Uno de los diez cient¨ªficos m¨¢s destacados de 2014 fue rechazado en Espa?a
Sjors Scheres, que trabaja ahora en la Universidad de Cambridge, quiso quedarse en el pa¨ªs, pero no consigui¨® ninguno de los contratos que ofrece el Estado
La revista Nature ha publicado esta semana una lista con los diez mejores investigadores de la ciencia durante el a?o 2014. En ella, no aparece ning¨²n cient¨ªfico espa?ol ni nadie que trabaje en instituciones de este pa¨ªs. Sin embargo, hace muy poco, una de estas estrellas cient¨ªficas quiso quedarse en Espa?a y no pudo. Sjors Scheres trabaj¨® entre 2004 y 2010 en el Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa (CNB) del CSIC, en Madrid. All¨ª, comenz¨® a trabajar en la l¨ªnea que ahora le ha permitido liderar una revoluci¨®n en la microscop¨ªa que permitir¨¢ estudiar mecanismos de la c¨¦lula inalcanzables con t¨¦cnicas anteriores.
Scheres, ahora en la Universidad de Cambridge (Reino Unido), es el creador de un software capaz de obtener im¨¢genes de gran claridad a partir de las de textura granulada que produce la criomicroscop¨ªa electr¨®nica. Esta tecnolog¨ªa hace que sea posible, por ejemplo, tratar de determinar la estructura de la ¦Ã-secretasa, una prote¨ªna relacionada con el desarrollo del alzh¨¦imer. Conocer la estructura de esta y de otras m¨¢quinas moleculares es fundamental para conocer c¨®mo funcionan y, en ¨²ltimo t¨¦rmino, poder crear tratamientos para los fallos que producen enfermedades.
El investigador holand¨¦s quer¨ªa quedarse a trabajar en Espa?a. Para lograrlo, trat¨® de conseguir una plaza como investigador del CSIC, pero su curr¨ªculum no fue considerado suficiente para entrar en la plantilla de la mayor instituci¨®n cient¨ªfica del pa¨ªs. Tampoco super¨® el proceso de selecci¨®n para lograr un contrato Ram¨®n y Cajal, creados para recuperar cerebros del extranjero o mantener cient¨ªficos talentosos en Espa?a.
Es una pena que no se quedase en Espa?a y que el sistema no fuese capaz de detectar a una persona de esa categor¨ªa¡±
¡°El sistema a veces no acierta¡±, comenta Jos¨¦ Mar¨ªa Valpuesta, director del CNB cuando Scherer trabajaba en el centro madrile?o. ¡°Yo lo ten¨ªa a diez metros, y pod¨ªa ver que este chico era brillante, pero otra gente no lo ten¨ªa tan cerca y no lo pudo ver¡±, a?ade. ¡°Es una pena que no se quedase en Espa?a y que el sistema no fuese capaz de detectar a una persona de esa categor¨ªa¡±, contin¨²a. No obstante, Valpuesta reconoce que el ¨¢mbito de la bioinform¨¢tica en el que trabaja el matem¨¢tico holand¨¦s no es comprendido bien ni por los bi¨®logos ni por los f¨ªsicos. ¡°Eso pudo hacer que no se valorase mejor¡±, supone.
Jos¨¦ Mar¨ªa Carazo, director de la Unidad de Biocomputaci¨®n del CNB en la que trabajaba Scherer, tambi¨¦n lamenta que no fuese posible retener su talento. ¡°El problema es que hay una escasez general de recursos y, en el caso de los Ram¨®n y Cajal, salen muy pocas plazas y los curr¨ªculum son muy buenos¡±, opina. En 2010, hab¨ªa 250 contratos para toda Espa?a y en 2013 solo 175. Este investigador, que ha firmado 19 art¨ªculos junto a Scherer, considera que el sistema actual de selecci¨®n ¡°igual es capaz de detectar los talentos m¨¢s obvios, pero no es tan bueno con otros menos evidentes como el de Scherer¡±.
Por poner en contexto la inversi¨®n que aporta el Estado para tratar de retener talento cient¨ªfico a trav¨¦s del programa Ram¨®n y Cajal, el sueldo que hubiese recibido Scherer ser¨ªa de 33.720 euros anuales, aproximadamente un tercio de lo que cobra, por ejemplo, un concejal del Ayuntamiento de Madrid. A esa cifra habr¨ªa que a?adir 40.000 euros para cubrir durante cuatro a?os los gastos relacionados con el desarrollo de su investigaci¨®n y 100.000 m¨¢s para ayudar a crear para ellos un puesto de trabajo en el centro de investigaci¨®n o la universidad correspondiente al final de su contrato. En total, el programa, que dura cinco a?os, tiene un coste de 54 millones de euros, mucho menos, por ejemplo, que los 68,7 millones de euros que recibi¨® solo Jos¨¦ Ignacio Goirigolzarri cuando abandon¨® su puesto de consejero delegado en el BBVA o los 88,1 que se embols¨® su hom¨®logo en el Santander, Alfredo S¨¢enz.
Aunque la partida de Scherer haya sido una p¨¦rdida para el sistema cient¨ªfico espa?ol, es posible que para el investigador el rechazo haya acabado por tener resultados positivos. Seg¨²n comentan Valpuesta y Carazo, el holand¨¦s lleg¨® al Laboratorio de Biolog¨ªa Molecular del Consejo de Investigaci¨®n M¨¦dica de Cambridge en el momento adecuado con el conocimiento adecuado. All¨ª, se reunieron investigadores que estaban liderando la ¨²ltima revoluci¨®n en la observaci¨®n de la vida microsc¨®pica y recibieron los mejores medios disponibles, tanto a trav¨¦s de la universidad como de la empresa FEI, especializada en la construcci¨®n de los microscopios m¨¢s sofisticados. ¡°?l era especial, pero explot¨® fuera, y es posible que para conseguir lo que ha conseguido le haya venido bien irse fuera¡±, reconoce Valpuesta. Scherer no ha querido realizar comentarios para este art¨ªculo.
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