@Enamorados
Lo dicen los fil¨®sofos: el que no ama existe menos. Hablamos de esta cuesti¨®n ancestral con algunos de los protagonistas de ¡®Velvet¡¯, la exitosa serie televisiva.
"?Corten!¡±. Varios miembros del equipo t¨¦cnico de Velvet sonr¨ªen al acabar de grabar una escena. ¡°?Has visto las caras de Miguel ?ngel y Javier? Va a ser esta. Tiene el punto justo de humor que busc¨¢bamos¡±. El di¨¢logo tiene lugar en los estudios de la localidad madrile?a de San Sebasti¨¢n de los Reyes donde se graba la serie de Antena 3, que afronta el final de su segunda temporada con los espectadores pendientes de las andanzas amorosas de sus protagonistas, Ana y Alberto ¨CPaula Echevarr¨ªa y Miguel ?ngel Silvestre¨C, y de otras parejas cuyos enredos sentimentales se suceden en estas galer¨ªas comerciales por las que desfila la moda y las conductas de los a?os cincuenta.
Pocos metros m¨¢s all¨¢, un improvisado set instalado en el gran vest¨ªbulo del edificio va recibiendo a los protagonistas de este reportaje, que vuelven al siglo XXI para posar frente al fot¨®grafo entre toma y toma. Pero el eje central de esta historia es el amor, y los actores se convierten por un d¨ªa en cobayas para elaborar un relato no cient¨ªfico de usos y costumbres a lo largo de los ¨²ltimos a?os.
En Velvet hay mucho sexo. Los guionistas afirman que se han documentado bien al respecto, pero sorprende tanta carne en una ¨¦poca que se evoca pacata y puritana en los lances amorosos. Mariano, que hoy tiene 82 a?os, todav¨ªa recuerda la multa de 500 pesetas ¨Cuna fortuna de la ¨¦poca¨C que tuvo que pagar por llevar agarrada a su novia por la cintura en la ribera del r¨ªo Manzanares. Actos inmorales. As¨ª se llamaba. ¡°Si en tres d¨ªas no corr¨ªas a cumplir con el correctivo, los guardianes de la moral que nos hab¨ªan apuntado con una linterna enviaban una carta a los padres de la chica, y eso pod¨ªa marcar a una mujer en aquella ¨¦poca¡±.
?lvaro tiene 18 a?os y escucha a su abuelo con expresi¨®n incr¨¦dula. A la generaci¨®n de la @ y de la comunicaci¨®n por im¨¢genes le sorprende ese tiempo en el que las relaciones sentimentales se desarrollaban en lo que Carles Feixa, antrop¨®logo social y especialista en culturas juveniles, denomina la noria. ¡°Pasear arriba y abajo por la calle Mayor de tu localidad era, hasta los a?os sesenta, el primer paso para exhibirse y encontrarse. All¨ª tambi¨¦n se anunciaban las cambios: se ense?aba el vestido nuevo, la pareja nueva¡¡±.
Hoy ese escaparate y espacio de contacto es la Red. Una conversaci¨®n a trav¨¦s del chat; un tonteo por WhatsApp; una foto compartida solo durante unos segundos a trav¨¦s de Snapchat; los cambios de estado civil, sentimental, profesional o incluso an¨ªmicos colgados en el muro de Facebook; webs para encontrar pareja y aplicaciones casi infinitas: Tinder, que dice descubrir a la persona m¨¢s indicada cerca de cada uno; Bender, similar y popular entre el mundo gay; Twine, que se anuncia como una web para ligar de forma inteligente; o la m¨¢s directa, Heavenly Sinful, que pregunta a sus usuarios cada vez que entran en ella si lo que quieren es encontrar a su alma gemela o solo pasar un buen rato.
Otros ritos, otros foros, otros ritmos, pero el mismo fin: escenificar el cortejo para conseguir o rozar por tiempo limitado el contacto, ese sentimiento que el fil¨®sofo Manuel Cruz define ¡°como una de las mayores y m¨¢s ricas intensidades que puede tener el ser humano. El que no ama existe menos¡±. As¨ª de rotundo.
Nuestras cobayas del mundo del arte andan todos en la treintena y vivieron en su adolescencia la necesidad del encuentro cuerpo a cuerpo. Miguel ?ngel Silvestre acaba de volver de Islandia de rodar el ¨²ltimo plano de Sense8, la nueva serie de los hermanos Wachowski, los creadores de Matrix. Afirma sentirse ¡°m¨¢s libre que nunca, relajado y confiado¡±. Se le nota.
