S¨ª, pero ?se lo pondr¨ªa Jackie?
Nunca dese¨® ser la m¨¢s glamurosa primera dama de Am¨¦rica. Pero sus estilismos se convirtieron casi en cuesti¨®n de Estado
"Probablemente, Jackie tenga m¨¢s clase que cualquier otra chica que hayamos visto por aqu¨ª¡±, dec¨ªa Joe Kennedy sobre Jacqueline Bouvier cuando su hijo, el senador John Fitzgerald Kennedy, llevaba a su novia a la casa familiar. Aquella joven periodista criada en Long Island sedujo a su suegro y a toda una naci¨®n ¨¢vida de una primera dama que reuniera el buen gusto y la dignidad de la reina que nunca tuvieron. Han pasado 55 a?os desde que JFK iniciara su carrera hacia la presidencia de Estados Unidos y Jackie K. se convirtiera en icono para los prescriptores de moda y las mujeres del mundo entero. Todo lo que hac¨ªa ¨Ccasarse, redecorar la Casa Blanca, ejercer de madre, esquivar a los paparazis¡¨C estaba rodeado de una elegancia natural. ¡°El estilo y el saber estar se captan desde la cuna¡±, dice Lola Gavarr¨®n, periodista y escritora especializada en moda. ¡°El estilo Jackie nace de saber calibrar el atuendo adecuado para cada ocasi¨®n, de dar una imagen depurada¡±.
Nunca dese¨® ser la m¨¢s glamurosa primera dama de Am¨¦rica. Pero sus estilismos se convirtieron casi en cuesti¨®n de Estado y ocuparon portadas de todo tipo de revistas. Impact¨® a pol¨ªticos, intelectuales y artistas, con dise?os de Dior, Gustave Tassell, Oleg Cassini (su modisto de confianza), Chanel, Givenchy o Balenciaga. Ahora bien, la ascensi¨®n de Jacqueline a los altares del allure fue el viaje de la pareja presidencial a Par¨ªs, en 1961. Que eligiera grandes firmas afincadas en Francia despert¨® cr¨ªticas, incluidas las que alud¨ªan al dinero que invert¨ªa en su armario. ¡°No podr¨ªa gastar tanto [como dicen] a menos que usara ropa interior de marta cibelina¡±, se excus¨®. Era evidente que su estilo resultaba m¨¢s ?europeo que americano. ¡°Se aprecia en siluetas caracter¨ªsticas del maestro Balenciaga y su disc¨ªpulo Givenchy, con vestidos de escotes desbocados, sisas remetidas y cortes bajos de cintura con leve fruncido; en los trajes sastre de Chanel, o en el uso de guantes en todos los largos y ocasiones¡±, apunta Concha Herranz, jefa de colecciones del Museo del Traje.
Que eligiera grandes firmas afincadas en Francia despert¨® cr¨ªticas que alud¨ªan al dinero que invert¨ªa en su armario
Poder y moda fueron el t¨¢ndem perfecto para que las mujeres de a pie imitaran a ?Jackie: escaparates con sombreros pillbox, mu?ecas recortables a su imagen y semejanza¡ ?y hasta cirujanos que ofrec¨ªan rinoplastias para emularla! El sue?o pol¨ªtico acab¨® en Dallas, a bordo del descapotable donde el presidente fue tiroteado en noviembre de 1963. La leyenda de su viuda ¨Cque, por cierto, se neg¨® a quitarse el Chanel rosa manchado de sangre, como prueba del horror del asesinato de su marido¨C no decay¨®. Lleg¨® la hora de reconstruir su vida. La K de su apellido fue sustituida por la O de su nuevo marido: Arist¨®teles Onassis. Y continu¨® acaparando portadas. La sofisticaci¨®n de los dise?os de Saint Laurent, Gucci o Valentino ¨Cquien dise?¨® su vestido de boda con el armador griego¨C no desbanc¨® ese sport chic tan suyo: camisetas, jeans blancos, zapato plano¡ ¡°Era m¨¢s libre a la hora de vestirse porque las censuras con las primeras damas resultan m¨¢s evidentes¡±, observa Gavarr¨®n.
Jacqueline Bouvier muri¨® en 1994, y su magnetismo sigue intacto. ¡°Cre¨® un icono de mujer segura, culta, elegante y moderna que a¨²n inspira a los dise?adores¡±, asegura Herranz. Una herencia est¨¦tica que hace que muchas trendsetters se pregunten ante una nueva tendencia: ¡°S¨ª, pero ?se lo pondr¨ªa Jackie?¡±.
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