El paparazi de la ¡®Dolce Vita¡¯
Un libro recopila el trabajo fotogr¨¢fico de Elio Sorci, retratista del cine italiano y amigo de grandes estrellas
El t¨¦rmino paparazi naci¨® en Italia: mezcla de pappataci y ragazzi. Una palabra inventada a mitad de camino entre el phlebotomus papatasi (una especie de mosquito, pero m¨¢s peque?o) y muchachos (chicos, chavales). En la agencia de Elio Sorci (Roma, 1932-2013) aprend¨ªan el oficio una decena de esos j¨®venes cuando Federico Fellini la utiliz¨® por primera vez en La Dolce Vita (1960), y ¨¦l llevaba ya a?os haciendo un nuevo modelo de fotoreporterismo en torno a las grandes estrellas del cine que frecuentaban Italia: el de capturar el scoop, la fotograf¨ªa que nadie m¨¢s hubiera hecho y que m¨¢s all¨¢ del arte y de la est¨¦tica tuviera un inter¨¦s period¨ªstico. Pod¨ªa ser, por ejemplo, la prueba de que dos de los m¨¢s famosos actores del cine de Hollywood de los a?os cincuenta estaban juntos. Y precisamente esa foto, la de Ava Gadner con Walter Chiari en la romana Via Veneto, fue la que dio pie, seg¨²n confirma la viuda de Elio Sorci a EL PA?S, a la situaci¨®n que inspirar¨ªa a Fellini el personaje del paparazi interpretado por Walter Santesso en la pel¨ªcula que elev¨® a los altares de la historia del cine la escena de Marcello Mastroiani (en la ficci¨®n, Marcelo Rubini) y Anita Ekberg (Sylvia) ba?¨¢ndose en la Fontana de Trevi.
Sinti¨¦ndose descubierto y en un alarde de galanter¨ªa, Walter Chiari (que hab¨ªa sido campe¨®n de boxeo) comenz¨® a perseguir al fot¨®grafo y colega de profesi¨®n Tazio Secchiaroli para arrebatarle la c¨¢mara con la que le hab¨ªa robado la foto junto a la Gadner. Era 1957. Elio Sorci inmortaliz¨® la escena en una de las fotos recogidas en el libro Paparazzo. The Elio Sorci Collection (editado por Roads publishing). Cuenta la signora Mar¨ªa Sorci (50 a?os al lado del autor de la fotograf¨ªa) que Fellini quiso recrear ese ambiente de ¡°persecuci¨®n¡± en la ciudad eterna en cuanto vio la imagen. ¡°Mi marido era un volc¨¢n¡±, asegura. Antes de que abriera su propia agencia -1955- ya compet¨ªa con otros que como ¨¦l sal¨ªan a la caza de la foto: cuanto m¨¢s exclusiva y escandalosa, mejor pagada.
Marcello Geppetti, Giacomo Alexis, Paolo Pavia, Lino Nanni o el propio Tazio Secchiaroli ¡°se llevaban bien, eran un grupo de amigos¡± pero a su marido corresponde el honor de haber sido ¡°el primer paparazi del mundo¡± seg¨²n Philippe Garner, responsable del departamento de fotograf¨ªa de Christie¡¯s y autor del pr¨®logo del libro que refleja la ¨¦poca de los a?os 50 y 60 en Roma, aquella glamurosa ¡°Hollywood sobre el T¨ªber¡± que albergaba los estudios de Cinecitt¨¤ cuando all¨ª se rodaban producciones como Vacaciones en Roma (1953) Ben-Hur (1959) y Cleopatra (1963).
Elio Sorci pasaba propinas a porteros y taxistas para conseguir el soplo que le permitiera hacer la foto que buscaba. Y gracias a la ayuda de un ch¨®fer pudo, tras horas de paciente espera, fotografiar en un restaurante de la v¨ªa Appia Antica a Richard Burton y Elizabeth Taylor. Solo unos d¨ªas antes, explica Mar¨ªa Sorci, ¡°Elio hab¨ªa rescatado de la papelera la foto de la pareja bes¨¢ndose, que uno de los ragazzi que trabajaban para ¨¦l hab¨ªa descartado despu¨¦s de revelarla porque resultaba desenfocada (¡) ¨¦l se dio cuenta enseguida del valor de la foto, en la que se ve¨ªa que eran ellos dos y que publicaron hasta en Am¨¦rica¡±.
Sorci le contaba que a veces le hab¨ªan amenazado ¡°hasta con pegarle un tiro¡± entre an¨¦cdotas como la vez en que el ag¨¢ Jan ¡°entonces joven, claro¡± estaba pase¨¢ndose con una chica y al descubrir al fot¨®grafo lo persigui¨® hasta el coche "le quit¨® las llaves, que despu¨¦s entreg¨® a los carabineri¡±. Entonces la ¨²nica ley que proteg¨ªa la privacidad de los famosos era la de ¡°violaci¨®n de domicilio¡±. As¨ª que ¡°para fotografiar a Sof¨ªa Loren en su villa hizo que le trajeran de EE UU un potente teleobjetivo, tan grande que parec¨ªa un ca?¨®n y hasta tuvo que idear un caballete para sostenerlo¡± pero pudo demostrar ante los tribunales que hab¨ªa realizado la foto desde el exterior de la vivienda.
No todas las fotos eran robadas: tambi¨¦n estaban los ¡°falsos robados¡± para alimentar la promoci¨®n de los rodajes y los posados pactados por los propios actores para evitar, precisamente, el inc¨®modo asedio de los paparazi. Tampoco todos los personajes a los que fotografiaba le ve¨ªan como una amenaza. Lleg¨® a ser amigo de Claudia Cardinale, a quien acompa?¨® en Espa?a durante el rodaje de Las petroleras (1971), comedia ambientada en el oeste con Brigitte Bardot y Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez . ¡°Me acuerdo que de aquel viaje me trajo de regalo un chaquet¨®n que me hab¨ªan comprado juntos¡±, explica Mar¨ªa Sorci. ¡°Con ella se llevaba tan bien que le hab¨ªa presentado a su hijo cuando todav¨ªa era secreto y todos pensaban que era su hermano peque?o¡±.
En 1962, Elio Sorci gan¨® el premio Paparazzo D¡¯oro de la agencia Publifoto ¡°pero ni siquiera fue a recogerlo, mand¨® a uno de sus colaboradores porque a ¨¦l no le importaban esos reconocimientos¡±, explica la que fue su compa?era durante m¨¢s de la mitad de su vida y que hoy conserva como tesoros una decena de c¨¢maras fotogr¨¢ficas suyas. ¡°?l lo hac¨ªa porque se divert¨ªa y lo dej¨® cuando dej¨® de resultarle divertido¡±. Ten¨ªa 43 a?os y acababa de superar un grave problema de salud. Decidi¨® cambiar de vida y abri¨® una tienda de ropa que terminar¨ªa convirti¨¦ndose en una cadena con media docena de negocios que hoy gestionan sus hijos, Massimiliano y Carla Sorci.
¡°Nunca habl¨® de aquellos tiempos con nostalgia, pero s¨ª dec¨ªa que si hubiera sabido escribir habr¨ªa llenado un libro con todas aquellas historias¡±, asegura su viuda, emocionada ante la belleza de las fotograf¨ªas, muchas de ellas in¨¦ditas, que ahora salen a la luz.
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