Tim Burton: ¡°Suelo adornar el ¨¢rbol con monstruos¡±
El creador de sue?os coloristas, de pesadillas prenavide?as y de f¨¢bulas g¨®ticas regresa a la gran pantalla con una pel¨ªcula ¡®kitsch¡¯ basada en hechos reales. Un encuentro en Los ?ngeles para hablar de Pap¨¢ Noel y otros traumas de un tipo exc¨¦ntrico.
Los mismos pelos de loco, la misma vestimenta, con pantal¨®n, camisa y chaqueta negra, y las mismas gafas de sol a lo Stevie Wonder. Sus manos vuelan con la rapidez con la que sus pensamientos cambian de direcci¨®n. Al cineasta Tim Burton se le ve feliz, pero delgado. Ha perdido mucho peso. ¡°El estr¨¦s del trabajo¡±, dice en un hotel de Hollywood. Su tierra. Burton naci¨® en 1958 en Burbank, uno de esos suburbios de Los ?ngeles donde es raro que llueva y casi imposible que nieve. Y donde las casitas se repiten como peque?as celdas uniformes con piscina y c¨¦sped en medio del desierto. Una monoton¨ªa que hace dif¨ªcil creer que sea la cuna del cine, el lugar donde se encuentran la mayor parte de los estudios, o que en ella naciera uno de los directores con m¨¢s imaginaci¨®n de esta industria.
Un mundo kitsch en el que tambi¨¦n se abrieron paso Walter y Margaret Keane, los padres de aquellos dibujos de ni?os con grandes ojos que en la d¨¦cada de los cincuenta y sesenta invadieron EE UU. Unas pinturas que nadie se atrevi¨® a considerar arte, pero que vendieron tanto o m¨¢s que Warhol. Y como dijo el maestro del pop, el trabajo de Keane ha de ser bueno. ¡°De ser malo, no le gustar¨ªa a tanta gente¡±. Solo un peque?o detalle: con los a?os qued¨® al descubierto que los ni?os que Walter Keane dec¨ªa pintar eran obra de su esposa, Margaret. Y esa es la historia que Burton cuenta en Big Eyes, su nuevo estreno, y su peque?a aportaci¨®n a las Navidades de este a?o. Una historia real y absurda; uno de los mayores fraudes de la historia del arte; y ¡°lo mejor de Burton¡± o su pel¨ªcula ¡°m¨¢s humana¡± desde Ed Wood, seg¨²n medios especializados.
Una extra?a historia para estas Navidades. Si quieres, le pongo un poco de nieve. No tengo control sobre cu¨¢ndo se estrenan mis pel¨ªculas, pero algo de navide?a ya tiene, aunque solo sea en los tonos verdes y rojos de su direcci¨®n de arte. Tiene poco de Pesadilla antes de Navidad. Aunque sea una pesadilla antes de Navidad.
Dado que ya ten¨ªa un Keane en su colecci¨®n personal, ?qu¨¦ le ha pedido este a?o a Pap¨¢ Noel? ?Dios m¨ªo! Si algo me ha dado miedo toda la vida es Santa Claus. La idea de pedirle algo me parece terror¨ªfica.
Parece imposible que usted se asuste de algo. ?C¨®mo no te va a dar miedo un tiarr¨®n con barba blanca vestido de rojo bajando por una chimenea? Hay pa¨ªses donde le llaman ¡°el hombre de Navidad¡±. Un t¨ªtulo de pel¨ªcu?la de terror. O de superh¨¦roe. ?Christmas Man! En lugar de cambiarse en una cabina, baja por la chimenea. Es su toque personal.
Tr¨¢iler de Big Eyes, la nueva pel¨ªcula de Tim Burton.
Est¨¢ claro que la Navidad no es lo suyo. Prefiero Halloween. Y ese periodo entre Halloween y las Navidades del que nace Pesadilla antes de Navidad. Supongo que tiene que ver con criarte en Burbank, una ciudad en la que no hay estaciones. Al menos, tanto en Halloween como en Navidades la ciudad pretende vivir ese oto?o o ese invierno. Y las fiestas conjuran la imaginaci¨®n en gente que de otro modo nunca har¨ªa nada creativo.
