Insinuaciones sin tacha
La coacci¨®n velada da ventajas a su autor: los jueces tendr¨¢n dificultades para condenarlo
Fel¨ªcito Yanaqu¨¦ se topa con un papelito en la puerta de su casa, y esa escena abre El h¨¦roe discreto, de Mario Vargas Llosa. El texto del an¨®nimo le habla sobre los riesgos de vandalismo que pueden sufrir negocios como el suyo, y le anuncia un pr¨®ximo contacto en el que podr¨¢ pagar 500 d¨®lares al mes si desea evitarse problemas.
?C¨®mo deb¨ªa interpretar el bueno de Fel¨ªcito un texto as¨ª?: Quiz¨¢ se trataba de una broma, o tal vez lo escribi¨® un expolic¨ªa reciclado que le brindaba su protecci¨®n por una cierta cantidad en dinero negro¡; y tambi¨¦n pod¨ªa constituir una extorsi¨®n interminable. En cualquier caso, Fel¨ªcito se hallaba ante una insinuaci¨®n: el hecho de dar a entender un mensaje completo expresando solamente una parte.
Imaginemos a un tendero que recibe en su comercio la visita de una persona muy educada que le dice: ¡°Me alegra que haya abierto una tienda de ropa enfrente de la m¨ªa. S¨®lo he venido a avisarle de que en este barrio hay muchos accidentes¡±.
La coacci¨®n velada proporciona muchas ventajas a su autor: los tribunales encontrar¨¢n dificultades para condenarlo, porque en el mensaje no se explicita extorsi¨®n alguna, y ni siquiera el receptor habr¨¢ estado seguro de su significado. Y debe ser ¨¦l y s¨®lo ¨¦l quien lo complete cuando por casualidad note un leve fallo en los frenos.
No debemos condenar la insinuaci¨®n en todas sus concreciones, sin embargo. A veces incluso se acude a ella como f¨®rmula seductora
En esos casos, el emisor espera que el destinatario digiera el texto recibido, que el miedo piense por ¨¦l y que decida cambiar de barrio sin dec¨ªrselo a nadie, sabedor de que dif¨ªcilmente se condenar¨¢ por amenazas a quien profiri¨® aquellas frases. Porque tambi¨¦n cabe lo contrario: que una palabra inocente se perciba como agresiva: La fiscal¨ªa abri¨® diligencias el 13 de enero contra el presidente de Sortu, Hasier Arraiz, quien hab¨ªa pedido dar ¡°jaque mate¡± a la Guardia Civil. Sin embargo, ah¨ª la amenaza de las balas parece ya lejana, por fortuna. (Pero cu¨¢ntas veces fue pr¨®xima).
Hace unos meses, se implant¨® en los tribunales de justicia de una comunidad espa?ola un sistema de burocracia sin papeles, ce?ida por tanto a los medios electr¨®nicos y destinada a agilizar todos los tr¨¢mites y comunicaciones. De inmediato, los sindicatos Comisiones Obreras y CSIF hicieron saber sus posturas. El primero de ellos se?alaba: ¡°No entendemos que se nos pidan sacrificios adicionales a los trabajadores en cuanto a colaborar en una experiencia piloto que indudablemente supondr¨¢ unas dificultades a?adidas a nuestro quehacer diario sin un gesto compensatorio por parte de la comunidad aut¨®noma. (¡) La colaboraci¨®n en una experiencia piloto no debe imponerse, pues ello traer¨ªa consecuencias poco satisfactorias (¡). Entendemos que todo esto debe ponerse en valor por parte de la comunidad aut¨®noma para compensarnos de la mejor manera posible, lo que redundar¨¢ en un cambio menos traum¨¢tico y m¨¢s satisfactorio¡±.
Por su parte, un dirigente de CSIF indicaba en una carta personal remitida al consejero de Justicia: ¡°Espero y deseo que todos colaboremos en este proyecto, ya que, de lo contrario, ser¨¢ muy dif¨ªcil de acometer. Cr¨¦eme cuando te digo que es necesario e imprescindible ese gesto. De lo contrario tendremos muchos problemas (¡). Ma?ana antes de la una tengo que tener una alternativa. Un abrazo¡±.
Se hace dif¨ªcil suponer que el manejo de documentos inform¨¢ticos en vez de sellos y p¨®lizas vaya a dificultar el trabajo; y por eso nos inclinamos a imaginar que el destinatario dedujo m¨¢s bien un boicoteo, canjeable por cierto gasto. Ahora bien, sin que pueda reprochar palabra alguna.
No debemos condenar la insinuaci¨®n en todas sus concreciones, sin embargo. A veces incluso se acude a ella como f¨®rmula seductora para proponer algo atrevido, por lo civil o por lo pirata (¡°?quieres que ma?ana desayunemos juntos?¡±). Pero esta arma de la ret¨®rica constituye en otras aplicaciones la forma m¨¢s ventajista de la amenaza, sobre todo si los jueces no pueden ir m¨¢s all¨¢ de las palabras expresadas. Y as¨ª las v¨ªctimas se sienten indefensas, como Fel¨ªcito Yanaqu¨¦, como el consejero de Justicia, rumiando a solas una decisi¨®n.
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