo era cosa de propuestas, acciones inmediatas, planes estrat¨¦gicos, decretos y tipificaciones. Se crey¨® que aquella parte de la ciudad vieja se prestar¨ªa a trocar m¨¢gicamente sus imperfecciones sociales por la impecable paz de las representaciones y los proyectos. En sus visiones, pol¨ªticos y tecn¨®cratas s¨®lo ve¨ªan vecinos agradecidos y decentes, comerciantes con iniciativa, ¨¢vidos inversores y turistas, en un Chino al que se hab¨ªa hecho olvidar nombre y pasado. Lo que han descubierto al despertar es que, a pesar del mobiliario de dise?o y los nuevos equipamientos cool, aquello contin¨²a siendo lo que Oriol Bohigas llam¨® una vez ¡°un nido de nostalgia y de problemas¡±.
As¨ª hab¨ªa sido desde hac¨ªa d¨¦cadas. En esa parte de la ciudad, madriguera de miserables a veces levantiscos, Miquel Fern¨¢ndez nos muestra como los ensayos de penetraci¨®n de las fuerzas del orden burgu¨¦s ¡ªde la asistencia social a la polic¨ªa y el ej¨¦rcito¡ª hab¨ªan sido ineficaces y como tal fracaso llev¨® a la convicci¨®n de que era el barrio el que deb¨ªa ser borrado del mapa mediante una actuaci¨®n expeditiva que lo abriera en canal y obligara a salir todo lo que de insumiso se escond¨ªa en su seno. Fue as¨ª que se inici¨® una labor de desolaci¨®n sistem¨¢tica que se exhibi¨® como la ¨²nica forma de rescatar de s¨ª misma una parte estrat¨¦gica del coraz¨®n mismo de la ciudad.
A partir de la sentencia que condena a muerte el Chino, lo que Miquel Fern¨¢ndez nos demuestra es que la sociedad urbanizada ¡ªen el sentido de sometida y sumisa a planes y proyectos¡ª no puede ser sino una sociedad protegida de toda inestabilidad creativa, a salvo de no importa qu¨¦ excepci¨®n respecto de los mecanismos precisos que la hacen posible. Esto se traduce en una verdadera vocaci¨®n pacificadora de lo que de magm¨¢tico, inorg¨¢nico, desregulado se produce constantemente en las casas y en las calles. El plan urban¨ªstico anhela una ciudad imposible, un anagrama morfogen¨¦tico que evoluciona sin traumas. Contra las densidades y los espesores, contra la sucesi¨®n interminable de acontecimientos, contra las dislocaciones generalizadas, contra los espasmos constantes, el ingeniero de ciudades levanta sus estrategias de domesticaci¨®n, en el fondo ingenuas, puesto que el objetivo a sojuzgar ¡ªla vida¡ª es, por definici¨®n, invencible.
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