Rayos c¨®smicos para desmantelar Fukushima
Jap¨®n radiograf¨ªa los reactores con tecnolog¨ªa para detectar part¨ªculas elementales
Tras el golpe del tsunami contra las instalaciones de Fukushima Daiichi el 11 de marzo de 2011, la p¨¦rdida de alimentaci¨®n el¨¦ctrica provoc¨® que los reactores dejaran de refrigerarse adecuadamente, lo que derriti¨® las barras de uranio, generando una liberaci¨®n de materiales radiactivos letales que impiden entrar f¨¢cilmente en estos edificios accidentados. Cuatro a?os despu¨¦s, las tareas para desmantelar los tres reactores descompuestos han avanzado mucho gracias a la rob¨®tica pero sigue sin conocerse exactamente la situaci¨®n del combustible nuclear derretido, lo que dificulta la planificaci¨®n detallada de las tareas.
Poco despu¨¦s del accidente, se comenz¨® a plantear la posibilidad de utilizar la tecnolog¨ªa de detecci¨®n de part¨ªculas para hacer algo as¨ª como una radiograf¨ªa de los reactores. En concreto, se sugiri¨® el uso de muones, unas part¨ªculas elementales que se generan cuando los rayos c¨®smicos penetran la atm¨®sfera terrestre y que continuan viajando atravesando todo lo que se encuentran a su paso. Conocidas desde la d¨¦cada de 1930, estas part¨ªculas se han usado para radiografiar estructuras gigantes como volcanes o dif¨ªciles de investigar en su interior, como hiciera en 1967 el premio Nobel Luis ?lvarez al tratar de encontrar c¨¢maras secretas en la pir¨¢mide de Guiza.
Este sistema ya ha servido para radiografiar volcanes japoneses y buscar secretos en pir¨¢mides egipcias
A partir de la semana que viene, se pondr¨¢ a prueba a los muones en el reactor n¨²mero 1 de Fukushima, "con el fin de obtener una comprensi¨®n de las posiciones y cantidades de restos de combustible, necesaria para investigar los m¨¦todos de eliminaci¨®n de estos desechos", explica Tepco, la empresa responsable de la central, en el ¨²ltimo documento de su hoja de ruta. Esta tecnolog¨ªa, que en Jap¨®n se usa para vigilar los volcanes por dentro y el estado del magma, ya se ha puesto a prueba en condiciones similares a las que se encontrar¨¢n en el reactor da?ado. An¨¢lisis realizados con robots dentro del edificio y con modelos generados por ordenador sugieren que las barras de combustible se derritieron por completo en los primeros momentos del desastre, llevando al interior del reactor a temperaturas de miles de grados, y desparram¨¢ndose por su estructura.
El concepto es similar al de las radiograf¨ªas con rayos X: se colocan placas en las que queda reflejado el paso de los muones tras cruzar el reactor, generando con el tiempo un dibujo de su interior, gracias a la alta densidad del combustible fundido en el suelo del reactor. Investigadores del Instituto Internacional de Investigaciones para el Desmantelamiento Nuclear (IRID) realiz¨® las pruebas definitivas en julio pasado en la central japonesa de Tokai, pero muchos otros investigadores han probado la eficacia del sistema. Los ¨²ltimos, investigadores de la Agencia para la Energ¨ªa At¨®mica de Jap¨®n en su propio reactor experimental, que acaban de publicar sus resultados hace dos semanas.
Los trabajos m¨¢s frut¨ªferos se comenzaron a realizar pocos meses despu¨¦s del accidente por parte de los cient¨ªficos del Laboratorio Nacional de Los ?lamos (EE UU), que han realizado varios ensayos experimentales tras visitar la central accidentada, con ayuda de especialistas de Tepco y de Toshiba, la empresa encargada de esta tarea de desmantelamiento. Juntos han lanzado una sociedad para desarrollar un detector de muones eficiente para espiar dentro de Fukushima.
Los paneles detectores de muones, que se colocar¨¢n a ambos lados de los reactores, son mucho m¨¢s grandes de lo habitual para dar una imagen detallada al colocarlos en las paredes exteriores de los edificios. El tama?o y el peso de esta tecnolog¨ªa se sumar¨¢ a otras series dificultades para su instalaci¨®n como la contaminaci¨®n radiactiva, el aparataje que rodea los reactores para su control y desmantelamiento, las fugas de agua contaminada, etc.
El Gobierno japon¨¦s ha resaltado la importancia de esta aportaci¨®n, ya que permitir¨¢ saber c¨®mo actuar a partir de ahora y acabar¨¢ con las especulaciones sobre la cantidad de combustible fundido. No obstante, el resultado de la medici¨®n no ser¨¢ perfecto, dado que las porciones m¨¢s peque?as no ser¨¢n detectadas y que los restos ubicados a m¨¢s profundidad quedar¨¢n fuera del campo de visi¨®n, ya que los muones no viajan de abajo arriba.
Mientras la central se ahoga en las aguas subterr¨¢neas y busca desesperadamente un dep¨®sito en el que deshacerse de los materiales contaminados, Fukushima recibi¨® un importante empuj¨®n de esperanza a mediadios de diciembre al lograr retirar el combustible gastado del reactor n¨²mero 4, que complicaba los trabajos para cerrar ese edificio. Ahora queda la tarea m¨¢s dif¨ªcil: limpiar los reactores 1, 2 y 3, con uranio derretido en el interior (una mezcla con plutonio en el 3). Todav¨ªa quedan cuatro d¨¦cadas por delante hasta terminar de desmantelar la central.
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