No para de re¨ªrse mientras recuerda sus 16 a?os, cuando iba a las discotecas en Barcelona: ¡°A mitad de sesi¨®n pon¨ªan m¨²sica lenta y yo, que ten¨ªa mucho acn¨¦, me lanzaba a hacer la pregunta: ¡®?Bailas?¡¯. Siempre me dec¨ªan que no. Ahora ya no da tanto v¨¦rtigo. Antes, esos segundos eran un precipicio. Ahora uso Instagram, Facebook¡ pero en plan profesional¡±.
Javier Rey, que iba para enfermero hasta que empez¨® a hacer teatro aficionado y le cogi¨® el gusto, no olvida su antiguo m¨®vil con el que ni siquiera pod¨ªa enviar SMS. ¡°Si te gustaba una chica, hab¨ªa que echarle valor. Me da que la gente se ha vuelto muy cobardica en el t¨² a t¨²¡±.
Hispania, Bandolera o Isabel han sido las ¨²ltimas series de televisi¨®n en las que ha participado. Ahora el tierno truh¨¢n al que da vida en Velvet comparte espacio con su personaje en Los mi¨¦rcoles no existen, la obra que volver¨¢ a la cartelera en marzo.
Marta Hazas, que interpreta a la hiperfemenina secretaria que le mete en vereda en la serie, cree que las nuevas tecnolog¨ªas facilitan la aproximaci¨®n. ¡°Es m¨¢s sencillo enviar un whatsapp o acercarse por Facebook a alguien que no conoces mucho. A m¨ª me gusta ese intercambio ingenioso, ese ¡®?uy, se ha conectado!, est¨¢ escribiendo, se lo est¨¢ pensando¡¡¯, es un universo divertido. No me convence tanto lo de relacionarme con gente que no conozco a trav¨¦s de Internet, porque ah¨ª todos podemos ser unos grandes mentirosos. Es el nuevo Cyrano de Bergerac, no sabes si es el amigo guay el que est¨¢ dictando¡±.
Peter Vives, que salt¨® del teatro a la popularidad televisiva gracias a la serie El tiempo entre costuras, apuntala esta idea: ¡°Investigas por las redes sociales, pero mucha gente miente, retoca las fotograf¨ªas. La imagen ha inundado el mundo. Casi no se llama por tel¨¦fono, escribes. Es lo que recibo y es lo que hago¡±.
El fil¨®sofo Manuel Cruz afirma que la irrupci¨®n de Internet en las relaciones amorosas ¡°cambia a tanta velocidad que cerrar ahora una valoraci¨®n resulta atrevido. Ni es buena la actitud conservadora ni la que cree que todo est¨¢ ya superado. Entre las parejas que se conoc¨ªan a bulto en discotecas, donde ni ve¨ªas ni o¨ªas, y las que lo hacen por Internet, ?hay mucha diferencia? Los segundos, al menos, escriben¡±.
Seg¨²n el informe anual de Telef¨®nica sobre La sociedad de la informaci¨®n en Espa?a de 2014, los espa?oles son los m¨¢s conectados de Europa. Ocho de cada 10 m¨®viles son smartphone, m¨¢s de 26 millones de personas acceden regularmente a Internet y el 78% se conecta a diario. Y es la mensajer¨ªa instant¨¢nea el medio favorito de comunicaci¨®n y el que permite que el 34% de sus usuarios organice actividades en la vida real.
La primera en llegar
Hace 25 a?os, la televisi¨®n en Espa?a era bipartidista, y no por ideolog¨ªa pol¨ªtica, sino porque solo hab¨ªa dos opciones: TVE-1 y TVE-2, conocida como UHF. Antena 3 fue la primera en romper el monopolio p¨²blico el 25 de diciembre de 1989, d¨ªa en el que arrancaron las emisiones en pruebas. En estos a?os, el canal ha cosechado una galer¨ªa de personajes muy reconocibles, y sin duda la ficci¨®n ha contribuido a ello. Farmacia de guardia, Polic¨ªas, F¨ªsica y Qu¨ªmica, El internado, Hispania, Los protegidos, Gran Hotel, El tiempo entre costuras y Velvet han apostado por fidelizar al espectador. Sonia Mart¨ªnez, actual directora de ficci¨®n de la cadena, admite que no hay "f¨®rmulas secretas, pero el p¨²blico reconoce cu¨¢ndo se exploran muchos tonos para que no sientan que siempre est¨¢n viendo lo mismo y cu¨¢ndo se intenta hacer cada g¨¦nero honestamente".
