El s¨ªndrome de la mala madre
?Es posible compaginar maternidad, trabajo, pareja, amistades y parcelas de privacidad? Lo mejor es centrarse en atender a la calidad de las relaciones y el v¨ªnculo con sus hijos
Este art¨ªculo podr¨ªa ir dirigido a los padres. Padres deseosos de disfrutar de sus hijos, pasar tiempo con ellos; padres entregados, que juegan, que cambian pa?ales y educan igual que lo hacen las madres. Pero los cambios sociales, profesionales y de papeles que ha protagonizado la mujer en estas ¨²ltimas d¨¦cadas y c¨®mo esos cambios han impactado en la maternidad merecen un art¨ªculo solo para ellas. Piense durante unos segundos en el concepto de madre, no en la suya, ni en la mejor o peor madre del mundo que pueda conocer. Solo recapacite sobre lo que significa y lo que asociamos con ¡°ser madre¡±. Imagino que le vienen a la cabeza ideas como ¡°amor incondicional, abnegaci¨®n, dedicaci¨®n, ternura, cobijo, renuncia, satisfacci¨®n, plenitud, realizaci¨®n personal, vida, entrega, estar siempre ah¨ª, lealtad, sumisi¨®n¡¡±. Y un sinf¨ªn de palabras relacionadas con darlo todo por alguien.
Ese es el concepto con el que nos hemos educado. La madre es esa persona incondicional que nunca le va a fallar. Esa persona capaz de renunciar a todo para que usted est¨¦ bien, la que espera con paciencia, la que siempre tiene una palabra de apoyo para animar o la que le presta su hombro para que llore cuando lo necesite. Este juicio de madre viene de cuando las mujeres se educaban en no tener m¨¢s ambici¨®n que ser buenas esposas, mujeres, educadoras y transmisoras de valores; cuando solo se dedicaban a cuidar y organizar el hogar, coser, hacer coletas, quitar piojos, guisar, limpiar o dirigir a la que limpiaba en casa. Hab¨ªa excepciones, por supuesto, como Marie Curie, f¨ªsica, matem¨¢tica, qu¨ªmica, madre de dos hijas y galardonada con dos premios Nobel, pero no era la regla general.
No hay manera de ser una madre perfecta, hay un mill¨®n de maneras de ser una buena madre¡± Jill Churchill
Pero los tiempos han cambiado. Muchas abuelas dicen: ¡°Qu¨¦ dif¨ªcil lo ten¨¦is ahora para triunfar¡±. Ya no basta con tener hijos impolutos, buenos estudiantes y educados. Triunfar hoy d¨ªa para la mujer implica ser buena madre, una brillante profesional; conseguir tener un grupo de amigas; aprender a ser independiente a nivel emocional y econ¨®mico; tener su parcela para leer, hacer ejercicio y practicar aficiones; entrar en una talla 40 el resto de su vida; tener al lado a un hombre que valore su esfuerzo, su trabajo, le quiera tal y como es, sea cari?oso y comprensivo, y sepa compaginar con usted las tareas dom¨¦sticas y la educaci¨®n de los hijos.
Demasiados roles, exigencias y expectativas alt¨ªsimas, que al final llevan a replicar el modelo de ¡°mujeres orquesta¡± que tienen la sensaci¨®n de estar en todo sin llegar a nada. Y cuando usted cree que no est¨¢ cumpliendo a la perfecci¨®n con la prioridad entre todas sus actividades, que suele ser la atenci¨®n de sus hijos, se valora a s¨ª misma de forma negativa. Hay madres que se creen ¡°malas madres¡± por no cumplir con sus expectativas o las que impone la sociedad.
No punt¨²e su val¨ªa como madre en funci¨®n de la cantidad de tiempo que dedica a los ni?os. Lo que debe valorar y a lo que debe dedicar atenci¨®n es a la calidad de las relaciones y el v¨ªnculo con sus hijos. Tampoco se le ocurra sentirse culpable por compaginar su maternidad con su labor como profesional, por dedicar tiempo a salir a correr o querer leer un libro a solas y tranquila en el sill¨®n. Sus hijos ser¨¢n m¨¢s felices si su madre se siente satisfecha, plena y profesionalmente realizada. No se enga?e convenci¨¦ndose de que ser madre es suficiente para sentirse completa.