?Ha cambiado en algo su visi¨®n navide?a por el hecho de vivir en Londres? ?De tener hijos? Mis hijos no comparten mi miedo por Santa Claus. El conejito de Pascua los tiene aterrorizados. Mi forma de celebrar la Navidad ha cambiado poco. Sigo adornando el ¨¢rbol con todos mis juguetes de monstruos japoneses. Es una tradici¨®n. Tambi¨¦n a?ado todas las cosas raras que he recibido durante el a?o. De peque?o adem¨¢s ten¨ªa un maniqu¨ª que decoraba con luces navide?as muy al estilo de Mario Bava, una imagen muy retorcida, pero ya no lo hago.
La pel¨ªcula Big Eyes est¨¢ basada en una historia real y a primera vista no podr¨ªa estar m¨¢s alejada del mundo imaginario que siempre ha servido a su p¨²blico. Como suelen decir, a veces la realidad supera la ficci¨®n. De hecho, tuvimos que dulcificar un poco la trama, o la gente no se creer¨ªa que esta historia pas¨® de verdad. Tal esc¨¢ndalo y tal absurdo bajo unas im¨¢genes como las de estos ni?os de ojos grandes. En Burbank era el ¨²nico tipo de arte que ve¨ªas por todos lados. En la consulta del m¨¦dico, en el dentista, en los supermercados. Unas im¨¢genes desconcertantes. Innegablemente kitsch y muy poderosas. Inspiraron multitud de imitadores. Ser¨ªan lo que fueran, pero la gente respond¨ªa a ellos. Lo sigue haciendo, porque mi hija tiene peluches con ojos que recuerdan a los cuadros de Keane.
?Cu¨¢l cree que es el atractivo de estos cuadros? Apelan al subconsciente, es una conexi¨®n no verbal, pero la verdad es que no tengo una buena respuesta. A m¨ª los retratos me crean cierta ansiedad. Esos ni?os asustan un poco. Crec¨ª viendo pel¨ªculas de terror y hay todo un g¨¦nero de ni?os que dan miedo.
Son muchos en Hollywood los que le han descrito como el rey del kitsch. Mis dos primeras pel¨ªculas, La gran aventura de ?Pee-Wee y Beetlejuice, estuvieron en las listas de las 10 peores del a?o. ?Uno no puede ser muy vanidoso despu¨¦s de eso! Lo que me gusta de Big Eyes es que te hace preguntarte qu¨¦ es arte y qu¨¦ no. Lo mismo me ocurri¨® con Ed Wood, conocido como uno de los peores directores de Hollywood y a la vez alguien cuya obra sigue siendo recordada. Son manifestaciones art¨ªsticas que puedes llamar kitsch, que puedes despreciar, pero que no puedes obviar.
Adem¨¢s vuelve a fijarse en personajes marginales. ?Se identifica con ellos? Me gusta todo lo alternativo, y los Keane lo fueron. Con toda la popularidad que consiguieron, nadie sab¨ªa nada de ellos fuera de San Francisco. Todos conoc¨ªan su obra, pero no sab¨ªan qui¨¦n lo pintaba. De ah¨ª que la mentira tardara tanto en conocerse. Puedo ver trazos de m¨ª en Margaret, en su vida interior, y desafortunadamente tambi¨¦n puedo verme en el capullo de Walter. Como director es importante que me identifique con mis personajes, que les entienda.
?C¨®mo no te va a dar miedo un tiarr¨®n con barba blanca vestido de rojo bajando por una chimenea?¡±
De ah¨ª a llamarse capullo¡ Walter era un capullo, y yo tambi¨¦n. A veces, no todo el tiempo. Walter ten¨ªa problemas de temperamento, y yo tambi¨¦n puedo explotar. Me asusta un poco esa personalidad volc¨¢nica. En ocasiones, tratando con los estudios, sale el hombre lobo que llevo dentro. Recuerdo que hubo un tiempo en el que solo te escuchaban si explotabas. No quiero convertirme en ese tipo de gente que tiene que dar el pu?etazo en la mesa para hacerse o¨ªr.