Juana Acosta, que este a?o cumple 20 dedicada a la interpretaci¨®n, se declara usuaria de las redes sociales: ¡°Est¨¢n revolucionando el mundo y a m¨ª no me gusta quedarme atr¨¢s, pero las utilizo profesionalmente, especialmente Instagram. En la vida personal y cuando estoy de viaje s¨ª uso Skype y WhatsApp para hablar con mi marido (el actor Ernesto Alterio) o incluso para hacer los deberes con mi hija¡±.
Las cartas largu¨ªsimas que escrib¨ªa en su juventud se acabaron casi al mismo tiempo que dej¨® de hacer los preciosos ¨¢lbumes de fotos que a¨²n conserva y de o¨ªr las serenatas que alg¨²n enamorado cargado de flores montaba a pie de ventana en su Colombia natal.
Paula Echevarr¨ªa, que adem¨¢s de actriz se ha convertido en una estrella de Instagram, donde tiene 647.000 seguidores, y en exitosa bloguera de moda, no ha olvidado que era experta en estirar el clave del tel¨¦fono hasta el infinito cuando llamaba un chico a su casa para escapar de los avezados o¨ªdos paternos. Pero ahora se r¨ªe sinceramente para confesar que, tras 10 a?os con ¡°su chico¡± (David Bustamente), ¡°de formas de ligar ya ni me acuerdo¡±.
Manuela Velasco, que est¨¢ de gira en teatro con la s¨¢tira pol¨ªtica Feelgood, se adivina la menos conectada. Utiliza Instagram ¡°casi por contrato¡± para dar difusi¨®n a su compa?¨ªa teatral y el WhatsApp va incorporado a su rutina. Pero a?ora las cartas de correo y recela de los emoticonos. ¡°Est¨¢n muy bien, pero hacen que desarrollemos menos la imaginaci¨®n. Antes, si quer¨ªas explicar algo, lo ten¨ªas que hacer con palabras. Y eso es bonito y m¨¢s rom¨¢ntico¡±.
Los m¨¢s j¨®venes no lo ven igual. Seg¨²n el estudio de Telef¨®nica, el 91,3% de los internautas espa?oles de entre 16 y 24 a?os acceden a las redes sociales. La generaci¨®n que pr¨¢cticamente ha nacido con el m¨®vil en la mano no entiende los recelos. ¡°Podemos dar un me gusta a una foto en Facebook o un like en Instagram, o marujear en el perfil de alguien que te interesa¡±, explica Alicia, de 22 a?os, ¡°pero al final todo se reduce a lo mismo: una cerveza, una copa, una salida, un cine¡ lo de siempre, conocer a alguien en el mundo real. Lo ¨²nico que te has evitado es la incomodidad de las primeras conversaciones banales porque ya las has tenido en Internet¡±.
Hoy, el gran cambio no es el medio, sino la idea que se tiene del amor; las expectativas, cada vez mayores, de dos personas que deben equilibrar ideas e ideales. La aparente protecci¨®n tras las pantallas es solo ficticia. El peligro, como se?ala Manuel Cruz, es que proporcionen una oportunidad de huir de la realidad, como ocurre en Her, la pel¨ªcula de Spike Jonze en la que Joaquin Phoenix se enamora de un sistema operativo. La noria del siglo XXI, la Red, ofrece una aparente esencia de lo que queremos, incluido el cibersexo, sin tener que experimentar los inconvenientes: el rechazo, la monoton¨ªa, la repulsi¨®n o el compromiso.
Si se quiere realidad, hay que lanzarse al ruedo. La tecnolog¨ªa, convertida en moderna Celestina, solo es el instrumento para conseguir el fin de siempre. Lo refleja un di¨¢logo de Susan Sarandon y Richard Jenkins en el filme ?Bailamos?:
¡°?Por qu¨¦ cree que las personas se unen en pareja?¡±, pregunta ella.
¡°Por pasi¨®n¡±, responde Jenkins.
¡°No. Porque necesitamos un testigo de nuestras vidas. Uno promete al otro: ¡®Tu vida no pasar¨¢ inadvertida porque yo ser¨¦ tu testigo¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.