Si consigue compaginar su trabajo, su pareja, su vida social, el tiempo que se dedica a s¨ª misma y el de los hijos, ser¨¢ m¨¢s feliz que si vive de forma abnegada y con sacrificio la relaci¨®n con los ni?os. Le propongo estas ideas:
Para saber m¨¢s
LIBROS
¡®Toma un caf¨¦ contigo mismo¡¯
Walter Dresel (Zenith)
¡®Queremos hijos felices¡¯
Silvia ?lava (JdeJ Editores)
¡®Portarse bien¡¯
Stephen Garber (Medici)
PEL?CULAS
¡®Agosto¡¯
Dirigida por John Wells
e interpretada por
Meryl Streep y Julia Roberts
Proteja a sus hijos con consejos, con argumentos, guiando, educando en valores, delimit¨¢ndoles el bien del mal. Pero deje que ellos tomen decisiones, se caigan y se levanten. No sobreproteja. No es mejor madre por quitarles los peligros del medio. Los baches van a estar siempre ah¨ª, est¨¦ usted con ellos o no lo est¨¦. No les puede quitar la piedra, solo tiene que ense?arles a torear con ella. No se sienta responsable de sus fracasos. Tienen que equivocarse, tomar decisiones y lidiar con la frustraci¨®n. Muchas madres tratan de ayudar para evitar la frustraci¨®n de sus hijos. Les acaban los trabajos del colegio, les recogen la habitaci¨®n, les llevan la ropa de deporte que olvidaron en casa¡ Con ello educamos en la irresponsabilidad, en que no asuman las consecuencias de ser despistados, poco organizados o perezosos. No se amargue si su hijo lo pasa mal, ya aprender¨¢.
No trate de compensar el tiempo que no puede pasar con ellos compr¨¢ndoles cosas. No hay nada que compensar. Trabajar y tener aficiones forma parte de la plenitud de una persona, y usted es madre y tambi¨¦n es persona. Trate solo de estar presente cuando dedique tiempo a sus hijos. Eso significa comunicaci¨®n, escuchar, no coger el m¨®vil mientras est¨¢ jugando, comiendo o viendo una pel¨ªcula con ellos. Tiene que ver con disfrutar plenamente lo que en ese momento est¨¢ viviendo con ellos. Si el tiempo que pasa con sus hijos est¨¢ pensando en que tiene correos pendientes de contestar y cuando est¨¢ en el trabajo piensa que no es buena madre por no poder dedicarles m¨¢s tiempo a los ni?os, nunca estar¨¢ realmente en ninguno de los dos sitios. Adem¨¢s, los ni?os no valoran tanto los regalos como los padres imaginamos. Lo que valoran es que cuando usted est¨¦ con ellos les dedique toda su atenci¨®n.
Haga respetar su tiempo. No es mala madre por tener un tiempo para usted. Utilizar el cuarto de ba?o sola y con pestillo, leer un rato sin que la interrumpan con voces desde otra habitaci¨®n, practicar su deporte o mantener una conversaci¨®n privada con quien desee sin tener a su hijo persigui¨¦ndola por la casa. Si educamos a los hijos estando siempre disponibles cada vez que nos busquen, entender¨¢n que ellos merecen siempre nuestra atenci¨®n y sus necesidades se convertir¨¢n en exigencias. Inc¨²lqueles la paciencia, saber esperar, que existen otras personas que tambi¨¦n demandan nuestra atenci¨®n.
Todo lo que soy se lo debo a mi madre. Atribuyo todos mis ¨¦xitos en esta vida a la formaci¨®n moral, intelectual y f¨ªsica que recib¨ª de ella¡±
George Washington
No renuncie a una cena rom¨¢ntica, a un paseo con su amor o a estar momentos a solas con su marido o con amigos. Es muy frecuente ver c¨®mo parejas que tienen hijos terminan durmiendo con ellos en la cama, haciendo todo absolutamente con los ni?os. La complicidad de la pareja termina por desaparecer, incluso el romanticismo. Son parejas que entienden que sus reto?os se lo merecen todo y que ser padres es abnegaci¨®n. Pero el tiempo es cuesti¨®n de matem¨¢ticas: si dedica 24 horas a los hijos, le quedan cero para estar a solas, hablar de temas de mayores, ver pel¨ªculas que no sean dibujos animados y besarse con pasi¨®n. Busque un d¨ªa a la semana para dedic¨¢rselo a su pareja y desconecte de biberones, pa?ales, deberes o momentos adolescentes.
Recuerde darse valor no solo por la relaci¨®n que mantiene con sus hijos. Usted tiene val¨ªa por muchas otras cosas. Es grande, brillante, imperfecta, graciosa, cari?osa, organizada, lectora, buena amiga, paciente y muchas otras virtudes que pueden tener que ver o no con la idea de ser madre.
No todo lo que les ocurre a sus hijos es responsabilidad suya. No se sienta mal si el ni?o se lleva la bronca de la profesora, si tiene un conflicto con un amigo o si no tiene ¨¦xito jugando a un deporte. Ens¨¦?ele a pedir perd¨®n, a resolver problemas, a ser reflexivo, pero no se responsabilice de todo lo que hace y dice su hijo. Los padres educamos, pero los hijos tambi¨¦n copian modelos de conducta de lo que ven en la televisi¨®n, de lo que leen, de lo que ven en sus amigos, maestros y entrenadores. Est¨¢n continuamente expuestos a otras fuentes de informaci¨®n. S¨ª es su responsabilidad saber en qu¨¦ equipo juega y qu¨¦ valores hay en el club, la elecci¨®n del colegio, conocer los amigos con los que sale y ser consciente de qu¨¦ programas ve en la tele. Pero no todo podr¨¢ estar bajo su control. Trate de fomentar la comunicaci¨®n y el respeto y genere confianza para que sus hijos hablen de todo
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