Se me hace dif¨ªcil creer que a estas alturas tenga problemas para hacerse o¨ªr. Te sorprender¨ªa saber cu¨¢ntas veces al d¨ªa escucho la palabra ¡°no¡±.
?No es bueno a la hora de vender su arte? No demasiado. He aprendido. He mejorado. Hablo m¨¢s de lo que sol¨ªa. Me expresaba fatal, antes era mucho menos verbal. Y eso es duro. De ah¨ª mis comienzos en el campo de la animaci¨®n, porque ah¨ª no ten¨ªa que hablar tanto. Tuve que aprender, y hay gente que no tiene ese don. Hay a quien le encanta hablar, pero a otros nos es m¨¢s dif¨ªcil.
Ser¨¢ cuesti¨®n de encontrar a su propio Walter Keane. Ya lo encontr¨¦ y se llama Harvey. Harvey Weinstein.
?Y usted vende arte o kitsch? Eso se lo tendr¨ªas que preguntar a otros. Me han acusado de tantas cosas. Me crie en la cultura de la televisi¨®n y en mi ADN hay un gran porcentaje de lo que llamamos kitsch. As¨ª que puedo entender a los que me ven de esa forma. Pero me da igual recibir una cr¨ªtica mala o buena. Si hay algo que me llega es ver a alguien que se ha tatuado un personaje de alguna de mis pel¨ªculas. Eso lo aprecio m¨¢s que la mejor de las cr¨ªticas. Es se?al de que he conectado con el p¨²blico.
?Hay alguna raz¨®n por la que siempre viste de negro? Se me hace mucho m¨¢s f¨¢cil. Si no, me llevar¨ªa horas vestirme, porque me fascina la yuxtaposici¨®n de colores. Me tendr¨ªas que ver en casa.
Pocas de sus pel¨ªculas son tan luminosas como Big Eyes. ?El principio de un nuevo periodo? No es tanto un cambio como adecuarme a la historia, al periodo hist¨®rico que cuenta y al tipo de pinceladas de los cuadros de los Keane. Ed Wood era una oda a Bela Lugosi y para m¨ª siempre ser¨¢ una figura en blanco y negro. Pero en el caso de Big Eyes quer¨ªa salpicar la cinta con elementos propios de Hitchcock y levemente bavaescos [de Mario Bava], y de ah¨ª la paleta de color.
?Y la ausencia de Johnny Depp? La d¨¦cima pel¨ªcula juntos deber¨ªa hacerla gratis. Suena bien el trato. Estoy seguro de que seguiremos trabajando juntos. ?Hemos vivido tantas! Es bueno contar con estas largas amistades.
Helena Bonham Carter [su mujer] tampoco aparece en la pel¨ªcula. ?Sigue siendo una de sus musas? ?Ya veremos! Por el momento, al menos. Tengo muchas musas y es bueno no estancarse. Pero es dif¨ªcil no contar con ella. Aunque tambi¨¦n tengo que aguantar lo peor de ella, porque tiene bastante de actriz de m¨¦todo y la tengo que aguantar todo el d¨ªa ensayando su di¨¢logo con alguno de sus terribles acentos. S¨¦ cu¨¢l ser¨¢ su pr¨®xima pel¨ªcula porque la escucho practicar durante meses y meses. Claro que yo tampoco le he dado los papeles de m¨¢s glamour.
Siempre puede refugiarse en su estudio de Londres. Acabo de venir de all¨ª y regreso ma?ana. No s¨¦ si conoces a Arthur ?Rackham, un maravilloso ilustrador de cuentos infantiles como Sleepy Hollow o Alicia en el Pa¨ªs de las Maravillas. He tenido la suerte de comprar su casa, que parece salida de una de sus ilustraciones. All¨ª es donde trabajo. En ocasiones tambi¨¦n monto mis pel¨ªculas o invito a gente. He creado ese punto de encuentro art¨ªstico que me gusta compartir.
