De la pasarela al juzgado
Christopher Wetmore y Jack DeNormandie, en prisi¨®n por vender coca¨ªna y LSD No es un secreto la relaci¨®n entre moda y drogas, s¨ª lo era que los dos eran camellos
Los modelos Christopher Wetmore (25 a?os) y Jack DeNormandie (20) han pasado de lucirse en las pasarelas a desfilar ante el juez. El pasado noviembre fueron juzgados en Nueva York, acusados de drogas. Los dos j¨®venes fueron imputados por vender LSD y coca¨ªna por valor de 2.500 d¨®lares (unos 2.000 euros) a un cliente que result¨® ser polic¨ªa secreta. El agente, haci¨¦ndose pasar por un comprador, acudi¨® al domicilio de ambos: un apartamento en el acomodado barrio de Chelsea, en Manhattan, desde donde presuntamente distribu¨ªan la droga y donde fueron detenidos. Una localizaci¨®n a la altura de dos modelos que han sido portada de publicaciones como GQ, W Magazine o Vogue Hommes,e imagen de marcas como Rocawear o Diesel.
En sus curr¨ªculos figura ahora la comparecencia ante el juez como su trabajo de mayor repercusi¨®n. Sea o no por deformaci¨®n profesional, ambos se presentaron en el tribunal impecables. DeNormandie, rubio y de aspecto angelical, pos¨® con la frialdad y seguridad de cualquier d¨ªa de faena; el moreno, Wetmore, con la misma mirada de p¨ªcaro que luce en su Instagram o en la web de su agencia. En la sala desplegaron sus mejores recursos de maniqu¨ª, mirando desde el estrado a los objetivos como si se tratasen de las c¨¢maras de los reconocidos fot¨®grafos Patrick Demarchelier o Mario Testino. Una imagen que ya es viral en las redes sociales y que recuerda el caso reciente de Jeremy Meeks, procesado por posesi¨®n de armas y cuya foto de ficha policial revolucion¨® la Red hasta el punto de ganarse el t¨ªtulo de ¡°el delincuente m¨¢s sexy del mundo¡±. Meeks ha comenzado hace unos meses una carrera en las pasarelas. Ahora es al rev¨¦s: son los modelos los que se convierten en delincuentes.
¡°Los j¨®venes tenemos un enorme potencial para cambiar el mundo y hacer de ¨¦l un lugar mejor para todos¡±. El modelo Jack DeNormandie lanzaba este mensaje al mundo el pasado mes de septiembre acompa?ando una foto suya en el blog de la agencia para la que trabaja. Junto a esa declaraci¨®n de intenciones el joven era retratado mirando al frente serio y con un traje en tonos tierra de Calvin Klein sin camisa debajo. Un gesto muy parecido al que mantendr¨ªa despu¨¦s junto a su amigo en el juzgado.
?Por qu¨¦ unos j¨®venes guapos y con ¨¦xito se arriesgan a arruinar sus vidas vendiendo droga? Podr¨ªa ser simplemente por dinero. El salario medio de un modelo masculino en Nueva York es de unos 60.000 euros anuales, aunque determinadas campa?as pueden elevar sustancialmente esa cantidad. Quiz¨¢ resulta poco para llevar un tren de vida alto en un barrio elegante de Manhattan. Otras opciones son la adicci¨®n a las drogas, la b¨²squeda de emociones fuertes a trav¨¦s del riesgo, o simplemente traspasar los l¨ªmites de la ley porque ser un chico malo mola, siguiendo los ejemplos de Meeks y otros famosos. Un nuevo ejemplo de la cada vez m¨¢s habitual relaci¨®n entre glamour y delito.
Una historia al rev¨¦s: el conocido como el preso m¨¢s guapo hoy es modelo
Por ahora este es el ¨²ltimo de una amplia lista de casos de drogas vinculados al mundo de la moda. La relaci¨®n de algunos dise?adores y modelos con la coca¨ªna y otras sustancias hace tiempo que dej¨® de ser un secreto, pero nunca hab¨ªa salido a la luz que unos modelos ejerciesen de camellos. Wetmore y DeNormandie no tienen las carreras de Kate Moss o Naomi Campbell, pero su esc¨¢ndalo ya ha superado a los escarceos con la droga de las dos famos¨ªsimas tops.
Los dos j¨®venes no explicaron sus motivos al juez. Sus abogados argumentaron que ¡°vienen de familias estables, tienen problemas de drogas y actualmente tienen trabajo como modelos en una agencia¡±. El juez impuso 100.000 d¨®lares de fianza a DeNormandie y 300.000 a Wetmore. Lo mismo para otros dos imputados, un amigo de los maniqu¨ªes y la novia de ¨¦ste, de 17 a?os e hija de un fiscal de Brooklyn, que tambi¨¦n fueron detenidos en la redada. Los modelos permanecen en prisi¨®n al no haber podido depositar esas cantidades. Ante la justicia, su belleza y fotogenia de momento no les ha servido de nada.
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