No cierres tus ojos, abre tu mente
Los seres humanos tenemos una capacidad limitada de resistencia al sufrimiento, tanto en su formato f¨ªsico como emocional. Es sin duda para limitar este segundo que decidimos muchas veces, seguramente sin darnos ni siquiera cuenta, protegernos de aquellas cosas que nos puedan hacer sufrir, creando una barrera emocional o simplemente evitando informaciones o contenidos. El comentario recurrente de ¡°estoy harta de desagracias¡± o ¡°no quiero ver las noticias porque todo son dramas¡± hace patente esta tendencia a la protecci¨®n emocional. Y tiene todo el sentido porque ser¨ªa imposible vivir en paz teniendo presente de forma continua muchas de las tragedias ajenas que suceden en el mundo de forma permanente.
Sin embargo es necesario que seamos una sociedad informada para poder ser una sociedad solidaria y justa. Las cosas terribles que suceden en el mundo tienen soluci¨®n, sin excepci¨®n. El hambre, la pobreza, las guerras, el cambio clim¨¢tico, todo tiene soluci¨®n. Pero se trata de una soluci¨®n que necesita de esfuerzo colectivo. Y para conseguir que dicho esfuerzo tenga lugar tenemos que ser conscientes de que el problema existe y de que podemos arreglarlo entre todos.
La crisis de Siria
Ayer repasaba este v¨ªdeo de Save the Children y como en anteriores ocasiones se me llenaban los ojos de l¨¢grimas
La pobreza en Espa?a
Otro ejemplo de permanente actualidad es el tema de la pobreza en Espa?a. Mientras el gobierno espa?ol asegura que Espa?a va bien organizaciones como Caritas, Cruz roja o los bancos de alimentos advierten de que no dan abasto para atender las necesidades de la gente. Este documental en le que participa fotoperiodista Gabriel Pecot lo explica perfectamente.
Como en el caso anterior cerrar los ojos y negar la evidencia solo puede empeorar una situaci¨®n que de no corregirse nos llevar¨¢ a un conflicto social sin precedentes. Colaborar con las organizaciones de caridad y ayuda directa no es una soluci¨®n es un remiendo pero por lo menos nos acerca a esta realidad tan parcialmente conocida. Exigir soluciones a los que nos gobiernan resulta sencillo si una se informa un poco. Sobre este tema la referencia en esto momentos es la Fundaci¨®n porCausa que lleva unos meses publicando estudios y reportajes y proponiendo soluciones. Tambi¨¦n son referente los estudios de UNICEF, FOESSA y muy recomendables los diversos estudios y propuestas pol¨ªticas sobre desigualdad de Oxfam Intermon.
La explotaci¨®n laboral en el mundo
Desde hace tres a?os no compro ropa de ninguna marca que no sea local o europea con sello de calidad de producci¨®n o, si es de fuera de Europa, que sea de comercio justo. Al principio me cost¨® adaptarme. Por el precio de un vestido normalmente me habr¨ªa podido comprar tres en alguna de las marcas habituales. Pero ahora tengo ya un peque?o ajuar de ropa ¨¦ticamente correcta, de una calidad mucho mejor que la que compraba antes, mucho m¨¢s original y sobre todo tengo la seguridad de que el precio que he pagado ha servido para asegurar que algunas productoras de tejido y vestidos son remuneradas justamente por su trabajo. Tambi¨¦n compro az¨²car, chocolate, crema de cacao, t¨¦s, infusiones, galletas, tostadas de arroz inflado, caf¨¦, miel, chips de yuca y pl¨¢tano, arroz¡ de comercio justo. Si todos compr¨¢ramos estos productos de comercio justo seguramente conseguir¨ªamos cambiar muchos sistemas de producci¨®n. Y se puede incluso ir m¨¢s lejos e informarse y apoyar a organizaciones como SetemuOxfam que apoyan en muchos pa¨ªses a productores en su lucha por conseguir unas condiciones igualitarias y justas.
Estos son tres ejemplos pero se me ocurren cientos de ellos m¨¢s. Ahora m¨¢s que nunca, en puertas del que ser¨¢ uno de los a?os electorales m¨¢s intensos desde el fin de la dictadura, tenemos en nuestras manos el poder de cambiar las cosas, con nuestras acciones individuales y a trav¨¦s de nuestras exigencias a los l¨ªderes pol¨ªticos. No hay ning¨²n gran problema que no tenga soluci¨®n. No hay ninguna desigualdad que no pueda remediarse. Es el momento de mirar la realidad con los ojos bien abiertos, de informarse adecuadamente y de encontrar el modo de participar en la construcci¨®n de un mundo m¨¢s justo.
Comentarios
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.