Feliz Diwali
Con la llegada de los meses de octubre y noviembre, muchos emigrantes indios en Espa?a habr¨¢n sido abordado alguna vez con la pregunta: ¡°?Qu¨¦ es el Diwali?¡±. Al contrario que muchas otras celebraciones for¨¢neas, como el Ramad¨¢n, el Januc¨¢ o incluso Halloween, esta festividad de origen indio es a¨²n desconocida para la poblaci¨®n local. En parte porque es huidiza, no tiene fecha concreta seg¨²n nuestro calendario gregoriano. De hecho, la fecha del Deepavali se rige por el calendario hind¨² Panchangam, y se celebra en el mes de Karttika, es decir, entre los meses de octubre y noviembre.
Cada a?o en Espa?a, miles de hind¨²es, jainistas y sijs celebran la llamada fiestas de las luces durante la noche m¨¢s oscura del a?o. Cientos de millones si hablamos a nivel planetario. Para hacernos una idea, si compar¨¢semos con otras tradiciones religiosas, podr¨ªamos decir que el Diwali equivale para ellos a las navidades cristianas.
Pero, ?qu¨¦ festejan? Existen varias versiones: por un lado, la muerte del demonioNarakasuraa manos del avatar Krishnay la liberaci¨®n de diecis¨¦is mil doncellas que ¨¦ste ten¨ªa prisioneras; por otro, conmemora la vuelta deRamaySitaa su reino tras catorce a?os de destierro. Seg¨²n la famosa epopeya de Ramayana, cuandoRamarecuper¨® a su esposaSita¨Csecuestrada porRavana, rey de los demonios- y volvieron aAiodhia, los habitantes de la ciudad inundaron las murallas y los tejados con luces y l¨¢mparas para guiarles en el camino de vuelta -de ah¨ª la tradici¨®n de encender diyas, l¨¢mparas de aceite, durante la noche-. A su llegada, fueron acogidos con honores y la sacralizaci¨®n hizo que Rama representara la reencarnaci¨®n del propio Vishnu y Sita la de la diosa Lakshmi, portadora de fortuna y buena suerte, as¨ª como prosperidad y riqueza. Desafortunadamente, muchos olvidan el final mis¨®gino y machista al que fue condenada Sita a su regreso, pero esa es otra historia.
Debido a que en Espa?a la celebraci¨®n concurre en d¨ªas laborales, la mayor¨ªa de emigrantes indios suele celebrar ¨²nicamente la festividad principal. No obstante, el Diwali en India consta de cinco d¨ªas: Dhanteras ¨Crememora la llegada de la diosa Lakshmi y el dios de la salud Dhanvantari-, Naraka Chaturdasi ¨Cconocida como ¡°peque?a diwali¡± y acompa?ada de m¨²ltiples rezos-, Lakshmi Puja ¨Cprincipal d¨ªa festivo-, Balipratipada ¨Cse festeja el amor y la devoci¨®n entre los c¨®nyuges, similar a los aniversarios en otras partes del mundo- y Bhaiya Dooj ¨Cconmemora la relaci¨®n amorosa y de uni¨®n entre la hermana y el hermano-.
Velas de Diwali, por Harpreet Singh (CC)
Durante estos cinco d¨ªas, se limpian, renuevan y decoran templos, casas y negocios. Se dibujan en los pasillos, en las oficinas o ante las puertas de entrada los ex¨®ticos rangolis, dise?os hechos a base de arroz, harina coloreada, p¨¦talos de flores y velas. Todas las puertas y ventanas est¨¢n abiertas para dar la bienvenida a la diosa Lakshmiy tambi¨¦n se hacen ofrendas al diosGanesh,conocido como el disipador de obst¨¢culos.Lakshmi simboliza la riqueza y la prosperidad, y sus bendiciones se invocan para un buen a?o venidero. Son d¨ªas importantes para la adquisici¨®n de joyas de oro y plata. Se realizan ba?os con aceite fragante, y las mujeres decoran sus manos con henna. Se hacen regalos entre amigos y parientes, se luce ropa nueva. Las familias est¨¢n atareadas cocinando dulces tradicionales. Despu¨¦s de los rituales religiosos, la gente sale a las calles a disfrutar de los fuegos artificiales. Los ni?os encienden luces de bengala y variedad de petardos como una forma de ahuyentar a los esp¨ªritus malignos, y tras ello las proles se congregan para saborear los dulces tradicionales.
