?Cu¨¢nto cuentan los ni?os?
Esta entrada ha sido escrita por Marta Mart¨ªnez Mu?oz, soci¨®loga yLorena Cabrerizo Sanz, economista, evaluadoras y fundadoras deEnclave(@DDHH_Infancia)
Foto extra¨ªda de: https://twitter.com/LA_PAH
Un excelente estudio publicado este mismo mes y realizado por la Fundaci¨®n Tomillo para UNICEF, pone de relieve la urgente necesidad de propuestas metodol¨®gicas s¨®lidas que permitan cuantificar la inversi¨®n p¨²blica en la infancia en Espa?a, en t¨¦rminos tanto de asignaci¨®n presupuestaria como de impacto. Una vez m¨¢s, y al igual que ya observara el Comit¨¦ de los Derechos del Ni?o (CRC, por sus siglas en ingl¨¦s) hace 5 a?os, este estudio llama la atenci¨®n sobre las dificultades y limitaciones que implica la falta de informaci¨®n detallada. En el Examen que realiz¨® este Comit¨¦ en 2010, como respuesta al informe vinculante presentado por Espa?a en 2010, (¡) preocupa al Comit¨¦ el enfoque fragmentado de la reuni¨®n de datos, que no abarca todas las esferas incluidas en la Convenci¨®n y se realiza de manera desigual en los planos regional y nacional.
Mucho nos tememos que en el pr¨®ximo mes de octubre, cuando una delegaci¨®n intersectorial (como suele ser habitual) acuda a defender ante el CRC en Ginebra lo realizado en estos cinco a?os, Espa?a volver¨¢ a incumplir con una de sus principales responsabilidades en tanto que garante de nuestros derechos: la de visibilizar de forma clara la manera en la que se est¨¢n desarrollando las vidas de los ni?os, ni?as y adolescentes en estos ¨²ltimos seis a?os de austeridad y recesi¨®n, fruto de la falta de una verdadera apuesta por pol¨ªticas p¨²blicas con enfoque de derechos.
Es oportuno, por tanto, lanzar un aviso a navegantes pol¨ªticos de todo color y condici¨®n en este a?o electoral. En este sentido, la Fundaci¨®n porCausa mandaba una se?al de alarma precisamente sobre los ausencia de datos en su art¨ªculo Austeridad y pobreza infantil, del que resaltamos que ¡°ninguna campa?a electoral estar¨¢ completa si no aborda la cuesti¨®n de la infancia de manera clara¡±. No podemos estar m¨¢s de acuerdo con ello. Las campa?as de los partidos pol¨ªticos para las elecciones municipales, auton¨®micas y generales, deber¨¢n explicitar no solo sus propuestas m¨¢s urgentes en materia de pol¨ªticas p¨²blicas de infancia, sino tambi¨¦n las de mediano plazo. Ahora bien, ante la flagrante dejaci¨®n del Estado a la que nos refer¨ªamos m¨¢s arriba, cabe preguntarse ?c¨®mo van a proceder las distintas formaciones pol¨ªticas en la claridad de sus apuestas, cuando el panorama de la reuni¨®n de datos en materia de derechos de la infancia sigue siendo tan desoladoramente escaso, fragmentado y desactualizado? O, en la misma l¨®gica ?cu¨¢nto de solidez habr¨¢ en los informes complementarios de las organizaciones de la sociedad civil ante el mismo panorama?
Recordar que la falta de datos sistem¨¢ticos es un tema crucial no es una cuesti¨®n menor, habida cuenta del profundo deterioro de la situaci¨®n de los derechos de la infancia en los ¨²ltimos a?os. Por el contrario, se trata de un elemento capital para una adecuada gesti¨®n p¨²blica que permita conocer cu¨¢l es el verdadero diagn¨®stico con el fin de dise?ar, ejecutar y sobre todo evaluar de forma independiente las pol¨ªticas p¨²blicas dirigidas a mejorar las vidas de los ni?os y ni?as que viven en el Estado espa?ol, incluyendo los migrantes independientemente de la situaci¨®n de sus padres.
Definitivamente va siendo hora de que se apueste por revitalizar el actual estado del Observatorio Nacional de Infancia; o mejor a¨²n, poner en marcha una instancia p¨²blica que recupere aquel fruct¨ªfero pero tristemente fugaz ¡°Centro de Estudios del ¡®Menor¡¯ (sic) y la Familia¡±, de los a?os 90. Necesitamos de forma urgente un Instituto de Estudios de Infancia y Adolescencia, un think tank que permita la recogida sistem¨¢tica de datos y la apuesta por la investigaci¨®n como algunas organizaciones ya vienen haciendo (UNICEF, Save the Children, Fundacion FOESSA, porCausa, Fundaci¨®n Tomillo, entre otras) en ausencia de lo que deber¨ªa de hacer el Estado.
Hay que proteger a los ni?os y ni?as, sin duda. Pero el panorama exige ir m¨¢s all¨¢ y hay que blindar sus derechos como propone UNICEF en el Pacto de Estado por la Infancia, una ocasi¨®n hist¨®rica para que las organizaciones sociales y sobre todo los partidos pol¨ªticos se retraten en su verdadera apuesta por la infancia. Hay que blindar sus derechos en el ¡°seguimiento de la inversi¨®n en infancia¡± que permitala disponibilidad, el acceso y la transparencia de datos oficiales en aras de una buena gobernanza, de ampliar la rendici¨®n de cuentas y de contar con organizaciones sociales bien informadas, incluyendo a los propios ni?os y ni?as como protagonistas que son. Hay que blindar sus derechos, o nos dar¨¢ por pensar que realmente los ni?os no cuentan en nuestra sociedad. Y entonces tendremos que reconocer de forma vergonzosa, como advierte Krugman, que estamos jugando sucio con nuestros hijos. No se trata s¨®lo de una obligaci¨®n jur¨ªdica, sino y sobre todo de un compromiso ¨¦tico que requiere m¨¢s audacia que nunca en la res publica de los asuntos de infancia.
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