El gran debate es el debate que no hay
Otra vez se amanece con noticias de que no hay dinero para pagar las universidades. Que los profesores y los alumnos cuestan mucho y que no hay dinero. Ma?ana tocar¨¢ el de la sanidad. Que los m¨¦dicos y las medicinas cuestan demasiado y que los pacientes gastan mucho.
Pero nunca se plantea un debate semejante sobre si es sostenible tener un mont¨®n de Parlamentos auton¨®micos, uno nacional, un Senado, una monarqu¨ªa con dos reyes y dos reinas, coches blindados con ch¨®fer para esas personas, aviones con catering de lujo, empleados para coser alfombras, etc¨¦tera.
A lo mejor si en un pa¨ªs no hay dinero hay que ser m¨¢s humildes en todo, no solo en los servicios p¨²blicos, y es muy posible que si realmente hubiese una democracia y se preguntase a los ciudadanos si prefieren tener educaci¨®n y sanidad o un Estado lleno de lujos y s¨ªmbolos, prefiriesen lo primero.
Pero ese debate, ese, nunca se produce, pues los que se benefician de esos lujos y los que se atechan bajo esos s¨ªmbolos son los mismos que impulsan los debates, mientras que los ciudadanos somos los que simplemente estamos forzados a pagar.¡ª Pablo Blanco Fiero.
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