En lugares de Espa?a donde residen grandes comunidades de emigrantes indios como Tenerife, Ceuta o Madrid, se celebra tambi¨¦n los ¡°Diwali ball¡±: bailes coreografiados, subastas con fines ben¨¦ficos, degustaci¨®n de platos y talleres de artesan¨ªa folcl¨®rica.
Como otros tantos hijos de emigrantes, cuando ¨¦ramos ni?os, mis hermanos y yo deb¨ªamos ir a la escuela y, aunque era un d¨ªa com¨²n para los dem¨¢s, era fiesta en nuestros corazones. La ma?ana estaba impregnada con ese aroma a cumplea?os que tan solo importa a quien los cumple.
Al llegar a casa mi madre nos ayudaba a encender las velas. Seg¨²n la tradici¨®n, en la noche de Diwali si Lakshmi encontraba nuestro hogar a oscuras no podr¨ªa entrar, por lo que siempre deb¨ªamos dejar la luz y algunos diyas encendidos.
Recuerdo que aquella noche dorm¨ªa dando la bienvenida a la prosperidad y deseando en lo m¨¢s profundo escuchar los payal de Lakshmi, las pulseras de sus tobillos, acerc¨¢ndose a mi cama para bendecidme.
Lo cierto es que, con el paso de los a?os, ca¨ª dormido. Aquellas tradiciones quedaron diluidas por la p¨¦rdida de identidad cultural, por la inevitable mimetizaci¨®n con las costumbres locales, pero tambi¨¦n por el desarrollo de un esp¨ªritu cr¨ªtico en pro del juicio y la raz¨®n. En consecuencia, como otras nuevas generaciones, he asistido al Diwali con la indolencia de aquellos compa?eros de clase de la infancia: como un d¨ªa m¨¢s; que no es poco.
Diwali en Guwahati (India), por Kinshuk Kashyap (CC)
Cuando la gente me pregunta: ¡°?Qu¨¦ es el Diwali?¡±, no le hablo sobre tradiciones, sobre mitolog¨ªa o sobre el calendario Vikrama Samvat; le hablo sobre su significado. El Diwalisimboliza eltriunfo de la luz, la virtud y el amor frente a la oscuridad, la ignorancia y el miedo. La victoria del bien sobre el mal.
Es Diwali cuando un hombre enjuto y valiente como Vicente Ferrer entrega su vida a luchar contra la pobreza en una regi¨®n desolada por el hambre y la ignorancia. Es Diwali cuando Malala, una ni?a que con la fuerza de sus ideas, un l¨¢piz y un papel, est¨¢ dispuesta a cambiar el mundo. Es Diwali cuando el pueblo se organiza contra las oligarqu¨ªas y los pol¨ªticos corruptos. Cuando la filosof¨ªa vence al fanatismo. Cuando Philae pisa 67P gracias a los ingobernables de coraz¨®n, a Al-Juarismi, a la filosof¨ªa natural, a Euler, a los perseguidos de la Historia que han relevado la antorcha de la humanidad para avanzar un paso m¨¢s en este camino feroz e incierto. Cuando hombres y mujeres del ¡°punto azul p¨¢lido¡± ofrendan su alma al fuego de la pasi¨®n.
Ante ¨¦stos seres las velas, los fuegos artificiales, las deificaciones y el boato pierden importancia, porque en lugar de puertas y ventanas, ellos han abierto su mente y su coraz¨®n de par en par para recibir a Sita. Han mostrado que la oscuridad no se vence luchando contra ella, sino atizando una llama, encendiendo el diya del conocimiento. Quiz¨¢, igual que ?taca, Aiodhia siempre estuvo en nuestro interior.
Y en d¨ªas as¨ª, me parece escuchar los payal de Lakshmi acerc¨¢ndose a m¨ª, y le doy la bienvenida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.