?Qu¨¦ pensar¨ªa Luther King de Obama?
La pel¨ªcula 'Selma' trata de la marcha emprendida en Alabama, en 1965, encabezada por Martin Luther King, punto de inflexi¨®n en la lucha de los afroamericanos por el voto.
Los estrenos cinematogr¨¢ficos alrededor de las Navidades son muy numerosos. Este a?o, en Nueva York, la m¨¢s mimada por las publicaciones de cierto nivel ha sido Selma, una pel¨ªcula de relativo bajo presupuesto, dirigida por una directora pr¨¢cticamente desconocida e interpretada por actores excelentes, pero poco renombrados. Se inspira en la marcha emprendida desde Selma, Alabama, en marzo de 1965, por activistas afroamericanos encabezados por Martin Luther King (1929-1968). Cinco meses despu¨¦s de la misma, el presidente Lyndon B. Johnson aprobaba el Voting Rights Act, que anulaba las restricciones del derecho al voto que a¨²n pesaban sobre la poblaci¨®n negra del Sur.
Para ir a ver Selma me asegur¨¦ una excepcional compa?¨ªa: la del historiador David Levering Lewis, cuya trayectoria, jalonada por dos premios Pulitzer, empez¨® justamente con el encargo de escribir la primera biograf¨ªa cr¨ªtica sobre Luther King. Los acontecimientos quisieron que su aceptaci¨®n coincidiera con el asesinato del dirigente afroamericano. King: A Critical Biography estaba en las librer¨ªas en septiembre de 1969.
¡°?Qu¨¦ descubrimiento!¡± fue el primer comentario de Lewis al acabar la proyecci¨®n. Aunque se refer¨ªa a la direcci¨®n de la pel¨ªcula, asumida por Ava DuVernay, quedaba claro que tambi¨¦n aprobaba su contenido. ¡°La historia es sumamente intrincada y hay que simplificarla un poco para hacerla comprensible en tan solo dos horas¡±, a?adi¨® reflexivo. Durante la proyecci¨®n en el abarrotado cine Loews del Lincoln Center, no se oy¨® ni el vuelo de una mosca.
¡°?Qu¨¦ descubrimiento!¡± fue el primer comentario de Lewis al acabar la proyecci¨®n
?C¨®mo juzgar los hechos de Selma desde la perspectiva de una presidencia negra? David L. Lewis reformul¨® la pregunta: ?qu¨¦ pensar¨ªa King de Obama? Seguramente, su satisfacci¨®n ser¨ªa inmensa. Tal como so?¨® en su discurso m¨¢s famoso (I Have a Dream, ?Washington, 1963), se tratar¨ªa de un presidente ¡°no juzgado por el color de su piel, sino por su car¨¢cter¡±. Pero al mismo tiempo considerar¨ªa el hecho de que Obama no est¨¢ asociado con las grandes cruzadas de la historia afroamericana: no tiene ra¨ªces en la esclavitud, ni en la era Jim Crow (¡°separados, pero iguales¡±), ni tan siquiera en los guetos urbanos. Y ser¨ªa cr¨ªtico con el sistema capitalista que sigue representando el actual presidente.
Tras la violencia policial desencadenada en Watts, el barrio negro de Los ?ngeles, poco despu¨¦s de la firma del Voting Rights Act, el premio Nobel de la Paz 1964 se fue decantando hacia posiciones m¨¢s radicales. Lyndon Johnson se sinti¨® traicionado cuando King declar¨® que la guerra de Vietnam iba en contra de las ideas democr¨¢ticas del pa¨ªs y que, si bien al Gobierno no le hab¨ªa costado dinero restituir el derecho al voto ni suprimir la segregaci¨®n en lugares p¨²blicos, hab¨ªa llegado el momento de proceder a una distribuci¨®n m¨¢s justa de la riqueza.
En 2006 apareci¨® el tercer tomo de una biograf¨ªa de King (¡°deslumbrante¡±, seg¨²n Lewis) elaborada a lo largo de 12 a?os por el tambi¨¦n premio Pulitzer Taylor Branch. Pero la de Lewis ¨Cque obtuvo el mismo galard¨®n en 1994 y en 2001 por su semblanza de W. E. B. Du Bois, el hombre que hizo posible el renacimiento de Harlem¨C conserva un valor ¨²nico: el de haber sido escrita en el instante en que cambiaba la interpretaci¨®n de la imagen de King desde figura p¨²blica acosada por su Gobierno a santo laico estadounidense. Adem¨¢s de resultar una excelente fuente de informaci¨®n, Selma se estrena en un momento m¨¢s que oportuno: la violencia, racial y econ¨®mica, contin¨²a.
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