Soy ca¨®tico por naturaleza. No tengo una rutina ni un ritmo de trabajo¡±
Y tiene cerrada la puerta a Helena y a sus hijos. A mis hijos no les gusta ir. Les asusta el edificio. A mi hija le da miedo. Y no lo entiendo porque le encanta todo lo que est¨¢ ba?ado en sangre y las pel¨ªculas de monstruos.
?C¨®mo es su proceso creativo en este espacio? Soy ca¨®tico por naturaleza, no creo que eso sorprenda. No puedo hablar de un proceso. No tengo una rutina ni un ritmo de trabajo. Soy alguien desorganizado. Nunca s¨¦ si voy a trabajar por la ma?ana o por la noche. Recientemente en Tokio, viendo mi propia exposici¨®n [una retrospectiva sobre su obra], me di cuenta de la cantidad de dibujos que tengo hechos en servilletas de bar. ?Me hizo pensar que paso demasiado tiempo en bares! El mejor momento de inspiraci¨®n es el que no espero, cuando no pienso en nada. Las mejores ideas nacen cuando pones la mente en blanco. En temas de creatividad es imposible forzar la m¨¢quina.
?Y c¨®mo alimenta esa m¨¢quina? Hay un poco de todo, aunque nunca tengo mucho tiempo. Por mucho que me r¨ªa de mi infancia en Burbank, la recuerdo con horror y cari?o a partes iguales. Es parte de quien soy, de ese sentimiento de outsider. En Londres me siento mucho m¨¢s en contacto con el mundo, es una ciudad que me ha hecho crecer.
Han pasado 25 a?os desde que dirigi¨® Batman. Lo de llevar una historia de superh¨¦roes a la pantalla parec¨ªa entonces una idea descabellada. Es cierto que cuando est¨¢bamos haciendo Batman parec¨ªa que nos adentr¨¢bamos en un territorio nuevo. Al estudio le preocupaba que fuera muy oscura. Lo de siempre. Ahora parece una historia de ni?os comparada con las secuelas. Eran otros tiempos. En el plano comercial funcion¨®, pero la cr¨ªtica no fue demasiado cari?osa conmigo.
Ahora es una pel¨ªcula de culto. No le presto mucha atenci¨®n a estas cosas.
?Se siente m¨¢s respetado desde que fue objeto de la retrospectiva de su obra en el MOMA de Nueva York? ?Es usted un artista con may¨²sculas? No me esperaba nada as¨ª. Nunca fue parte de mis sue?os. Me tuvieron que convencer. El trabajo que hicieron fue maravilloso y me alegro del alcance que la exposici¨®n ha tenido por todo el mundo. De ah¨ª que entienda el arte de Keane. Porque habr¨¢ recibido las peores cr¨ªticas del mundo, pero la respuesta de la gente fue siempre aplastante. Inspir¨® a los ni?os a dibujar, abri¨® los ojos al mundo de la ilustraci¨®n, del arte. Los comisarios de mi exposici¨®n se lo tomaron como una excavaci¨®n arqueol¨®gica y encontraron obras de las que ni yo me acordaba, pero que me parecen importantes. Dibujos de cuando era ni?o. No hay comparaci¨®n, pero recuerdo haber visto en otras exposiciones dibujos de Matisse y alguien hablando de los intentos de cualquier artista de volver a esa simpleza en el trazo que ten¨ªan de ni?os. Por eso es importante que estas cosas se vean y sirvan de inspiraci¨®n. No me considero un artista, pero tampoco lo contrario. Me gusta ese limbo porque as¨ª no tengo que atenerme a una sola etiqueta y puedo seguir jugando con mi obra, psicoanaliz¨¢ndome con mis pel¨ªculas.
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